Capítulo 10: ¿Un sueño...

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La noche se había asentado sobre la isla como un manto oscuro, dejando que las estrellas apenas fueran testigos de la escena tranquila que se desarrollaba alrededor del fuego. Los hombres, exhaustos por los eventos del día, habían caído en un sueño profundo, uno que buscaba restaurar las fuerzas necesarias para los desafíos que seguramente enfrentarían al amanecer. Seonghwa, sin embargo, permanecía despierto. El alfa había tomado la primera guardia, su instinto protector no le permitía descansar completamente, especialmente con HongJoong durmiendo cerca, tan vulnerable y hermoso bajo la luz tenue de las estrellas.

Mientras mantenía la vigilancia, Seonghwa no pudo evitar dejar que sus pensamientos vagaran hacia el pequeño omega que había robado su corazón. HongJoong, incluso en su sueño, emanaba una paz y una dulzura que Seonghwa encontraba irresistible. Desde antes del naufragio, había estado considerando la idea de pedirle que se convirtieran en pareja oficialmente. No era una decisión que tomara a la ligera; ser pareja en su mundo significaba unirse en cuerpo y alma, una conexión que no podría romperse fácilmente. Y junto con esa unión, Seonghwa deseaba darle su marca, el símbolo de que ambos se pertenecían el uno al otro.

Sin embargo, el destino parecía conspirar en su contra. Nada había salido como lo planeado. El naufragio, La Isla de las Sombras, los peligros constantes, todo había frustrado sus intentos de crear un momento perfecto para hacer su propuesta. Pero a pesar de las adversidades, Seonghwa estaba decidido. Cuando encontraran el Aurora, cuando finalmente estuvieran a salvo, no solo iba a pedirle ser su pareja, sino que también, si HongJoong lo aceptaba, le pediría matrimonio. Era un pensamiento que le llenaba de alegría y esperanza, pero también de un miedo latente a ser rechazado. No podía imaginar su vida sin HongJoong a su lado, y si eso significaba renunciar a los lujos y el reinado que alguna vez había valorado, lo haría sin dudarlo.

Mientras Seonghwa contemplaba estos pensamientos, un ruido en la oscuridad lo hizo agudizar todos sus sentidos. Su entrenamiento como alfa y guerrero le permitía discernir los más mínimos cambios en el entorno, y lo que había escuchado no era un simple crujido de hojas. Eran pisadas, varias de ellas, como si un grupo estuviera merodeando a su alrededor en un intento de confundirlo. Seonghwa se tensó, sus músculos preparados para la acción. Se concentró, cerrando los ojos para enfocar su audición y poder distinguir de dónde provenían los sonidos. Entonces, justo cuando pudo identificar la fuente, lanzó su pequeña daga con precisión letal.

El silencio cayó sobre la isla de manera abrupta, y Seonghwa abrió los ojos, listo para enfrentar a cualquier amenaza que pudiera surgir. Pero lo que vio lo dejó perplejo. Allí, en el suelo, donde su daga había impactado, yacía un pequeño conejo, con su suave pelaje manchado de sangre. Seonghwa se acercó con cautela, aún sintiendo la presencia de algo más grande, más peligroso, pero lo único que encontró fue al diminuto animal. No tenía sentido. El ruido que había oído era demasiado fuerte para provenir de una criatura tan pequeña. Confundido, se giró para observar su entorno, pero antes de poder hacer cualquier movimiento, todo se volvió negro.

 Confundido, se giró para observar su entorno, pero antes de poder hacer cualquier movimiento, todo se volvió negro

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El Aurora del Capitán [SeongJoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora