Mientras Charlie recorría los pasillos del hotel, acompañada por Grey, el nuevo inquilino cuya presencia emanaba una energía intrigante, Alastor se mantenía a cierta distancia.
Su sonrisa habitual contrastaba con el ceño fruncido que delataba su inquietud; sabía muy bien qué tan fuerte y peligroso podía ser Grey.
El mencionado demonio reía y conversaba animadamente con la princesa, disfrutando de cada momento mientras ella le mostraba el lugar con entusiasmo.
Sin embargo, la cola de Grey, cargada de malicia, se deslizó por la pierna de Charlie, provocando que ella se estremeciera y diera un pequeño salto.
Aunque él se disculpó con una falsa inocencia que ella aceptó sin dudar, Alastor permanecía alerta, observando con una mezcla de desdén y calculada paciencia.
Sabía que solo necesitaba un instante de descuido de la princesa para revelar su verdadera naturaleza y, en su mente, ya contemplaba con deleite la posibilidad de descuartizar a Grey.
Al llegar al comedor, Charlie se dispuso a mostrar a Grey el lugar, su voz rebosante de emoción y fascinación.
Sin embargo, en el fondo, su entusiasmo era una fachada; su verdadero plan no era buscar redención, sino aprovechar la oportunidad de hospedarse en el hotel para llevar a cabo sus propias artimañas.
Mientras Charlie hablaba sin parar, deslumbrada por la idea de compartir su hogar con un nuevo amigo, Grey se permitió un vistazo furtivo hacia Alastor.
Su sonrisa habitual estaba presente, pero sus ojos, oscuros y penetrantes, estaban fijos en el nuevo inquilino, como un depredador acechando a su presa.
Intrigado por la atención constante del demonio de la radio, Grey se giró hacia él y preguntó con una mezcla de curiosidad y desafío.
—¿Por qué me miras tanto, Alastor? ¿Te gusto o algo así?.
Alastor, manteniendo su sonrisa, respondió con una voz suave y amenazante.
—Oh, mi estimado Grey, simplemente te observo porque te conozco muy bien. Y debo advertirte, si alguna vez intentas tocar a mi princesa…
Hizo una pausa dramática, dejando que la tensión se acumulara.
—Te descuartizaré en un instante.
La respuesta provocó una risa ligera en Grey, quien no pudo evitar disfrutar de la actitud posesiva de su nuevo amigo.
—Vaya, parece que tengo que tener cuidado, entonces. No quiero ser el próximo en el menú de Alastor, ¿verdad?.
Charlie, sin percatarse del creciente conflicto entre los dos, continuaba hablando entusiasmada sobre las peculiaridades del hotel, ajena a la tormenta que se gestaba a su alrededor.
En ese momento, la atmósfera se tornaba densa, y aunque la risa de Grey resonaba en la sala, el peligro palpitaba bajo la superficie.
...
..
.
Alastor, con un agarre firme y decidido, tomó a Charlie del brazo, obligándola a seguirlo y dejando a Grey solo en el comedor.
Fue en ese preciso instante cuando Vaggie irrumpió en la escena, empuñando su lanza celestial y apuntando directamente a la garganta del chico.
Grey, sorprendido pero intrigado, la miró con curiosidad. En su mente, ya empezaba a tramar todas las cosas que podría hacerle una vez que su plan se llevara a cabo.
Su lengua recorrió lentamente sus labios en un gesto de desafío, provocando que Vaggie sintiera un escalofrío recorrer su espalda, una mezcla de incomodidad y alerta que no pudo ignorar.
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𝕬𝖒𝖔𝖗 𝖊𝖓 𝖊𝖑 𝖎𝖓𝖋𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 ||| Hazbin hotel
Randomremake de "el amor también existe en el infierno"