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Ya había pasado una semana desde que Harry fue a gringotts, se había enterado de que era asquerosamente rico y que podía vivir sin trabajar por al menos unas 50 generaciones más, pero ese no es el punto, hoy Dumbledore había llamado a todos los estudiantes para que fueran a el gran comedor pues al parecer iba a decir algo relacionado a porque carajos hay barcos que parecen de vikingos al frente de hogwarts.

Al llegar al comedor, lo primero que vio por alguna razón fue la mesa de slytherin y se extraño bastante de ver a malfoy con un estudiante que no había visto nunca sin embargo se parecía mucho a Tom riddle, si el que lo había hecho luchar contra un basilisco el hace dos años, sin embargo no le prestó atención y se fue a sentar con ron y su supuesta "mejor amiga".

Harry Potter, se puede saber dónde estabas, el director está apunto de empezar a hablar y tú no apareces por ningún lado. Dijo Hermione con su tono de voz preocupada.

Si hermano no sabes cómo estaba Hermione de loca por qué no aparecias. Dijo ron sin prestarle mucha atención a como lo estaba mirando Hermione.

Pues para tu información solo estaba preocupada por Harry, si embargo creo que tu en vez de preocuparte por tu mejor amigo por lo único que te preocupas es por comer. Volvió a hablar la sabelotodo con sarcasmo refiriéndose a la manera de come de su amigo.

Por Merlín Hermione a Harry literalmente lo han secuestrado, dudo que no llegar a tiempo a una cena sea más importante que eso. Dijo ron ya un poco más estresado por la actitud de su amiga.

Si Hermione no te preocupes mucho total siempre el director dice lo mismo en las cenas. Hablo Harry al fin.

Si, per-. Justo cuando Hermione iba a hacer uno de sus reclamos Dumbledore empezó a hablar.

Como cada año, quiero recordaros que el bosque que está dentro de los terrenos del castillo es una zona prohibida a los estudiantes. Otro tanto ocurre con el pueblo de Hogsmeade para todos los alumnos de primero y de segundo.
Es también mi doloroso deber informaros de que la Copa de quidditch no se celebrará este curso.

¿Qué? dijo Harry sin aliento.

Miró a Fred y George, le decían algo a Dumbledore moviendo sólo los labios, sin pronunciar ningún sonido, porque debían de estar demasiado consternados para poder hablar.

Dumbledore continuó:
Esto se debe a un acontecimiento que dará comienzo en octubre y continuará a lo largo de todo el curso, acaparando una gran parte del tiempo y la energía de los profesores... pero estoy seguro de que lo disfrutaréis enormemente. Tengo el gran placer de anunciar que este año en Hogwarts...

Pero en aquel momento se escuchó un trueno ensordecedor, y las puertas del Gran Comedor se abrieron de golpe.

En la puerta apareció un hombre que se apoyaba en un largo bastón y se cubría con una capa negra de viaje. Todas las cabezas en el Gran Comedor se volvieron para observar al extraño, repentinamente iluminado por el resplandor de un rayo que apareció en el techo. Se bajó la capucha, sacudió una larga melena en parte cana y en parte negra, y caminó hacia la mesa de los profesores.
Un sordo golpe repitió cada uno de sus pasos por el Gran Comedor. Llegó a un extremo de la mesa de los profesores, se volvió a la derecha y fue cojeando pesadamente hacia Dumbledore. El resplandor de otro rayo cruzó el techo. Hermione ahogó un grito.
Aquella luz había destacado el rostro del hombre, y era un rostro muy diferente de cuantos Harry había visto en su vida. Parecía como labrado en un trozo de madera desgastado por el tiempo y la lluvia, por alguien que no tenía la más leve idea de cómo eran los rostros humanos y que además no era nada habilidoso con el formón.

Cada centímetro de la piel parecía una cicatriz. La boca era como un tajo en diagonal, y le faltaba un buen trozo de la nariz. Pero lo que lo hacía verdaderamente terrorífico eran los ojos.

Uno de ellos era pequeño, oscuro y brillante. El otro era grande, redondo como una moneda y de un azul vívido, eléctrico. El ojo azul se movía sin cesar, sin parpadear, girando para arriba y para abajo, a un lado y a otro, completamente independiente del ojo normal... y luego se quedaba en blanco, como si mirara al interior de la cabeza.

El extraño llegó hasta Dumbledore. Le tendió una mano tan toscamente formada como su cara, y Dumbledore la estrechó, murmurando palabras que Harry no consiguió oír. Parecía estar haciéndole preguntas al extraño, que negaba con la cabeza, sin sonreír, y contestaba en voz muy baja. Dumbledore asintió también con la cabeza, y le mostró al hombre el asiento vacío que había a su derecha.

El extraño se sentó y sacudió su melena para apartarse el pelo entrecano de la cara; se acercó un plato de salchichas, lo levantó hacia lo que le quedaba de nariz y lo olfateó. A continuación se sacó del bolsillo una pequeña navaja, pinchó una de las salchichas por un extremo y empezó a comérsela. Su ojo normal estaba fijo en la salchicha, pero el azul seguía yendo de un lado para otro sin descanso, moviéndose en su cuenca, fijándose tanto en el Gran Comedor como en los estudiantes.
Os presento a nuestro nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.

dijo animadamente Dumbledore, ante el silencio de la sala, el profesor Moody.

Lo normal era que los nuevos profesores fueran recibidos con saludos y aplausos, pero nadie aplaudió aquella vez, ni entre los profesores ni entre los alumnos, a excepción de Hagrid y Dumbledore. El sonido de las palmadas de ambos resonó tan tristemente en medio del silencio que enseguida dejaron de aplaudir. Todos los demás parecían demasiado impresionados por la extraña apariencia de Moody para hacer algo más que mirarlo.

¿Moody?.le susurró Harry a Ron.

¿Ojoloco Moody? ¿Al que tu padre ha ido a ayudar esta mañana?.

Debe de ser él, dijo Ron, con voz asustada.

¿Qué le ha ocurrido?, preguntó Hermione en voz muy baja. ¿Qué le pasó en la cara?

No lo sé, contestó Ron, observando a Moody con fascinación.

Moody parecía totalmente indiferente a aquella fría acogida. Haciendo caso omiso de la jarra de zumo de calabaza que tenía delante, volvió a buscar en su capa de viaje, sacó una petaca y echó un largo trago de su contenido. Al levantar el brazo para beber, la capa se alzó unos centímetros del suelo, y Harry vio, por debajo de la mesa, parte de una pata de palo que terminaba en una garra.

Por Merlín quien es éste tipo, pensó Harry mirando fijamente a ojo loco.

Bueno eso es todo por ahora quiero decirles que actualizare cada fin de semana.

Y si me copie un poco del libro pero era para darle más realismo.

Los Nuevos LordsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora