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...

Minho ingreso a la comisaría, busco entre las personas algún rostro conocido y entonces lo vio. Sonrió y sin dudarlo y evitando las miradas sorprendidas camino en su dirección

— ¡Seo Changbin! — hablo ocasionando que él nombrado dejara de escribir para levantar la mirada y buscar a quien fuera que lo había llamado, su rostro pronto mostró sorpresa e inmensa felicidad al ver al mayor.

— ¡LEE MINHO! — sin importar las miradas que todos en la comisaría les dedicaron corrió a su encuentro — ¡MALDITO, LEE MINHO!

Ambos se abrazaron, habían pasado meses desde que se vieron y aquel era un reencuentro bastante emotivo e inesperado.

— ¿Donde te habías metido? Nos tenías tan preocupados, eres un maldito no sabes cuantas lágrimas de tu hermano tuve que soportar

— Ya bien, he recibido regaños por parte de Felix y de Christopher ¿Ahora también tú? ¿Tendré que soportarlos de parte de todos?

— ¡Por supuesto que sí! Desapareciste sin decir una sola palabra, obviamente debes soportar cada uno de los regaños — ambos sonrieron — Pero dime ¿Donde habías estado? ¿Como has estado?

— No quiero hablar de eso ahora, prometo decírtelo todo pero por ahora no. Necesito tu ayuda en algo

— Claro, dime

Minho le contó todo acerca del joven que había encontrado en su camino, le contó todo lo que había visto y lo que el joven le había dicho que recordaba. También menciono que había regresado al lugar en donde lo había encontrado tratando que buscar algo pero no había tenido suerte, Changbin escucho cada palabra atento. El mayor le pidió que revisará los registros de desaparecidos, al ser un pueblo pequeño y tranquilo las desapareciones reportadas eran casi nulas y las pocas que había solían ser de jóvenes que escapaban de casa.
La búsqueda fue corta pero sin resultados, nadie había respetado alguna desaparición en aquellos días, Changbin decidió indagar un poco más, pidiendo ayuda a los pueblos cercanos que se unieron a búsqueda, algunos les mandaron aquella misma tarde los archivos de desapareciones revisaron algunas pero sin resultados.

Toda la tarde se la pasaron revisando, tratando de encontrar el rostro que Minho mantenía grabado en su mente, miro cada foto pero ninguna era él.

— ¿Estás seguro que no es ninguno?

— Muy seguro — Changbin se estiró en su silla, su cuerpo se sentía entumido por estar tantas horas sentado.

— Esos fueron los últimos, aún falta que me manden algunos pero por el momento es todo. Si es posible ¿Podrías mandarme una foto del chico? Así podremos agilizar esto.

— Claro, te la haré llegar pronto.

— Bien, debemos ir a revisar el lugar que me indicaste. Trataré de ir mañana mismo, llevaré algunos hombres para tratar de encontrar algo, cualquier pista que nos dé alguna respuesta.

— Muchas gracias Changbin

— No es nada, todo por ayudar a un amigo — sonrió el mayor — ¿Te quedarás?

— Aún no lo sé, por el momento solo planeó ayudar al joven después no se que haré, me quedaré el tiempo que lo necesite

— Se que no quieres hablar aún pero no olvides que estamos aquí para ti, no dudes en venir a hablar si lo necesitas.

— Lo agradezco mucho, gracias por haberme esperado todo este tiempo.

— Aún tenemos una plática pendiente. Los demás estarán tan felices de verte, espero podamos reunirnos

— Felix seguramente ya está planeando algo, te lo hará saber.

Sin más el mayor se dispuso a salir del lugar, el atardecer pintaba el cielo de colores naranjas y rosados, sonrió mirando el cielo.
Una opresión en el pecho apareció al pensar en él, había estado tan metido en saber de dónde venía aquel chico que por su mente no había pasado él.

Se sintió culpable y pensó en ir a verlo pero no se sentía con la fuerza suficiente para hacerlo, así que ignoro la idea. Decidió caminar a su auto e irse a casa, pensó en ir a casa de su hermano para ver cómo iban las cosas pero decidió no hacerlo, el chico necesitaba descansar y no quería molestarlo.

[.]

Llegó a su hogar durante la noche, fue directo a tomar algo para el dolor de cabeza que lo había estado matando durante el día.
Habían sido días bastante estresantes, desde que encontro a aquél joven en medio de la carretera no había descansado, necesitaba encontrar alguna pista que le indicara de dónde había llegado.
Se la paso preguntando en el pueblo si lo conocían, si sabían de algún joven que hubiese desaparecido en esos días pero nadie sabía, nadie respondía a la descripción que les daba.
Dedujo que se trataba de un turista, pero aquello era extraño. El pueblo no era visitado por extraños, siempre solían ser personas que lo conocían, personas que tenían familia en este lugar y venían de visita, personas que habían vivido aquí anteriormente y regresaban.
Pero nadie venia sin conocerlo.
El chico necesitaba conocer a alguien, debía tener algún familiar o amigo que estuviera aquí.

Todo era tan extraño.

Su cabeza seguía doliendo y pensar en todas esas preguntas sin respuestas solo provocaban más dolor.

Decidió comer algo e irse a descansar.

Antes de acostarse decidió escribirle a su hermano, el cual le respondió que el joven ya se encontraba descansando que no se preocupará. Se quedó más tranquilo al recibir esa respuesta.

Sin más decidió descansar, dispuesto a esperar a que sus sueños lo relajaran, que en sus sueños apareciera aquel joven de cabello largo y castaño que lograba tranquilizarlo.

Aquel joven que solía ser su medicina.

Aquel joven que ya no se encontraba más ahí.





Aquel joven que ya no se encontraba más ahí

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