OO1

813 102 9
                                    

Sunghoon se sentía abrumado por la noticia, la agonía de su lobo lo estaba matando desde adentro y el vacío que estaba experimentando en su corazón era insoportable, dificultándole la respiración

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sunghoon se sentía abrumado por la noticia, la agonía de su lobo lo estaba matando desde adentro y el vacío que estaba experimentando en su corazón era insoportable, dificultándole la respiración. Pero más allá de su nubla de tristeza, el pitido de la incubadora, mientras se mantenía cerca del área donde se encontraba su cachorro, lo sacaba de la depresión que amenazaba con arrastrarlo, teniendo el conocimiento que no estaba solo y ahora debía de velar por su hijo él solo.

Aún no había tenido la oportunidad de verlo, solo a través del cristal se habían limitado sus primeras interacciones con su hijo. Su lobo pedía por tenerlo con él, cargarlo entre sus brazos y asegurarle esa seguridad y amor que había sentido desde el primer momento en que se enteró de la noticia, recordaba la felicidad que lo irradiaba y la desesperada necesidad de proveer todo lo suficiente para tener cómoda a su pequeña familia.

Y ahora su familia solo constaba de su cachorro y de él.

Demasiado afligido por sus pensamientos, no se percató del dulce aroma a lavanda bajo su propio aroma amargo, abrumando al omega que se encontraba en la puerta del área, buscándolo con la mirada.

—¿Señor Park? —la voz del enfermero lo sacó de su propia nubla, levantando la vista para encontrarlo.

—¿Sí? ¿Sucedió algo con mi cachorro? ¿Está todo bien? —levantándose rápidamente, se detuvo enfrente suyo en busca de respuestas.

El enfermero mostró una pequeña sonrisa, asintiendo. —Está todo muy bien con su hijo, señor. Me permitía llamarlo para saber si gusta pasar a verlo, en estos casos cuando los cachorros nacen de manera prematura, es recomendable que los padres pasen la mayor parte del tiempo con ellos para que sigan creando esa conexión familiar y que el cachorro los pueda sentir junto a él, de esa manera no se sentirá solo y tendrá mayores esperanzas de salir de esta situación sin mayores complicaciones. —Sunoo juntó sus manos frente a su cuerpo, tratando de encontrar las palabras correctas. —Sé que es un momento duro para usted, y que en ocasiones existen casos donde los padres toman distancia de los cachorros, pero ellos no deciden nada de ello, en cambio, anhelan tener a sus padres con ellos. Por ello me tomo la molestia de preguntarle, no sé cómo se sienta tanto usted como su lobo con la noticia, pero puedo asegurarle que ver a su cachorro puede mejorarlo.

El pelinegro comprendió sus palabras, por supuesto que lo hizo. En lugar de sentirse ofendido, o inclusive expuesto por lo sucedido, sintió una tranquilidad por no tener que dar más explicaciones, además de la forma sutil en que el enfermero abordó la razón de su pregunta, ya podía imaginar los casos que pudo haber pasado.

—Me encantaría verlo, deseo verlo. —contestó, sorprendiendo al omega por la expresión afligida que mostraba.

Para los alfas, no era una costumbre mostrar aquella parte vulnerable, aunque presentaran situaciones tan críticas que lo ameritaban, su naturaleza rara vez les permitía mostrarse de esa manera, sobre todo con personas externas a su círculo. Pero ese día, Sunghoon se sentía en su punto más bajo como para permitirse mostrar una imagen fuerte y decidida, mientras por dentro sentía un gran peso sobre su alma.

𝐅𝐎𝐑 𝐔𝐒 › sungsun ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora