6° Despertar en la tormenta

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Saskia

La luz blanca me cegaba. Intenté abrir los ojos, pero un dolor punzante detrás de las sienes me lo impedía. Poco a poco, los contornos de la habitación se definieron: la blancura de las paredes, el olor a desinfectante, el pitido monótono de una máquina. Estaba en un hospital.

Un recuerdo borroso surgió de las profundidades de mi mente: la entrevista, las luces brillantes, el público expectante... y luego, él. Lukas Bykov, el Vor de la mafia rusa, besando a otra mujer. El mundo se había derrumbado a mi alrededor y había caído al suelo, inconsciente.

Giré la cabeza lentamente y ahí estaba él, sentado en una silla junto a mi cama, con una expresión de preocupación en su rostro. Lukas. Mi corazón se aceleró. ¿Qué hacía aquí? ¿Habría venido a verme?

—Lukas... —susurré, mi voz apenas un hilo.

Él levantó la vista y al ver mis ojos, una sombra cruzó por su rostro. Se levantó de la silla y se acercó a la cama.

—Lukas, ¿Qué estabas haciendo? ¿Por qué la besabas? —mi voz era un grito ahogado.

Sus ojos se desviaron por un momento evitando a toda costa.

Suspiró. —Saskia, es complicado. Ella... Ella es mi prometida.

Mi mundo se volvió a desplomar. Prometida. ¿Cómo podría ser? ¿Cómo podía estar aquí, en este hospital, viendo al hombre que amaba a punto de casarse con otra?

—Pero, Lukas... —balbuceé, sin poder creer lo que estaba escuchando.

—Lo sé, es difícil de aceptar. Pero las cosas son así. Además, soy un mediocre ¿O eso no fue lo que dijiste? Quizás sentar cabeza me ayude...

Negué repetidas veces con la cabeza en absoluta negación, mi barbilla comenzó a temblar descontroladamente mientras mi visión estaba borrosa por la cantidad de lágrimas que tengo retenidas. Lukas intenta acercarse a mí pero se lo impido colocando una mano entre nosotros.

Sé que lo hace para vengarse de mí.

Él no puede estar enamorado de otro...

Él no puede casarse con otra.

Lukas te vió casarte con otro, dolor con dolor se paga, querida.

Se burló mi propia voz imaginaria en mi mente.

— ¿Por qué? ¿Por qué ahora? ¡Hace semanas atrás me aseguraste que siempre sería la mujer de tu vida! — vocifero con dolor — ¿Qué pasó?

— ¿Y que creías Saskia, qué siempre estaría esperándote? Tú misma decidiste dejar todo atrás y estuve dispuesto de estar contigo a medias como tu maldito amante... — tensa la mandíbula — ¿Ahora te quejas por qué te hice caso? — se burla — Siempre serás una niña mimada que no se le puede negar nada...

Lo agarro del cuello de la camisa y lo atraigo hacia mí estando nuestros labios rozándose por unos centímetros. La respiración se vuelve pesada al igual que la mía y tampoco busca la manera de apartarse de mí.

— ¿Dejaste de amarme tan rápido? — lo escucho tragar saliva — ¿Ya no te provoco? ¿No deseas besarme justo ahora?

— Rosovyy... — susurra.

«Rosa»

— Moy viking...

«Mi vikingo»

Su impecable y sensual barba acaricia mis labios haciendo que los abra suavemente con la respiración completamente acelerada.

— Nuestros corazones laten al unísono, pero el destino nos ha escrito en diferentes capítulos. — expreso con voz lamentosa.

Saskia: Seducción en la pasarelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora