𝖈𝖆𝖗𝖒𝖊𝖓 | ᴠɪꜱᴇɴʏᴀ ᴛᴀʀɢᴀʀʏᴇɴ

2- ʟɪᴏɴꜱ ᴏʀ ꜱɴᴀᴋᴇꜱ?

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𝟭𝟮𝟭 𝗗. 𝗖. 𝗞𝗶𝗻𝗴'𝘀 𝗟𝗮𝗻𝗱𝗶𝗻𝗴

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Visenya avanzaba por los pasillos del castillo con pasos rápidos, su mente girando en torno a la noticia de que Rhaenyra había entrado en trabajo de parto. La noticia había llegado a oídos de todos y Visenya, ansiosa y curiosa, no pudo evitar apresurarse hacia la habitación. Al llegar a la puerta, se tomó un momento para respirar hondo antes de entrar.

La habitación estaba en un estado de calma relativa. Rhaenyra yacía en la cama, exhausta pero radiante, sosteniendo a su recién nacido en brazos. El pequeño Joffrey dormía tranquilamente, ajeno a las tensiones que lo rodeaban. Visenya se acercó con una sonrisa.

"Entonces, ¿el nuevo príncipe ha llegado al mundo?" preguntó Visenya, mirando al bebé con interés.

"Sí, ya está aquí," respondió Rhaenyra con sonrisa cansada. "Y parece que se está llevando bien con la vida fuera del útero."

Una criada entró de repente, con una expresión que no presagiaba nada bueno. "Su Majestad," dijo a Rhaenyra, "la Reina Alicent ha solicitado ver al bebé."

Rhaenyra frunció el ceño. "¿La Reina Alicent? ¿Para qué quiere ver al bebé?"

"No lo sé," respondió Visenya, alzando una ceja. "Tal vez quiera verificar que no haya sido cambiado por algún niño más... real."

"Visenya," advirtió Rhaenyra con un tono que mezclaba cansancio y reproche. "Vamos, que no tenemos mucho que perder."

Visenya la siguió con un aire de curiosidad. Al llegar a la habitación de Alicent, estaba esperando con una postura elegante, pero con una expresión que no escondía su desdén. Al ver a Rhaenyra y Visenya, su sonrisa se hizo más amplia, aunque sus ojos permanecieron fríos.

"Rhaenyra, qué sorpresa," dijo Alicent con un tono que podría haber sido dulce si no hubiera estado cargado de sarcasmo. "Y tú, Visenya. Siempre un placer."

"Y para mí también," respondió Visenya, intentando igualar el tono. "¿Qué nos trae por aquí, Alicent?"

Alicent extendió los brazos hacia el bebé con una sonrisa casi calculadora. "Oh, solo quería ver al pequeño Joffrey. Es un nombre tan... encantador."

Visenya, sin poder contenerse, soltó una risa. "Sí, un nombre tan... memorable. Es raro ver algo que no encaja en la tradición Velaryon."

Rhaenyra tensó la mandíbula pero mantuvo su compostura. "Todos tienen sus gustos. Joffrey es un nombre que nos gusta."

El rey Viserys, que había estado observando en silencio, intervino con un intento de suavizar la tensión. "Es un niño precioso, Rhaenyra. Tiene la nariz de su padre, Laenor. Un buen augurio."

La risa de Visenya se convirtió en un ligero resoplido de sorpresa. "¿La nariz de Laenor? Eso sí que es un detalle minucioso, tío. Me imagino que es difícil no notar la herencia."

Rhaenyra frunció el ceño, claramente irritada. "Sí, gracias por el cumplido, padre."

Alicent parecía disfrutar de la incomodidad que se había creado. "Bien, les deseo lo mejor con el pequeño. Aunque, de verdad, la ausencia de un nombre Velaryon es bastante notable."