II

249 12 0
                                    

La alarma resonó en mi oído, cortando abruptamente mi sueño. Con un suspiro pesado, me giré y apagué el despertador antes de estirarme en la cama. El cuerpo me dolía de la cabeza a los pies, una sensación que se había vuelto tan familiar que apenas la notaba. Sabía que hoy no sería diferente. Fran siempre encontraba la forma de llevarme al límite, y últimamente, parecía decidido a sobrepasarlo.

Me levanté de la cama con un esfuerzo considerable y comencé mi rutina matutina. Después de una rápida ducha, me vestí y me preparé un café con una tostada de palta. Mientras desayunaba, recordé la noche anterior. La sorpresiva invitación a jugar volleyball de Ran y compartir equipo con Yuki, me hicieron sonreír. Fue inesperadamente agradable, subrrealista y reconfortante jugar con ellos. Jamás me imaginé compartiendo equipo con alguien como Yuki y jugando contra Ran.

Llegué a la piscina antes de lo habitual, como siempre lo hacía cuando quería mentalizarme para lo que venía. El agua, tranquila y clara, me invitaba a sumergirme y dejar atrás el cansancio y la frustración. Sin embargo, antes de poder disfrutar de ese momento de calma, escuché la voz de Fran resonar por el recinto.

—¡Radia! —gritó desde la orilla, su tono ya cargado de la energía implacable que lo caracterizaba—. Hoy no quiero excusas. Vamos a trabajar duro, ¿entendido?

Asentí, sabiendo que cualquier intento de discutir sería inútil. Fran siempre sabía cómo sacarme de mi zona de confort, empujándome más allá de lo que creía posible. Era un reto constante, una prueba diaria de mi fortaleza física y mental. Aunque sabía que todo esto era para prepararme para el campeonato europeo y luego el mundial, había días en los que sentía que no podía más.

—Hoy quiero que trabajes en la velocidad de tus vueltas. Necesitas mejorar esos giros si quieres competir con las mejores. No hay margen para errores —dijo, observándome con una mirada intensa que no dejaba lugar a dudas.

Me lancé al agua, sintiendo el frío envolverme y despertarme por completo. A medida que nadaba, repetía mentalmente las instrucciones de Fran, tratando de no dejar que la frustración se apoderara de mí. Sin embargo, a medida que avanzaba el entrenamiento, cada vez me costaba más mantener la concentración. Mis tiempos no mejoraban, y la voz de Fran resonaba constantemente en mis oídos, indicándome cada error, cada segundo perdido.

—¡Radia, concéntrate! —gritó cuando cometí un pequeño error en un giro—. No puedes permitirte estos fallos. Si sigues así, no llegarás al mundial.

Las palabras me golpearon con fuerza. Sabía que tenía razón, pero en ese momento, el peso de todo lo que había sacrificado para llegar hasta aquí comenzó a agobiarme. Mi respiración se volvió irregular, y aunque seguí nadando, sentía cómo la presión se acumulaba en mi pecho.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Fran me indicó que saliera del agua. Obedecí, arrastrándome hacia la orilla con los músculos quemándome por el esfuerzo.

—Radia —dijo, su tono más suave ahora, pero aún firme—. Sé que te estoy exigiendo mucho, pero es porque creo en ti. Tienes un talento increíble, pero el talento por sí solo no es suficiente. Necesitas pulir cada detalle. No hay margen para la mediocridad si quieres estar entre las mejores.

Asentí, sin encontrar las palabras adecuadas para responder. Sabía que Fran tenía razón, pero eso no hacía que fuera más fácil. Me sentía agotada, física y emocionalmente, y la idea de enfrentar otro entrenamiento igual al día siguiente me pesaba en el alma.

—Vete a descansar. Mañana será otro día —dijo finalmente, dándome una palmada en el hombro antes de alejarse.

Recogí mis cosas y me dirigí al vestuario, donde me cambié rápidamente. Mientras me vestía, intenté despejar mi mente, pero las palabras de Fran seguían rondando en mi cabeza. Sabía que estaba cerca de lograr mis metas, pero esa proximidad hacía que cada día fuera más difícil, como si cuanto más me acercaba, más se alejaba la línea de meta.

Love Theory | Yuki IshikawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora