II

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—¡Me gustas! —gritó Shuhua a mitad del camino hacia su casa.

—Tienes que dejar de gritar eso en medio de la calle, te van a atropellar —Soojin le agarró la mano, tirando de ella para colocarla en un lugar seguro.

—Es que eso lo hace más romántico —murmuró mirando el suelo.

—¿Lo dices en serio? —preguntó Soojin sin dejar de sujetar la mano de Shuhua, no quería que chocara con algún poste.

—En las películas románticas lo hacen así —dijo con un puchero.

—Eso no, ShuShu —suspiró—. ¿En serio te gusto?

—Sí... —lo dijo tan bajo que Soojin apenas la escuchó—. Perdón —soltó un exagerado sollozo, no quería que el ambiente fuera tan serio—. ¿¡Pero cómo quieres que no me enamore de ti si te ves tan genial tocando el bajo!? Es tu culpa por también ser cariñosa conmigo, ¡yo no quise esto! —se detuvo para tirar de la mano de Soojin y que la soltara.

La mayor se dio vuelta inmediatamente para mirarla. No era la primera vez que se encontraban en esa situación, con Shuhua gritándole que estaba enamorada y dándole las razones. No obstante, el hecho de que no se arrodillara para pedirle matrimonio era nuevo

—¿Y por qué hiciste que esto iniciara como un chiste?

—¿Un chiste? El amo no es un disfraz.

—No uses frases de las canciones Footloose.

—Es una fantástica película—soltó todo el aire de sus pulmones y miró a Soojin a los ojos—. Me gustas—parecía un cachorro.

—Ya lo dijiste.

—Es que en serio me gustas—se puso la mano en el corazón—. Porque cada vez que pienso que estamos solas—dijo otra frase de la película Footloose—sombodi ais ar wachin ¡Parapam! sombodi ais ar seein me lovin yu—cantó.

—Shuhua, un poco de seriedad, solo un poco.

—No estás entendiendo, Soosoo, me gustas.

—Sí, eso lo sé.

—¿Y por qué solo respondes eso? —Soojin le sonrió con cariño, encontrando tierno ver a Shuhua así de sonrojada—. ¿Qué gano con que lo sepas?

—Que no te estoy rechazando —se dio vuelta para caminar a su casa—. Solo necesito pensarlo.

—¿Pensar qué? ¿Cómo alejarte de mí? —corrió para colocarse frente a ella y estiró sus brazos para que no siguiera caminando.

—No seas pesimista —puso sus manos en el bolsillo de su chaleco—. Solo tengo que arreglar unas cuantas cosas antes de aceptarte.

—¿¡Me vas a aceptar!?

—Tal vez —se acercó a Shuhua para poner su mano en su brazo para bajarlo y le permitiera caminar a su casa.

—No me agrada tu ambigüedad.

—No me agrada tu poca seriedad.

—Entonces estamos a mano —se puso a su lado para caminar cerca de ella—. Tal vez no seamos perfectos, pero estamos hechos el uno para el otro —esa frase era de Grease. Soojin rodó los ojos al mismo tiempo que soltaba una suave risa—. ¿Y qué tienes que arreglar? ¿Te puedo ayudar? Sé arreglar enchufes.

—Unas cosas personales y luego a ti.

—Espero que sea fácil de arreglar, ya quiero ser tu esposa. ¿Dónde te gustaría casarnos? Yo propongo la casa de Minnie. Es e-nor-me —alzó los brazos—. Podríamos contratar un circo para que adornen el techo y todos tendrían que estar vestidos de celeste.

Soojin se detuvo, pero Shuhua siguió hablando. No era la primera vez que hablaban de su boda. Lo único que discutían cuando estaban a solas eran las películas que veían juntas y su futuro juntas. Muchas veces conversaban de eso mientras intentaban aprenderse los bailes de las películas. No les importaba cansarse rápido por respirar mal; solo disfrutaban el momento juntas.

Desde antes Soojin sospechaba que había algo de seriedad en las palabras de Shuhua. Nadie hablaba con tanta emoción de esas cosas como ella. Sin embargo, nunca pensó que realmente quería tener algo con ella. Podría ser algo platónico, o tal vez estaba inventando cosas para no sentirse rechazada por Shuhua. No le gustaba la idea de que Shuhua pudiera ser solo una bromista y una muy buena actriz, que la hacía verla con esos ojos brillantes llenos de cariño. Su mirada era más intensa que la que Miyeon tenía hacia Minnie. Especialmente cuando Soojin hablaba. Todo el mundo de Shuhua se detenía para poder escucharla con atención.

¿Cómo no enamorarse de Shuhua cuando la miraba así y le aseguraba un hermoso futuro lleno de amor? ¿Cómo no sentir algo cuando Shuhua era la persona más hermosa que había visto, por dentro y por fuera?

Luego de despedirse, sacó sus llaves del bolsillo de su bajo y abrió la puerta de su hogar con un poco de miedo. Quería hacer las cosas bien. No quería que nada arruinara la relación ni dañara a Shuhua; por eso necesitaba hablar con sus padres antes de aceptar sus sentimientos. Ya le había costado que le compraran un bajo y tuvo que soportar un reto de horas para que la dejaran ser parte de la banda de Soyeon.

Subió a su cuarto, cerró la puerta con llave y juntó las cortinas. Dejó su bajo en una esquina y comenzó a caminar en círculos. ¿Cómo la gente salía del clóset? Se detuvo y mordió el nudillo. Si a Shuhua se le ocurriera decir que todo era una broma, la mataría en ese preciso instante.

¿Qué le podría asegurar que todo era real?

Sospechaba que el momento en que Shuhua le dijo que se uniría a la banda por ella era una completa mentira. Era la primera vez que se veían (según ella) y ni siquiera se sabían sus nombres.

Volvió a caminar en círculos.

Para Yuqi, puede que nunca fuera una broma. Desde el primer momento intentó juntarlas. Luego de que Shuhua regresara con un piano, Yuqi se la presentó. Le contó lo buena amiga que era y lo fantástica novia que podría llegar a ser. Sin embargo, Shuhua ni siquiera les ponía atención, ya que estaba concentrada en Minnie, que afinaba su guitarra.

¿Desde cuándo pudo ser real?

No lo fue cuando salieron por primera vez solas. De eso estaba segura. Fueron al centro comercial a una tienda donde se rentaban películas. Shuhua aún no comenzaba con eso de insinuarle a cada segundo, pero siempre hablaba mucho con ella. Le contaba lo emocionada que estaba por estar en la banda y las horas que se pasó estudiando para que Soyeon la aceptara.

Tampoco lo fue cuando comenzaron a ir al cine juntas, luego de descubrir que les gustaban las mismas películas. Entraron a la sala con los brazos entrelazados. Ninguna hablaba por lo emocionadas que estaban del estreno, y cuando salieron, ambas hablaban tanto que se interrumpían mutuamente. Soojin le hablaba de los bailes y Shuhua hablaba de la confesión y del beso.

Puede que Shuhua no sintiera nada cuando se juntaron en la casa de la menor para poner la música de las películas y Soojin le enseñara lo que recordaba de las coreografías. Pero para Soojin, ese fue el día que comenzó a ver de forma distinta a su amiga. Precisamente en el momento en que ambas se encontraban en el suelo, jadeando entre risas, Soojin la miro, Shuhua se giró para mostrarle la sonrisa más hermosa que ha visto en su vida y notó lo feliz que la hacía esa niña que le había dicho que aprendería a tocar piano para poder salir con ella

¿Eso quería decir que ella se enamoró primero? Lo más probable es que sí, porque tampoco creía que Shuhua sentía algo por ella cuando fueron por primera vez a un concierto de ABBA con Miyeon, Minnie y Yuqi. Pero sí había algo cuando fueron solas al concierto de Madona. Estaba segura de que había algo entre ellas en ese concierto. La mirada de Shuhua hacia ella era distinta y, antes de irse a su casa, le dio un beso en la mejilla para luego irse corriendo mientras gritaba que contaría ese día en el discurso de su boda.

Soltó un largo suspiro y miró una de las fotografías que tenía pegada en la pared. Especialmente donde estaban las cinco sonriendo con sus instrumentos, fue la primera vez que tocaron más allá del territorio del colegio. Había sido una batalla de bandas y sonreían por haber quedado en el segundo lugar, pero Shuhua estaba amurrada. Eso fue hace dos años, ¿En ese momento las cosas ya dejaron de ser una broma de amigas?

¿Ya era completamente real para Shuhua en ese tiempo? 

Take On Me [(G)I-DLE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora