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Después de las últimas semanas de convivencia, Sunghoon comenzó a notar cambios en su relación con Sunoo

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Después de las últimas semanas de convivencia, Sunghoon comenzó a notar cambios en su relación con Sunoo. Lo que antes era una mera convivencia por el bienestar de su hijo y por el mismo omega, ahora se tornaba en algo más profundo. Sus conversaciones se volvían más íntimas, y cada vez disfrutaba más de la compañía del omega. Sin embargo, algo dentro de él comenzaba a inquietarse, una sensación que no podía ignorar desde hace días.

Si bien no se caracterizaba por tener una buena comunicación con su lobo en el último tiempo, ahora comenzaba a comprender lo que decía y seguir sus instintos. Sabía que aquel compañerismo que tenía en un inicio con Sunoo había cambiado, transformándose en algo más puro e inusual.

Conforme los días pasaban y la unión que mantenían se intensificaba, Sunghoon se dio cuenta no solo de la comodidad de estar a su lado, sino de la compatibilidad de sus almas. Cada segundo a su lado parecía borrar un recuerdo amargo, y el alfa no pudo negarse a pensar que estando juntos se curaban las heridas y cicatrices del pasado, además de encontrar nuevamente la felicidad que les había sido arrebatada. La presencia del otro se convirtió en un bálsamo para las cicatrices emocionales que ambos llevaban consigo.

Por ello, con la determinación de aquel pensamiento, llegó a su hogar con una sonrisa al poder impregnarse de los aromas del omega y de su cachorro. Dejando sus pertenencias en la entrada, se dirigió a la sala donde provenían ruidos infantiles de la televisión, presenciando como Sunoo seguía los pasos que los personajes animados hacían al bailar y cantar, mientras Dongmin lo seguía con la mirada atentamente.

Recargando su hombro contra el marco de la pared, sonrió cuando el omega saltó y extendió sus brazos, moviéndolos en círculos hasta que comenzó a girar como los personajes, soltando un grito cuando lo encontró mirándole.

—¡Sunghoon, Dios! —sostuvo su pecho, tomando el control de la televisión para ponerle pausa al vídeo. —¿Cuándo llegaste? No te escuché.

—No tiene mucho, y no te culpo por no haberme escuchado, parecías muy centrado en la coreografía del vídeo. —sonrió con gracia, caminando en su dirección.

Con un rubor, negó. —Min no durmió mucho, por lo que estuvo un poco inquieto en la última hora, pensé que si lo entretenía lograría que se calmara.

Sunghoon se acuclilló hasta el portabebé, sacando a su cachorro para abrazarlo contra su pecho, besando una de sus mejillas mientras lo envolvía con su propio aroma.

—¿Cómo estás hoy?

—Oh, bien. Realmente no hice mucho hoy, dimos un paseo por el patio y eso fue lo más entretenido que hicimos durante el día. —confesó con una carcajada. —¿Cómo te fue a ti en el trabajo?

—Bien, no hubo mucha diferencia en comparación a otros días, solamente mucho papeleo y un par de reuniones. —tomando asiento en el sillón individual, comprobó con una mirada como su cachorro parecía comenzar a arrullarse contra su brazo. —Estuve pensando todo el día, y quería preguntarte algo.

𝐅𝐎𝐑 𝐔𝐒 › sungsun ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora