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Al día siguiente, Yoongi, Taehyung y Hoseok tomaban su desayuno en el pequeño comedor, ellos ya tenían que estar aseados, desayunados y uniformados para hacer sus labores en el reino a primera hora. Siempre había prendas que lavar y botas que lustrar.

En realidad, no era que tuvieran el gran uniforme: pantalones holgados, playeras sin mangas y por si hacía frío, un chaleco, nada del otro mundo.

Eso sí, diariamente les entregaban todas aquellas prendas perfectamente lavadas y planchadas, de eso no se podían quejar.

"¿Por qué las uvas son tan pequeñas?" Hoseok se cuestionó mientras observaba la fruta entre sus dedos. "Quiero decir, algo tan rico debería de ser tamaño extra grande, como una sandía." Realizó un puchero con decepción, mientras se metía la pequeña fruta a la boca.

"Hoseok, si las uvas fuesen de tamaño de una sandía, no serían uvas." Respondió Yoongi, mientras cortaba un pedazo de pan.

"Tal vez no, pero sería magnífico. Quizás tendrían otro nombre, ¡tal vez uvandía!"

"¿De verdad acabas de mezclar el nombre de la uva con la sandía?" Taehyung lo observó con gracia, antes de beber un trago de su té.

Hoseok sólo sonrío divertido, tomando otra uva entre sus dedos, la cual ni siquiera llegó a su boca ante el sobresalto por el estruendo de la puerta del comedor abriéndose.

Siwon entró con una gran sonrisa en el rostro, como si de un niño se tratase. Yoongi pensó que nunca lo había visto tan feliz y eso lo asustó.

"Buen día, muchachos. ¿Cómo amanecieron el día de hoy?"

¿De cuando acá él era amable con ellos?

"Buenos días, señor. Todo bien, ¿qué tal usted?" Preguntó el ojiazul, generalmente él era el que contestaba a sus preguntas, Yoongi sencillamente no intentaba cruzar palabras con él a menos que fuese necesario y Hoseok, bueno, él se mantenía el margen.

"Perfecto, magnífico." Se acercó a la mesa de los chicos, y tomó una manzana entre sus manos.

"Les traigo la mejor noticia que pueden imaginar." Declaró antes de darle una mordida a la fruta.

"¿Lo desterraron y ahora nos pondrán otro jefe?" Susurró Hoseok para Yoongi, el cual sólo atinó a proporcionarle un codazo con discreción y reprimir una risita.

"¿Cuál es la buena nueva?" Se atrevió a preguntar Yoongi, la curiosidad le había ganado.

Siwon sonrió complacido, tomando asiento en una de las sillas vacías frente a la mesa. Dejó la manzana a medio comer sobre ella y cruzó sus brazos con autosuficiencia.

"Serán ascendidos."

Los tres muchachos fruncieron el ceño con extrañez, ninguno quería dejar de trabajar para los mosqueteros, quizá por eso Siwon estaba tan feliz, porque por fin se desharía de tres niñatos con sueños inalcanzables como solía decirles.

"¿Ascendidos? ¿A qué puesto?" Preguntó Hoseok, igual de confundido que sus dos amigos.

"Honestamente señor, no nos gustaría dejar de trabajar para los mosqueteros, nos gusta mucho y lo hacemos bien, siempre entregamos a tiempo y sobretodo, tal cual lo piden." Taehyung se adelantó a hablar antes de oír la respuesta de su jefe.

"¿Sí? ¿Así de tanto aman su trabajo?" Los tres asintieron en respuesta, una sonrisa arrogante se coló por los labios del hombre. "Bien, entonces el cargo que les venía a ofrecer no es para ustedes." Respondió con frialdad, poniéndose de pie ante miradas curiosas. "Ni siquiera porque era su meta al venir aquí, ¿no tenías ese estúpido sueño de portar un sombrero nuevo y real, Taehyung?"

The three musketeers  |  TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora