—... Ocho... Nueve... ¡Diez!—canturreó la voz aniñada.
Minjeong sonrió con dulzura al ver desde lo alto, como la pequeña Hyein emprendía su búsqueda, empleando su avanzado olfato como una gran ventaja en su juego de las escondidas.
De algo debía servir tanto entrenamiento de Cazadora, trepar el tronco de un árbol para esconderse de una niña. La rama era lo suficientemente resistente para su peso, las pocas hojas en ésta y la abundante neblina le ayudaban en su escondite. Desplegó sus piernas y se encargó de rodearlas con sus brazos, su respiración aún estaba algo agitada por la actividad física reciente, y por la distancia del suelo, hacía algo de frío.
—¡No es justo!—lloriqueó Hyein , una vez se dio por vencida con la búsqueda—. Tú puedes trepar árboles, yo no. ¡Me rindo!
Al escuchar eso, la cazadora no pudo evitar contener una sonrisa de satisfacción. Se puso de pie, y se aproximó a la rama más baja del árbol cercano, dónde la Omega había iniciado su conteo.
—Genial. Voy ganando—cantó victoriosa, ganándose la atención de Hyein , quien observó con asombro la agilidad y sutileza con la que Minjeong descendía por el tronco. Apoyándose entre grietas y usando ramas más pequeñas como soportes—. ¿Quieres jugar algo más?
—Nop. ¡Quiero que me enseñes a trepar!—chilló emocionada, corriendo en dirección de un árbol al azar.
—No cariño, puedes lastimarte—advirtió Minjeong, impidiendo que la pequeña siquiera llegara a su objetivo. Recibiendo a cambio un puchero demasiado adorable—. No me mires así, recuerda que debemos almorzar antes de que Jimin llegue. Después de eso, te ayudaré.
—Pero no tengo hambre—alegó sin convicción, intentando persuadir a la mayor. Pero para su suerte, su estómago hizo un ruido quejumbroso en contradicción a sus palabras. Minjeong levantó una ceja divertida—. ¡Pero es que quiero trepar como tú!
—Lo harás. Después de que te traiga los deliciosos sándwiches que te prepar...
El sonido de una rama rompiéndose la hizo callar al instante, su cuerpo tensándose cuándo en su campo de visión captó la silueta de un gran lobo grisáceo a lo lejos. El licántropo giró la cabeza en su dirección, y por un segundo el miedo le cortó la respiración.
Taeyong.
Como acto reflejo, colocó a la hermana de su mate detrás de sí misma. A pesar de que el animal sólo se quedaba ahí, estático e impasible, con las puntiagudas orejas levantadas en alerta. Olisqueó un poco el aire, reconociendo el aroma de la Omega. Minjeong pensaba cuál sería el mejor momento para huir, pero para su alivio, el lobo siguió su camino.
—Es parte de la guardia—tranquilizó Hyein , mirando confundida a su compañera de juegos—. Seguro Jiminie envió a alguien a cuidarnos, es todo. Creo que se llama Jaehyun. ¡Hola Jaehyun!
—Si, bueno. Ya entendí—rió Minjeong, algo alterada por volver a tener la presencia del licántropo cerca—. Iré por nuestra comida.
Se alejó un poco temblorosa, con el miedo y la ansiedad en su cuerpo. Su marca escoció levemente, seguro Jimin había percibido su pánico de inmediato. No estaba acostumbrada a convivir en el ambiente de la manada, además seguía sin ser conocida. Tal vez los miembros de Dark Moon estaban enterados de que su futura Alfa ya tenía a su Luna, pero aún no estaba integrada del todo.
Había pasado un mes. Y no había señales de alguna amenaza por parte de Taeyong, o más bien, no había señales de él. Dongwoon aseguraba que después de que su hijo hubiese partido a Cold Moon, nunca regresó. No sabía si suspirar de alivio o encogerse de miedo. ¿Sería eso algo bueno o malo? Sangre por sangre. Lo más seguro era que iría detrás de ella, o peor, por su mate. No encontraba alguna manera más cruel y agónica que Taeyong la matara a ella, para así hacer de la muerte de Minjeong aún más dolorosa.
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Luna; winrina
Fanfiction-Mate- la escuchó murmurar, casi en un ronroneo. Por su tono de voz, apostaba a que tenía una gran sonrisa en el rostro. -Mía. 🔹 adaptación, todos los derechos reservados a su autora original.