Capítulo V.- Un imbécil....

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Capítulo V.- Un imbécil....

Prov Lilia

El impacto nunca llegó pero en cambio un grito de pánico y miedo llenó los pasillos.

- Tu, ¿Qué crees que es lo que acabas de hacer?, pedazo de basura.- oí decir a un Oscar que no había visto antes, no se si era por la situación pero se veía mas alto e imponente y pese a que era más bajo que su primo que le llevaba 7 años, este parecía no saber qué hacer para zafarse de sus manos. 

- Crees que por tener el mismo apellido y la sangre de mis ancestros puedes venir a insultarme a mi y faltarle al respeto a la gente de mi casa, debería mandarte a decapitar, ¿o es tu deseo ser arrastrado por todo el valle hasta que caigas muerto?, mejor aún debería aventarte por esta ventana.- Oscar movió el cuerpo de su primo para que pudiera asomarse aun mas a la ventana por la cual ya lo tenía acorralado. Biff ni siquiera podía emitir una palabra coherente, estaba tan asustado ante esta versión de Oscar que incluso a mí me desconcertaba, siempre fue dulce y amable en su forma de ser y firme cuando era necesario, pero al parecer, cuando un hombre es insultado en su propia casa puede dejar salir un lado de el totalmente opuesto.

Me costó unos segundos reaccionar y darme cuenta de la situación, tengo que hacer algo, no se que tan enserio habla Oscar.

- Oscar bájalo.- si lo mataba el primer día de su nombramiento sería juzgado como tirano o cruel, no podía permitir que eso pase. Mí corazón casi se sale de mi pecho al ver que casi lo suelta por la ventana.

- Noo! no me refiero a que lo mates, solo bájalo.- Él me miró de forma extraña preguntándome porque sentía piedad por ese imbécil.

Los guardias llegaron al oír el alboroto, por suerte Oscar bajo a su primo y se lo entregó a los guardias, lo vi darle órdenes al guardia principal, por la dirección que tomaron supongo que lo mandaron a encerrar a las mazmorras. De camino a mis aposentos lo escucho ir detrás de mí sin decir una sola palabra, lo miró de reojo y tiene la cabeza gacha como si no supiera hacia dónde mirar, cuando llegamos me detengo justo en la puerta, él choca conmigo como si no supiera dónde parar.

- Habla, di lo que tengas que decir, el camino ya terminó, a menos que tengas planeado entrar también.- le señalo la entrada, sus orejas se tornan rojas y voltea la mirada. Desde pequeño solía hacer eso, seguir a la gente sin decir nada esperando el momento adecuado para disculparse o de que le perdonaran cuando creía haber cometido algún error, justo como un pequeño cachorro.

- Lo siento, por mi culpa...- duda al hablar mientras señala mi cara, la bofetada de Biff me causó una herida por alguno de sus anillos, debería tratarla de inmediato para que no deje marca alguna.

- No es tu culpa, no es culpa tuya que tu primo sea un loco imbécil.- El oírme hablar mal le saca una pequeña sonrisa. 

- Pero me defendiste y por eso el...- lo paró en seco.

- El también me insultó, así que fue por ti, fue por mi y ....., espera lo escuchaste todos? .- Te maldigo Biff no solo me insultaste y dejaste en duda mi honor, dejaste en duda mi honor ante la otra persona involucrada.

- Si, pero no fue apropósito, yo me estaba escondiendo, no quería que me regañaras y cuando él llegó iba a salir y luego todo paso tan rápido, lo siento, si hubiera sido más rápido o menos torpe, esto no hubiera pasado.- mueve la mano tratando de agarrar mi cara, duda y no lo hace solo deja su mano al aire.

- No te atormentes tanto, si tanto quieres enmendarlo castiga justamente a Biff, no lo avientes por la ventana, la gente creerá que el nuevo señor de aguadulce es un hombre cruel, prométeme que no volverás a hacer algo así sin pensar antes.- le entiendo mi dedo para pactar la promesa y él hace lo mismo y asiente en señal de que acepta cumplir la promesa o eso es lo que creo.

Entro a mis aposentos y me giro, el aun sigue parado de pie mirando para adentro, abre la boca y la cierra casi de inmediato. Cuando nos conocimos no tardó en apegarse a mi tanto que pedía quedarse a dormir conmigo y luego de tanto berrinche la institutriz se lo permitía, para mi no era un problema, era un niño lindo y me recordaba a cuando era más pequeña y dormía con mi hermano mayor cuando tenía pesadillas, las cuales eran frecuentes ante la muerte de mi madre. El dejo de ir a dormir conmigo cuando cumplió 10 años, al principio se me hizo raro hasta que por las damas me enteré del motivo, al parecer había llegado el tiempo de las lecciones del deber de un hombre y una mujer para procrear a su descendencia y al parecer su maestro le había dicho que él no podía dormir junto a una mujer a menos que antes la tomara como esposa o terminaría deshonrando a la dama, luego de eso su nana lo había encontrado llorando porque creí que me había quitado mi honor, he de suponer que el maestro no considero prudente explicar cómo era que se hacían los niños, todo eso junto seria mucho para el pequeño, pero al parecer de igual forma terminó confundiéndolo y creando un mal entendido en la cabeza del pequeño Oscar.

- Buenas noches...- se fue, pero era como si aún quisiera decir algo más, lo empecé a notar cuando su hermano murió pero ahora es más evidente con la muerte de su abuelo, me preocupa que se está refugiando en sí mismo y no deje salir sus emociones, ser fuerte no significa no sentir.


Fin del prov. 

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El cachorro también puede morder :)  

Lirio de KalósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora