Capítulo IV.- Los pasillos escuchan.

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Capítulo IV.- Los pasillos escuchan.

Prov de Lilia

El gran salón quedó en silencio, cuando el guardia principal anunció la entrada del nuevo Señor de aguadulce, las dos puertas principales se abrieron y el medio de la sala se despejo dejando paso libre para que el nuevo lord llegará hasta donde se encontraba la mesa que solo él y su consejo personal podía ocupar.

Entrar justo detrás de él y el resto de su gente no fue buena idea,  solo logro que los presentes empezaran a murmurar, tal vez no debí portar los mismos colores que él, se puede considerar un insulto a la futura señora de la casa o una burla al tratar de afirmar que seré yo quien tomara ese puesto, pero no, este vestido fue preparado para cuando Kermit tomara su puesto como señor de aguadulce y yo el mío como su señora, pero ese nunca sucedió, había decidido usar un vestido más modesto pero Oscar había insistido alegando que su hermano lo hubiera querido así y de que sería un desperdicio no usar un vestido tan bonito, mocoso malcriado no debí hacerte caso, pero tampoco puedo quejarme porque creo que contribuí a malcriarlo cuando era un pequeño de 7 años, no me llevare toda la culpa, la mayoría de las damas de la casa contribuyeron a tal desastre.

Es mejor así, se pueden concentrar en juzgarme a mí y no a él, algo de bueno debía tener tal alboroto.

- Tenías razón, no tenía de qué preocuparme. - Oscar se acercó a hablar conmigo y luego de 2 horas ya era notorio que el alcohol le sentaba mal y eso que lo mire solo toma 4 copas de vino. Pero me alegra que esté más relajado, aun así le indique al joven sirviente que no le llenara la copa y si lo hacía que le pusiera muy poco cada vez.

- Me alegra que la estés pasando bien mi lord, además yo siempre tengo razón- dije burlándome mientras cambiaba su copa por la mía que solo tenía un jugo similar al vino pero sin alcohol, esperando que no lo notara.

- Oscar, ya te dije que me digas solo así.

- No hagas un puchero, esta bien te diré solo Oscar pero en privado, eres el nuevo señor de la Casa Tully entiende que no te puedo llamar solo por tu nombre en publico y menos delante de otros lores .- No podía creer que casi hacía un puchero delante de todos, esa era una actitud normal en el pero solo con las personas mas cercanas como su hermano o su abuelo y en algunas ocasiones yo, normalmente en público se controlaba, nueva orden para el sirviente, servirle solo jugo a su nuevo amo.

- Bailemos, quiero bailar.- se levantó de su silla extendiendo su manos, supongo que no hay espacio para negativas.

Al ver como su señor se dirige a la pista de baile, el soneto cambio a uno más tranquilo el cual aligeró el ambiente, mientras bailaba podía sentir su rigidez por hacerlo bien y su cara estaba totalmente en seriedad, algo que me dio risa para mis adentros, no quería que la gente pensara que me burlaba de él, porque en realidad no era así, solo yo sabía lo mucho que le costó aprender a bailar, Oscar Tully es un caballero diestro, lastima que no lo sea para el baile, los pies de muchas damas sufrieron al enseñarle, incluyendo los míos, pero como todo lo que hace luego de mucho esfuerzo lo logró. Al parecer me quede mirando mucho tiempo su rostro perdida en mis pensamientos porque él me miraba igual - lo siento.- lo oí susurrar, supongo que creyó haberme pisado.

Luego de las 11 de la noche todos empezaron a disiparse regresando a sus campamentos o a sus aposentos dependiendo de a qué casa pertenecieran, yo debería estar en mis aposentos preparándome para dormir si tan solo no hubiera perdido de vista a Oscar, ese pez es muy escurridizo, solo me distraje saludando a las damas de casas menores y cuando fui a buscarlo ni él ni el maestre Samuel estaban sobrios, se suponía que contaba con él para que todo saliera bien esta noche y de un momento a otro Oscar no estaba en la sala de banquete.

Debo mantener la calma, nada puede ser tan malo solo está ebrio, a menos que alguien que esté en su contra lo apuñale, que deshonre a una dama (no, no es posible, es Oscar es un caballero en el significado de la palabra, pero eso no quita que siga siendo un hombre), maldición y si realmente se cayó por una de las ventanas del castillo, me asomé por una de las ventanas cercanas.

- No crees que es mal visto que una dama ande sola a estas horas de la noche.- Oí decir a mis espaldas hizo que diera un brinco de susto pero repuse la compostura. Lo reconocí de inmediato era Biff Tully, una de las pocas personas que están en contra de que Oscar sea el próximo señor de Aguadulce.

- ¿Por qué, conozco a todos en el castillo?, lo que si es mal visto es que un invitado merodee a una de las damas del castillo, así que con su permiso me retiro.- Me disponía a irme pero él me sujetó el brazo de una forma tan ruda que no pude evitar soltar una queja.

- Mira pequeña arpía, tenias un puesto seguro hasta la muerte de Kermit, pero ahora no eres nadie en estas tierras, sólo una extranjera que fue mandada a traer por un capricho del viejo Grover pero ahora ni el esta aquí para protegerte en su nombre, o es acaso que piensas meterte a la cama del Ingenuo de Oscar.- Sujeto más el agarre y trate de zafarse de él pero eso solo hizo que el pusiera más fuerza- Es ese tu plan no es así?, por eso te mostraste tan feliz cuando todos lo aceptaron como el nuevo señor de esta casa, a el lo puedes manipular, pero seria el caso contrario conmigo.- De un empujón fuerte logré zafarse de su agarre antes que me lastimara más el brazo.

- No se en que concepto tengas a Oscar pero sin duda él será un mejor Lord de lo que tu nunca podrás y si aun sigo aquí es porque le debo mucho a  la casa Tully. - Le di la espalda para irme, sin esperar respuesta, acto que evidentemente lo hizo enojar porque sentí como tiraba de mí para que lo viera de frente y pude sentir como como mi mejilla ardía ante la bofetada que me dio, no se que tan fuerte me golpeo pero sentí mi vista fallar y mi oídos taparse, ni siquiera pude hacer nada cuando lo vi levantarme la mano de nuevo, solo cerré los ojos esperando el impacto.

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Que ganas de aventar a Biff por la ventana........

Lirio de KalósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora