Capítulo VII.- Demasiado tiempo

84 12 0
                                    

Capítulo VII.- Demasiado tiempo

Prov Oscar

Mas de un año había pasado y siento que si de nuevo me vuelve a tocar compartir tienda con el imbécil de Blackwood me volveré loco, como era posible que un lord tenga un comportamiento tan barbárico, en el campo de batalla hacía honor a su apodo, realmente era sanguinario y no había oponente que se opusiera frente a él que lograra salir con vida, en las reuniones con los otros lord parecía tener los modales justos para alguien de su posición, pero extrañamente eso cambia cuando estábamos solos.

- Entonces, ¿eres virgen porque no te atraen las mujeres? .- Preguntó como si fuera un tema demasiado casual para hablar, como si fuéramos amigos de toda la vida .

- ........

- ¿O eres virgen porque te asustan las mujeres?- Bien, entiendo el porque el hacía esta pregunta, pero quien en su sano juicio cree que es divertido meter a una mujer desconocida a la cama de alguien que se encontraba pacíficamente durmiendo y soñando con cosas lindas y con poder volver a la comodidad de su hogar, claro que me iba a asustar al sentir un toque extraño en partes donde no había dejado que me toquen antes.

- Nooo, no me digas, enserio no me digas, ¿te gustan los hombres?, no me digas, no me digas, no podré guardar el secreto.- Lo escuche reír como si hubiera dado en el blanco y tuviera la idea correcta, se ve tan feliz como un niño que se ha salido con la suya, despreciable.

- Cuando esta guerra termine, te colgaré delante de mi castillo justo en el árbol que da frente a mi ventana, espero que sigas manteniendo esa estúpida sonrisa tuya después de ello.- Su semblante cambió, no me importa que sea un aliado, sigo siendo su superior, le duela o no me tiene que respetar, somos de casi la misma edad pero no estamos a la par yo soy un gran..... el idiota se acaba de reír?, juro que lo escucho reír a mis espaldas.

.

.

.

.

.

Puedo ver a los peces del estanque, al parecer se multiplicaron y son alimentados bien, inhalo y exhalo el aire del jardín, que alegría ver que no se descuido, estamos en otoño y las rosas blancas que florecen en esta temporada ya desabotonar su aroma se mezcla con la del cercano bosque y de la frescura del rio, solo los 7 saben lo mucho que extrañe estar en casa.

No quiero salir de aquí, algo me dice que si lo hago no podré volver, quiero entrar al castillo pero el jardín es tan relajante, he regresado de la guerra, no quiero regresar a mis deberes tan pronto.

La mesa de juego que compartía con mi hermano sigue intacta, el tablero está colocado, tomó asiento del lado izquierdo eligiendo las blancas.

- Sigo creyendo que es muy infantil que sigas escogiendo las blancas porque son de los buenos..- mueve dos lugares.

- Pero son mis favoritas y si es de los buenos, representa la luz.- mueve un lugar

- Jajaja no crees que incluso la oscuridad puede ser buena?, me gustan las fichas negras, ¿eso me hace malo?, ¿crees que lo soy?.- Mueve dos puestos, retira una dicha y mueve de nuevo a favor por el movimiento anterior.

- Acabas de quitarme una ficha, estoy empezando a creer que lo eres.

- Oscar, no deberías de estar aquí, lo sabes.

- Vamos, tanto miedo tienes que te gane?

- Oscar, debes cumplir con tu deber, tienes promesas que cumplir.- Mis oídos empezaron a zumbar, lo podía oír con claridad pero cada que hablaba había un sonido que me hacía sentir que se me partía la cabeza.

- Oscar me lo prometiste, eres fuerte, sé que solo tu puedes hacer lo que yo nunca pude.- Luego de sus palabras, un zumbido doloroso me nublo la vista y se había ido de nuevo.

.

.

Luego de aquella discusión la cabeza me mataba, que pare, siento como si fuera a explotar hasta que el cantar del río alivio eso, siempre he amado esa pequeña cascada, aun recuerdo a mi abuelo presumir como es que el la había construido.

- "No puedo morir", lo prometiste.- ¿Dónde?, dónde estaba ella, porque la podía oír tan cerca pero no la podía ver.

- Lis?, ¿Dónde estás?

- Aun si un dragón intenta quemarse.

-  Lis, ¿Por qué te escondes?

- Si vuelves pronto a casa, te doy mi palabra que ya no te limitare con los postres, es una promesa.- Su suave voz sonaba triste y casi demasiado lejana. 

- Lilia, esto no es gracioso ¿Dónde estás? .- Podía escuchar su voz alejarse en lo profundo del bosque.

- Lilia vuelve, es peligroso, Lilia si vas más profundo podrías perderte, podría perderte.

- Lilia.....

Fin de prov

.

.

.

.

.

.

Gracias por votar por mi pequeña historia, es un gusto saber que le gusta a alguien mas aparte de mi persona. 


Lirio de KalósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora