Villana, Te Mimaré [GL]

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Capítulo 38 - Nos encontramos por casualidad (1)

Ah Xin regresó a aquel oscuro lugar sin fin, y su figura etérea apareció al instante sobre una gran piedra de jade. Espíritu Plateado surgió de algún modo de la nada y saltó sobre su hombro, contemplando el rostro de Ah Xin con una leve sonrisa.

"Xin, ¿estás contenta?".

Ah Xin asintió y respondió suavemente: "Sí".

Se apoyó en la piedra de jade, manteniendo su sonrisa amable y satisfecha durante largo rato. Yin Ling dudó un momento y preguntó: "¿Has recordado algo?".

"¿Qué debo recordar?" preguntó Ah Xin.

"En ese caso, no te has acordado", los pétalos de flor de Yin Ling se curvaron ligeramente. "Hay muchas cosas. Una vez dijiste que un día recordarías muchas cosas. Después de cada sueño profundo, olvidas casi todo lo que has vivido fuera. Nunca lo has recordado".

Ah Xin sintió cierta curiosidad. "¿Sabes por qué?"

"Sí, lo sé".

Yin Ling agitó los pétalos de su flor. "Tú misma los sellaste. Olvídalo, olvídalo. No importa lo que diga, lo olvidarás. Debería estar agradecida de que no sellaras mis recuerdos. Si no, me perderías como amigo".

Después de un rato, Ah Xin cerró los ojos con una leve sonrisa y se quedó dormida.

Se despertó al cabo de un tiempo desconocido, con expresión serena. La sonrisa de felicidad que tenía antes de dormirse parecía como si nunca hubiera aparecido.

...

"¿Está delicioso?"

Ah Xin respondió instintivamente: "Está delicioso". Abrió los ojos y se encontró sentada en una pastelería. Delante de ella había una exquisita tarta pequeña adornada con varias frutas y crema rosa, con un aspecto increíblemente hermoso.

Su boca aún conservaba el dulce aroma de la crema.

Levantó la cabeza y miró a la hermosa mujer sentada frente a ella. La mujer tenía rizos largos y ondulados, cejas ligeramente afiladas, nariz recta y llevaba los labios pintados de rojo vivo. En conjunto, desprendía un aura vibrante y hermosa. Sin embargo, había un atisbo de tristeza en sus ojos. Aunque su mirada estaba fija en Ah Xin, ésta podía sentir que la mujer miraba a alguien a través de ella.

Dio un pequeño mordisco al pastel y volvió a saborearlo. El sabor era excelente. Disfrutaba teniendo un cuerpo humano; le permitía hacer muchas cosas y saborear muchos manjares. Le encantaba este tipo de vida.

"Tsk..."

"¿Hace mucho que no comes pastel?"

preguntó Su Wan con curiosidad. Un trocito de tarta parecía contener el sabor de un manjar poco común. Cuando pasó por delante de la pastelería y vio a esta esbelta chica, no pudo evitar parar el coche y acercarse a ella.

Al principio pensó que era la chica que tenía en mente, pero al acercarse se dio cuenta de que sólo se parecían un poco.

Sin embargo, no pudo evitar preguntar: "¿Qué estás mirando?".

"Estoy mirando la tarta", respondió Su Wan con curiosidad. Esta chica parecía tener unos dieciocho años, así que no debería estar esperando aquí sólo por un trozo de tarta, ¿verdad?

"Si te gusta, ¿por qué no entras y lo compras?".

"No tengo dinero".

Su Wan se sorprendió. Ella era sólo dos años mayor que esta chica, al parecer. "Déjame comprártelo".