El Aurora del Capitán [SeongJoong]

Capítulo 11: ...o la realidad?

La mañana apenas comenzaba a abrirse paso a través de la densa jungla, bañando las hojas y los troncos con una luz tenue que apenas lograba atravesar el follaje. La atmósfera estaba cargada de una extraña mezcla de anticipación y temor, como si la isla misma estuviera observándolos, esperando el próximo movimiento de los marineros que habían osado desafiar sus misterios.

HongJoong no podía dejar de mirar a YunHo mientras este último estudiaba con atención un mapa envejecido que había encontrado entre las sombras de la jungla, cuando volvían de su pequeña aventura. Había algo en la manera en que YunHo sostenía el mapa, en la forma en que su expresión se mantenía impasible, que hacía que HongJoong se sintiera a la vez más seguro y más inquieto. Después de todo, YunHo parecía conocer esta isla mejor que nadie, y eso era tanto una bendición como una maldición.

—YunHo —dijo HongJoong finalmente, rompiendo el silencio incómodo—. ¿Te quedarías con nosotros durante lo que reste del viaje? Creo que todos nos sentiríamos más seguros si nos acompañas. Sabes más sobre esta isla que cualquiera de nosotros, y tu presencia podría marcar la diferencia.

YunHo levantó la vista del mapa, sus ojos penetrantes encontrándose con los de HongJoong. El alfa asintió con una seriedad que le hizo sentir un escalofrío en la espalda al omega.

—Si eso es lo que deseas, me quedaré —respondió YunHo, sin la más mínima duda en su voz—. Esta isla es traicionera, y cuantos más estemos juntos, mejor. Pero les advierto, la isla no nos dejará ir tan fácilmente.

Las palabras de YunHo pesaron en el aire, y el grupo, aunque agradecido por su aceptación, no pudo evitar sentir una creciente preocupación. No obstante, sabían que continuar solos no era una opción. Prepararon sus cosas rápidamente, el campamento improvisado desmantelado con la eficiencia de marineros que habían pasado más tiempo en el mar que en tierra firme.

Partieron una vez más, adentrándose en la jungla bajo la guía de YunHo. El sendero que seguían era estrecho y estaba flanqueado por vegetación espesa. La humedad en el aire aumentaba con cada paso, y pronto el sudor empezó a resbalar por sus frentes. El cansancio físico se acumulaba rápidamente, exacerbado por la carga de las provisiones que llevaban consigo.

—¡Ya han pasado dos horas! —exclamó WooYoung, dejándose caer sobre una roca con un suspiro exasperado—. Si seguimos así, terminaremos desmayados antes de encontrar lo que estamos buscando.

San se detuvo y se giró hacia WooYoung, sus ojos brillando con una mezcla de preocupación y afecto. —Podemos descansar un poco, WooYoung. No tiene sentido seguir si estás agotado. Además, todos necesitamos recuperar energías.

—Aquí hay un río cerca —añadió YunHo, señalando un claro que se podía vislumbrar a través de los árboles—. Podemos parar ahí para almorzar y descansar.

El grupo estuvo de acuerdo de inmediato, la idea de una pausa y algo de agua fresca revitalizó sus ánimos. Cuando llegaron al río, todos dejaron caer sus cosas con un suspiro de alivio. El agua clara corría suavemente, y los reflejos del sol danzaban en la superficie, creando un contraste pacífico con la densidad de la jungla circundante.

—Seonghwa y yo iremos a buscar leña para una fogata —dijo Mingi, levantándose con un estiramiento perezoso—. No tomará mucho tiempo.

Seonghwa asintió, lanzando una mirada de despedida a HongJoong antes de seguir a Mingi hacia el bosque. HongJoong le devolvió la mirada, una pequeña sonrisa asomando en sus labios antes de volverse para ayudar a Yeosang a preparar el área para el almuerzo.

Mientras Seonghwa y Mingi se adentraban más en la jungla, el ambiente entre ellos era relajado. Caminaban en silencio por momentos, escuchando los sonidos de la naturaleza, el crujido de las hojas bajo sus pies, el murmullo distante del río, y el ocasional canto de un pájaro.