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Dos meses habia pasado demasiado rápido, poco a poco se iba adaptando a la vida en ese lugar, a decir verdad comenzaba a gustarle. La vida era tranquila, la gente era muy amigable y su familia, aquellos dos chicos que lo habían ayudado en su momento más vulnerable seguían ahí ayudándolo, ya los consideraba su familia, su hogar.

Todas las mañanas despertaba y se alistaba para su día, sus terapias habían terminado el día anterior, la rigidez en su pierna ya no era tanta y podía apoyarse sin necesidad del bastón. Pero una cogera había permanecido, recordándole lo que había pasado y lo afortunado que era de seguir con vida.

Las sesiones con Kim Seungmin aún no tenían avancé, solía hablarle del día en el que despertó, tratando de buscar algo más en sus recuerdos. El único avance que habían tenido era un recuerdo, aquel en donde alguien le gritaba y además había recordado el haber estado en una cabaña, pero según lo que recordaba había estado solo. No sabía aún de quien era esa voz que lo agredía y mucho menos había recordado algo de él, aún no sabía quién era.

Había comenzado a frustrarse, comenzaba acreer que sus recuerdos nunca volverían, nunca sabría quién era ni de donde venía. Aquella idea le asustaba, bastante a decir verdad.

Después de sus sesiones solía ir al local de Lee Felix, había hablado con él y quiso ayudarle en su trabajo, al principio Minho no estuvo de acuerdo diciendo que necesitaba descansar pero después de convencerlo diciendo que no quería ser una carga y queria comenzar a hacer algo en su vida aceptó.

Así que después de sus sesiones, iba directo a su trabajo. Solía ayudar en el mostrador, ahí fue que comenzó a conocer a la gente del pueblo, al principio tuvo miedo pero poco a poco se fue soltando, era bastante fácil hablar con las personas, el escucharlas y darle recomendaciones de los postres le gusta mucho.

Su psicólogo Seungmin solía ir en varias ocasiones a la cafetería y ahora no solo era su psicólogo si no también había comenzado una amistad con él, fuera de sus sesiones hablaban sobre sus días, había descubierto que le gustaba el amigo doctor de Minho, Christopher. Se conocían desde hace bastante tiempo y tenía sentimientos por él los cuales nunca había confesado. En una ocasión mientras hablaban en el local llevaron Minho acompañado de Christopher y su amigo casi y se atraganta con un trozo de bizcocho que había estado comiendo, Christopher preocupado se acercó a ayudarle.

Seungmin se sintió tan avergonzado ese día.

Su relación con Minho no la entendía muy bien, lo consideraba su amigo pero había ciertas acciones que tenía con él que solían ponerlo nervioso, comenzaba a pensar que estaba sintiendo algo por él, le gusta estar a su lado, pasar el tiempo con él, y escucharlo reír.
Dios amaba tanto escucharlo reír, era el sonido más bonito que había escuchado, además de que sus ojos tomaban un brillo especial después, le encantaba mirarlo, aquellos ojos se tornaban más brillantes tanto que podía jurar que guardaba pequeñas estrellas en ellos.

Se sentía en paz cada vez que los veía.

[.]

- ¿Se lo has dicho? - hablo Seungmin tomando después su taza con café de la cual dio un soborbo

- Obviamente no, no me atrevo a decirle además. No estoy seguro aún de lo que siento. Estoy tan confundido

- Es normal, quizás solo estés agradecido por todo lo que ha hecho pero a decir por tu mirada y tus suspiros es hecho de que sientes algo

- ¿Se lo tengo que decir?

- Te voy a hablar como amigo, no como profesional. Te diría que lo hicieras, dile lo que sientes y ve como avanzan las cosas

- ¿Pero si me rechaza?

- Has pasado por tanto que no creo que un corazón roto te haga daño.

Ángel lo pensó quizás debía decirle como se sentía a Minho, pero el miedo a ser rechazado estaba presente.
La verdad, no se preocupaba si sus recuerdos no volvían mientras estuviera con Minho todo se sentía correcto, si tenía que perder todos sus recuerdos para estar a su lado no lo pensaría dos veces.

- Ángel ¿Estás listo para irnos? - apreció Felix sorpresivamente. Ambos chicos chicos asintieron y ayudaron al rubio a cerrar el local.

Felix también se había hecho unido a Seungmin en ese tiempo, así que los tres caminaron a casa entré anécdotas y risas.
Se despidieron a unas cuantas calles, Felix enroscó su brazo con el del menor y así caminaron hasta su hogar.

- ¿Como te sentiste hoy?

- Bastante bien, me agrada estar en la pastelería. Es divertido hablar con las personas se aquí

- Me alegra, tenía mis dudas pero te has adaptado muy bien. Además todos los clientes te aman, estoy seguro de que más de uno no solo va por los postres

El menor se sonrojo y negó, era imposible que eso fuera verdad.

Al llegar a casa se sorprendieron al ver el auto de Minho en la entrada de la casa. Normalmente los visitaba por la tarde y después de acompañarlos a casa después del trabajo regresaba a su hogar, era extraño verlo a esa hora ahí.

Al entrar los recibió un olor a estafado recién hecho, Felix corrió a la cocina seguido del chico. Minho estaba en la cocina terminando de poner la mesa, los miró extrañado y casi cae de espaldas al recibir a su hermano en brazos.

- ¿Que haces aquí? ¿Te quedarás? ¿Que está pasando?

- Primero tranquilo, segundo si decidí regresar a la casa - Felix lloro y gritó en lo brazos de su hermano mayor, Ángel los miró con una sonrisa. En el poco tiempo que había vivido con ambos noto el gran vínculo que tenían los hermanos Lee, no conocía las razones por las que Minho había decidido alejarse, pero había notado como aquello le afectaba demasiado al rubio.

Felix le había contado que siempre habían sido ellos dos, sus padres fallecieron cuando ambos eran pequeños y fueron criados por sus abuelos, tenían una relación muy fuerte y Felix solía apoyarse mucho en su hermano pero en el momento que el decidió alejarse un tiempo le afecto se sintió perdido por algunos meses pero poco a poco fue saliendo adelante, lo extrañaba demasiado y esperaba que pronto su hermano regresará a su vida junto a él.

Así que el tenerlo ahí con él significaba mucho, se alegraba tanto por ellos.

Ángel se pregunto, como lo hacía constantemente si el tenía un vínculo así con alguna persona, si así fuera esperaba que esa persona estuviera luchando por encontrarlo, por llegar a él.

Después de un emotivo abrazo y muchas lágrimas de Felix decidieron cenar, ambos hermanos no paraban de recordar momentos juntos, le hablan de anécdotas durante su niñez y adolescencia.

Todo fue agradable aquella noche, en esos momentos era cuando dejaba de forzarse en recordar, cuando se permitía olvidar su condición y se imaginaba que había estado ahí toda su vida, que ese era el lugar al que pertenecía.

Junto a los hermanos Lee.

Junto a Minho.


Junto a Minho

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⏰ Última actualización: Nov 18 ⏰

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