Capítulo 2: El encuentro

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La noche era oscura y el mar, inquieto. Las estrellas titilaban débilmente en el cielo despejado, mientras el barco real se deslizaba por las aguas, transportando al príncipe Park Seonghwa, su amigo Jung WooYoung y su guardia más leal, Choi Jongho, hacia el reino vecino. La travesía había sido tranquila hasta ese momento, con solo el sonido de las olas rompiendo contra el casco del barco y el suave murmullo del viento.

Pero esa paz estaba a punto de ser destrozada.

En la distancia, un barco pirata se acercaba sigilosamente, sus velas negras ondulando como sombras en la noche. A bordo, el capitán HongJoong observaba el barco real con una mezcla de determinación y anticipación. Aunque de estatura baja y complexión delgada, HongJoong emanaba una autoridad que nadie se atrevía a cuestionar. Su apariencia frágil era engañosa; sus ojos oscuros brillaban con astucia y resolución.

—Prepárense—ordenó con voz firme—. No haremos ruido hasta estar lo suficientemente cerca.

La tripulación se movió rápidamente, ejecutando las órdenes con precisión. Pronto, el barco pirata estuvo a pocos metros del barco real. Con un gesto silencioso de HongJoong, los piratas lanzaron ganchos y cuerdas, asegurando las dos embarcaciones.

El ataque fue repentino y feroz. Los piratas abordaron el barco real con una eficiencia aterradora. Los guardias reales, aunque valientes, fueron rápidamente superados. En medio del caos, Seonghwa se encontraba en la cubierta con WooYoung y Jongho, tratando de protegiéndose entre los tres espalda con espalda.

—¡Permanezcan juntos! —gritó Seongwan, su voz fuerte y autoritaria, pero su preocupación evidente.

En ese momento, sus ojos se encontraron con los de HongJoong, quien había subido a la cubierta con la gracia de un felino. A pesar de su estatura baja, su presencia dominaba el lugar. Los dos se miraron fijamente, evaluándose mutuamente en un instante cargado de tensión.

—¡Aseguren a los prisioneros! —ordenó HongJoong a sus hombres, sin apartar la vista de Seonghwa.

Los piratas se abalanzaron sobre Seonghwa, WooYoung y Jongho. Aunque lucharon con valentía, fueron rápidamente dominados. Jongho, un alfa fuerte y robusto, resistió hasta el último momento, pero finalmente fue sometido por varios piratas.

—¡Deja ir a mis amigos! —exigió Seonghwa, su voz llena de furia.

HongJoong sonrió ligeramente, un gesto que no llegó a sus ojos. Se acercó al alfa que todavía seguía moviéndose bruscamente tratando de soltarse del agarré de los hombres.

—No estamos aquí para negociar, príncipe. —dijo con voz tranquila pero severa—. Vienen con nosotros.

Seonghwa, WooYoung y Jongho fueron amordazados y atados antes de ser llevados al barco pirata. Mientras los piratas se retiraban, el príncipe lanzó una última mirada desafiante a HongJoong.

De regreso en el barco pirata, los prisioneros fueron llevados a los calabozos asi separandolos. WooYoung, asustado, miraba a su alrededor con ojos amplios, mientras Jongho mantenía una expresión de acero, evaluando sus posibilidades de escapar.

—¿Qué piensas hacer con nosotros? —preguntó Seonghwa, rompiendo el silencio.

HongJoong lo miró por un momento antes de responder.

—Eso dependerá de ti, príncipe. Hay cosas que necesito saber, y tú vas a decirme —respondió con frialdad.

Seonghwa frunció el ceño, confundido pues no tenía idea de que quería ése tipo de él, pero se quedo callado sabiendo que las cosas iban a complicarse si abría la boca. A pesar de estar en manos de los piratas, no estaba asustado pues sabía que en cuánto supieran de su desaparición los buscarían.

El Aurora del Capitán [SeongJoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora