Predestinados, omega y alfa destinados a estar juntos y amarse como se debe. Yoon-gi no encontró al suyo, pero sí halló a un alfa muy atento y cariñoso, creyó que a su treinta ya no hallaría el amor, pero ahí estaba su Nam-joon, quién le prometió estar juntos y rechazar el destino.
Yoon-gi es amo de casa, le agrada lo que hace, tiene un alfa que lo ama con sinceridad y lealtad y una buena casa. Es feliz y dichoso. Tiene todo lo que un adulto de su edad debe tener. Menos un cachorro, eso es algo que aún no planea y prefiere dejar a un lado momentáneamente.
Sin embargo, detrás de la fachada de buen alfa y novio cariñoso y atento, Kim Nam-joon tiene unos secretos que su omega bonito no puede descubrir. Una cruel verdad.
En una relación hallamos amor, lealtad, comunicación, confianza, felicidad... Pero, ¿también las mentiras?
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Por otro lado, hay un alfa que no tiene todo en la vida miserable que a él le ha tocado. Su vida es desafortunada, él está atrapado en la soledad, como la ballena 52. Amor o predestinados. Eso no lo encuentras en su vida.
No tiene un trabajo, no tiene sueños que perseguir, no existe un omega o beta que pueda soportarlo y amarlo. Es triste y lleno de amargura. Es un veinteañero que cayó en la mala vida desde adolescente, le echa la culpa a sus padres, nunca estuvieron presentes con él y lo dejaban con niñeras.
Ha perdido esperanzas de mejoras, el prefiere tirarse al mar y ahí hundirse, junto a su miseria y pobreza.
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Cualquiera que los viera se pregunta, ¿Que tienen estos dos en común?
No puedo responder, solo diré, que ellos tienen un lazo inevitable y notorio de por medio, su destino.
El secreto de Nam-joon, el despecho de Yoon-gi, el enamoramiento de Jung-kook, créanme que todo ésto junto será igual a una caótica historia, de pasiones desenfrenadas, verdades ocultas, un inevitable karma y un amor clandestino, una indebida 𝘎𝘢𝘳𝘥𝘦𝘯𝘪𝘢...
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Yoon-gi tenía una felicidad que desbordaba de su cuerpo. Había retomado su trabajo como pianista y le iba de maravilla, incluso le pidieron que volviera a ser uno de los pianistas de la Gran Orquesta Sinfónica Byeoul, una orquesta importante del país, reconocida como una de las mejores de Asia. Desde niño amó los acordes, las notas y la suave y elegante melodía del piano, la música era su dopamina. El arte de crear ese ritmo con el piano estaba en su sangre, su abuela había sido pianista como él. Si lo pudiera ver, estaría orgullosa.
Sin embargo, un mensaje de texto llegó a su celular, solo para desmoronar de nuevo su alegría, decidió revisar quién era, se trataba de su mejor amigo omega, Ho-Seok. La sonrisa de Yoon-gino había durado demasiado, de golpe se desvaneció, su corazón se estrujó hasta provocarle dolor. Sus pupilas llovieron sin cesar, y sus piernas no soportaron. Yoon-gi cayó al piso de rodillas, en medio de un mar de lágrimas, lamentos y dolor. Su dulce aroma mentolado se amargó, su lobo de contemplar la verdad se quebró y aulló del dolor. Ho-Seok había un mensaje y un par de fotos que bastaron para hacer llorar sin consuelo al omega, «Cuanto lo siento Yoonie». Yoon-gi lloriqueo y pataleo como un niño, un niño lastimado y traicionado, un niño herido. Su lobo omega aullaba de pena y tristeza. Contempló el suelo y toda la casa, su corazón se sentía apuñalado.
Me prometiste que no sucedería otra vez, ¡Me lo prometiste! Mentiroso...—
Su lobo que aullaba del dolor fue interceptado por cierto alfa pelinegro, quién apresuró sus pasos y entró abruptamente en la casa, sorprendido al encontrar al bonito omega de cabellos menta, llorando de dolor. El alfa no dudó en ir a su consuelo y secar sus lágrimas, liberando un poco de su aroma para calmarlo.
Yoon-gi no supo el porqué exactamente, quizás el despecho, o las ganas de hacer lo mismo que él le había hecho. Sin dudar, se lanzó a los labios del alfa, besando con desespero, lo abrazó e intensificó ese beso, volviéndolo uno más apasionado y desenfrenado. Su lobo lloraba de dolor, pero con los labios de ese alfa, rápidamente olvidó todo y decidió disfrutar, su lobo brincaba de alegría al tener a ese alfa como tanto quería. Yoon-gi lo miró fijamente a sus ojos castaños, y en un susurro erótico, le pidió: «No digas nada, solo hazlo, no pienses, solo hazme tuyo, Jeon Jung-kook».
Y Jung-kook como buen menor obediente y hormonal que le tenía ganas a ese omega, no dudó y siguió besándolo con pasión, satisfecho de sentir sus labios y tener a esa boquita pidiendo que lo haga de él. Tomó su cintura delgada y lo apegó más a él, empezó a olfatear por todo su cuello, disfrutando el aroma de caramelo de menta, dulce y agradable. Y en su oído le habló con voz ronca, pero demasiado sexy y excitante. «No me importa que seas el omega de otro alfa, solo nuestra Gardenia. Hoy te hago mío, solamente mío, Min Yoon-gi».
Y ambos se fundieron en las pasiones carnales, en sus más bajos instintos y sus lobos descontrolados tomaron el mando. Importando poco y nada el resto del mundo, está era su tarde. Y Yoon-gi lo disfrutó como nunca antes lo hizo, bajo el control de ese alfa joven y fuerte, que lo ahorcaba y le dió el mejor de los consuelos que le pudieron dar.
«La venganza se sirve en plato frío...»
Ésto es... Gardenia...
HadleyBroken—
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Gardenia
FanfictionJung-kook, un alfa veinteañero metido en un sinfín de problemas legales por tenencia y venta de sustancias ilícitas. Y a su padre ya le ha colmado la paciencia con sus líos, quién lo obliga a vivir con él, rehabilitarse y estudiar, pues no le ve otr...