Francia, 1625
Eran cerca de las 2:30 de la tarde, las calles se encontraban casi vacías, muy poca gente salía a esa hora, o a cualquier hora. En realidad, no mucha gente vivía ahí, el lugar era poco digno, las casas eran pequeñas, los cuartos tenían ese peculiar aroma a humedad, muros agrietados, fachadas descuidadas con herrería oxidada, sí, sin duda era uno de los barrios más pobres del país.
Los tres chicos se encontraban al borde de la acera, cabizbajos, dos de ellos platicaban amenamente. El otro, simplemente se encontraba recargando su barbilla en su mano, mirando a la nada. Diariamente se preguntaba cómo es que había terminado así, viviendo prácticamente en la calle, solo, y peor aún ¿por qué su familia había muerto y él no? Era todo lo que día con día se cuestionaba, su vida había cambiado de un momento a otro, quedándose sin nada, sin un techo, sin dinero, sin amigos... bueno, hasta que los conoció a ellos. Su nueva familia.
Desde el día que se encontró con ese par, no se habían separado en ningún momento. Los tres buscaban la manera de sobrevivir, ya llevaban casi 2 años buscando algún trabajo que los pudiese ayudar a solventar gastos, sin embargo, no habían podido encontrar nada.
Yoongi era el más tranquilo de los tres, era alto, con el pelo completamente negro, tenía facciones muy finas y marcadas, la piel ligeramente más pálida, un par de ojos color miel que se acentuaban perfectamente con las largas pestañas que poseía.
Hoseok era de su misma edad, aunque era menor por unos cuantos meses, él era un poco más alto y robusto, muy simpático, tenía el sentido del humor que le faltaba a lo otros dos. Ojos color café al igual que su cabello, el cual era una especie de combinación extraña entre rizado y lacio, una sonrisa impecable y una fuerza de voluntad más grande que la de todo el mundo.
Y por último, estaba Taehyung. Era el mayor, pero curiosamente el más bajo, tan solo un par de centímetros pero que hacían notar la diferencia. Ojos azules acompañados de una mirada muy peculiar, curiosa e intensa a la vez. Castaño, delgado, y con una sonrisa que pocos habían visto hasta la fecha, era reservado con la gente extraña, más no con sus amigos.
"¿Entonces? ¿qué opinas, Tae?"
"¿Mhn? ¿decías algo?" El ojiazul inmediatamente cortó sus pensamientos, observando a su amigo. "Lo siento, Hoseok, no te presté atención."
"¿Y cuándo si lo haces? ¡Taehyung! Me estoy cansando de que cada que hablo nunca no me haces caso, jamás me consideras, soy un cero a la izquierda." El menor había comenzado a mover sus manos en desesperación.
"Cálmate, Hobi, no hagas tanto escándalo." Yoongi interrumpió, conocía perfectamente la forma de ser de su amigo. "Taehyung, Hoseok decía que lo más probable es que tengamos que buscar algo de comer ya, no hemos siquiera almorzado y mira." El pelinegro señaló el gran reloj que yacía en medio del parque en el que se encontraban. "Son casi las dos y media, sinceramente yo ya tengo un poco de hambre"
"La verdad es que yo igual." Llevó su mano a su estómago, podía sentir su interior removerse implorando alimento. "¿Dónde pediremos prestado? Seguimos endeudados en todos lados, y dudo que alguno de los mercados nos quiera fiar de nuevo."
Hoseok sonrió de lado, enarcando levemente una ceja. Metió su mano en el bolsillo derecho de su desgastado pantalón, y seguido de ello, la extendió frente a los ojos de su amigo. Había 25 francos.
"¿De dónde has sacado eso?" Los ojos de Taehyung se desorbitaron. "¡Hoseok, hemos dicho que nunca íbamos a robar! ¿Cómo pud-"
"¿Qué? ¡Aguarda Kim, yo no soy ningún ladrón!" Hoseok se escandalizó de sobremanera. "Si me hubieras escuchado, sabrías que no los robé, una señora por la mañana me pidió que le ayudara a llevar sus cosas a una carretera, al parecer se mudaba." Su rostro se relajó. "Como sea, me dio esto por ayudarle, quizá no es mucho, pero podremos comer algo bueno el día de hoy."
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The three musketeers | Taekook
FanfictionA d a p t a c i ó n Taehyung es un joven inexperto con el sueño de convertirse en mosquetero, después de haber sido salvado por uno. Tras una situación lo suficientemente extraña, le dan la oportunidad a él y a sus amigos de demostrar que son dignos...