"T'estimo?"-Mar Serracanta y tú- Sin G!p

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Narras tú

Succioné sus pliegues con algo más de fuerza, pero sin hacerle daño, y esta gimió fuertemente. Reí al ver su sonrisa y tomé sus muslos para abrirlos un poco más.

–Cariño...estás cada vez más mojada– dije para fastidiarla.

–Joder, cállate y sigue– besé sus pliegues.

–Cállate, si hablas te voy a hacer esperar más– se quejó molesta y sonreí intentando no reír –Dios...– miré su entrepierna –Qué hermosa eres...y qué rica estás– pasé mi lengua por sus pliegues y comencé a hacerle nuevamente sexo oral.

–¡Ah! ¡_____!– separé mi boca.

–Dije que te calles– se quejó.

–¿Pero cómo coño quieres que no gima?– acaricié su clítoris.

–Cállate– puse mi boca nuevamente sobre sus pliegues y Mar gimió cerrando un poco sus piernas –Okay, no voy a seguir– dije separando mi boca de ella.

–Cariño, joder...no seas así– me levanté para tomar otra corbata –_____...– me acerqué a ella.

–Arrodíllate y pon tus manos tras la espalda– me obedeció y las amarré con la corbata –Voy a castigarte y te va a servir para que aprendas a obedecerme– rió.

–Claro, cariño– dijo riendo –Dame mi puto orgasmo y deja de jugar conmigo– sonreí y le di una nalgada, empujándola para hacer que cayera –¡_____! Me cago en la puta– dijo riendo, ya que su rostro quedó sobre la cama.

–Vas a obedecerme a las buenas o a las malas...pero vas a obedecerme– quité mi ropa inferior y me puse el arnés, tomando el juguete que había dejado listo anteriormente.

–Lo que digas– me acerqué a ella y acaricié sus nalgas.

–Permiso– abrí sus piernas y me incliné para llevar mi boca nuevamente a sus pliegues.

–¡Ah! ¡Joder!– no detuve mis movimientos y sus gemidos siguieron.

Cuando noté que sus músculos estaban tensándose bastante y su respiración cambió, supe que su orgasmo estaba muy cerca.

A pesar de que estaba disfrutando mucho de lo que estaba haciendo, me separé de su entrepierna.

–¡_____! Me cago en la puta– se quejó y reí, dándole una nalgada.

–No te voy a dar un orgasmo, estás castigada– besé su espalda.

–Cariño, no seas así– reí y acaricié sus manos.

–Voy a pasármela muy bien– tomé una almohada y la puse bajo su vientre.

–Yo soy buena contigo y te doy muchos org...¡Ah!– metí mis dedos en ella –Ya vas a ver, cariño– reí y comencé a moverlos.

Los dejé dentro de ella para estimularla y noté que aún estaba muy cerca del orgasmo, así que me detuve y nuevamente se quejó.

–Shh– le di una nalgada y me levanté –Dios...estás mojadísima– dije mirando su entrepierna –Estás escurriendo de tanta humedad...– me incliné para pasar mi lengua por ahí y reí –¿No vas a decir algo?– negó y reí –Aprendes rápido, cariño– me acomodé y alineé el juguete con su entrada.

Empujé un poco y escuché un gemido muy leve, así que sonreí y entré un poco más.

–Levanta más el culo– me obedeció y lo acaricié –Qué obediente– reímos y empujé más.