Es increíble como solo una persona puede llevarse consigo toda la vida de un hogar. De pronto todo estaba tan vacío. Tan en silencio. De fondo escuchaba el sonido de murmullos, pasando de boca en boca lo que había sucedido. Algunos malinterpretando, y otros coincidiendo en que Yuna había perdido la cabeza.
Minjeong suspiró con fuerza aún contra el cuello de Jimin, aspirando el mismo aroma corporal que la tenía en calma. Era una mezcla entre menta, chocolate, y la frescura del bosque. Como una brisa fresca en un día caluroso, demasiado bueno para ser verdad. Se estremeció por completo cuando sintió la lengua de la chica pasar por su marca, aminorando notablemente el dolor en esta.
Gimió bajo por lo placentero que encontró su cuerpo esa acción involuntaria, y es que desde que los guardias procedieron a llevarse los cuerpos, Minjeong estaba sentada en el regazo de su Alfa, llorando contra su pecho, sintiendo las reconfortantes caricias de Jimin, y los susurros a su oído asegurando que todo iría bien.
—No sabes cuánto te extrañé—se lamentó.
Minjeong notó un tono de culpa en su voz. Jimin cerró los ojos, y una lágrima descendió por su mejilla. Descansó su cabeza contra el hombro de la pelirroja, sintiendo ese alivió que tanto anhelaba cada noche.
—Yo también te extrañé—admitió la humana.
Y a pesar de que sus ojos estuvieran un poco hinchados, con cabello desordenado y las mejillas sonrosadas, Jimin sabía que no encontraría mujer más hermosa que su Luna.
—Todo es culpa mía—gruñó molesta consigo misma, sobresaltando un poco a su mate que estaba sobre sus piernas, quien la sintió tensarse debajo de ella—. Yo no pude cuidarte. Soy la peor. No te merezco...
—Esto no es culpa de ninguna de nosotras, Jimin—se apresuró a recalcar, sujetando el rostro de la chica con ambas manos para mantener el contacto visual—. Esto fue planeado por Doojoon. Y ahora él está muerto.
—Si, pero soy tu Alfa, y...
—Y yo soy tu Luna—sonrió Minjeong, contagiando de inmediato a Jimin—. Nos cuidamos mutuamente. Somos un equipo.
Jimin hizo una mueca graciosa, haciendo reír a su Luna. Definitivamente no fue criada bajo ese concepto, usualmente y aunque suene mal, los estándares eran sobre la fuerza o poder que tenía uno sobre el otro. En cualquier manada se lideraba así, un Alfa con su Luna, sin embargo, esta se veía bajo la sombra de su mate. Sin tomar en cuenta el voto.
Incluso esto se puede apreciar con Key con Tiffany. Al igual que lo fue con Doojoon y Taeyeon.
Pero Jimin estaba dispuesta a hacer una excepción en su relación.
—Un equipo—concordó.
—Me alegro tanto de que estés aquí.
Se sorprendió muy gratamente cuando Minjeong comenzó a desatar miles de besos cortos y repetitivos por todo su rostro. Sin dejar ningún rincón libre de sus labios, hasta atraparlos con los suyos en un beso tierno, mostrando la verdad en sus palabras.
De un momento a otro, Jimin no se contuvo a inhalar con fuerza el exquisito aroma que desprendía aún del cuerpo de Minjeong. Por lo menos más irresistible para ella. Hizo de ese dulce beso, uno voraz y hambriento. Sus manos se posaron en el trasero de la chica, lo apretó entre sus manos con urgencia, aprovechando el gemido que salió para introducir su lengua en su boca.
—Estas en celo—gruñó entre el beso, comprendiendo la razón de Minjeong en sentirse tan necesitada de los mimos de su Alfa.
—Eso me dijeron—respondió sin aire, restándole importancia.
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Luna; winrina
Fanfiction-Mate- la escuchó murmurar, casi en un ronroneo. Por su tono de voz, apostaba a que tenía una gran sonrisa en el rostro. -Mía. 🔹 adaptación, todos los derechos reservados a su autora original.