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Jungkook y Somi jugaban una supuesta amigable partida de ajedrez en la habitación del menor, ambos estaban sumamente concentrados en una sola cosa: ganar.

El rizado movía con estrategia sus piezas y pensaba cada segundo su jugada; por otro lado, Somi solo reía ante las reacciones de su hermano, a veces era muy competitivo.

"Jaque mate." La princesa sonrió con burla, moviendo su torre, acorralando por fin al rey del color contrario.

"¡Somi! Dijiste que me dejarías ganar." Jungkook formó un adorable puchero con su labio inferior. "Estoy harto, siempre lo haces."

"Vamos, Jungkook, no puedes enojarte por eso." Tarareó la princesa, para después comenzar a recoger las piezas del tablero. "Mejor cuéntame lo que querías decirme."

El príncipe suspiró, y dudó un poco al hablar. Confiaba en su hermana, claro que lo hacía, a pesar de que Somi era un tanto complicada y su carácter era muy pesado a veces, ella siempre se mostró muy unida a él desde infantes.

Por eso, el ojiverde la amaba tanto.

"Yo... a ver, primero dime... ¿Q-qué se siente estar enamorado?" Cuestionó, acomodando un rizo rebelde detrás de su oreja.

"Contestaré tu pregunta, pero después tú lo harás con la mía." Jungkook asintió feliz. "Bien, supongo que... supongo que estar enamorado es sentirse muy feliz al lado de una persona. Quiero decir, cuando yo vi a Mark por primera vez, me dieron náuseas..."

Ambos hermanos rieron.

"No de las malas, me puse nerviosa. Después del trato que tuvimos, lo fui conociendo y me gustó su forma de pensar y de ser. ¿Sabes? El respeta mucho mi lugar." La princesa sonrió, observando al chico escucharla con atención. "Nunca me hace menos por ser mujer, es como nuestros padres."

"¿Y por eso te enamoraste?"

"No, obviamente influyó, pero no. La verdad es que no noté que me gustaba hasta que un día me vi enviándole cartas, y sonriendo al leer las suyas, recibiendo flores, y buscando cualquier pretexto para que papá organizara cenas en donde él y su familia estuviesen invitados."

"¡Oh! Recuerdo cuando dijiste que era el día del caballo y obligaste a papá a organizar una en honor a eso." El ojiverde se carcajeó, recordando la cara de su madre cuando escuchó el disparate de su hija.

"¡Exacto! Obviamente lo invité a celebrar." Somi se encogió de hombros, contagiándose por la risa de Jungkook.

"Eso es muy lindo, quiere decir que si lo quieres, yo estoy muy feliz de que pronto te vas a casar."

Claro que el príncipe estaba feliz con la boda próxima, sabía que su hermana era muy feliz al lado de Mark, y que él era una persona excelente, se preocupaba mucho de Somi.

Sin embargo, también le daba un poco de tristeza saber que cuando contrajeran nupcias, ella se iría del castillo, dejándolo ahí, solito. Pero no iba a ser egoísta, ante todo, estaba la felicidad de ella.

"Pero ahora, tú dime, ¿por qué la pregunta?" La princesa se cruzó de brazos, fingiendo molestia. "¿Quién se está robando el corazón de mi hermanito?"

Jungkook trago saliva, comenzando a sentir los latidos de su corazón acelerarse con tan solo pensar en él.

"Eh... bueno, yo..." El príncipe bajó su mirada, sintiéndose apenado. "Es que... Somi, él... é-él es perfecto, es tan lindo, pone mi mundo de cabeza..."

Su hermana se irguió en su asiento, y relajó su postura. Frunció levemente el ceño reflejando toda la intriga que ahora sentía.

"¿Es Jimin?"

The three musketeers  |  TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora