3° Ni mi juez, ni mi verdugo

320 36 4
                                    

Saskia

Quisiera decir que después de lo ocurrido con Jerome todo haya quedado en el olvido, pero no es así. Lamentablemente, desde ese día el Capo prefirió dormir en habitaciones separadas y en ocasiones no llega a la propiedad a descansar, he tratado de ser condescendiente con él y no hacer ningún berrinche para llamar su atención; sin embargo, no puedo ocultar la falta que me hace.

Desde que soy una niña me he estado preparando para él, para ser su esposa y que el Capo me sea indiferente es algo que no puedo asimilar ni procesar como es debido.

Hemos continuado yendo a reuniones como el matrimonio feliz, fotografías que sacan los paparazzis mostrando la "armoniosa" pareja que somos. En las revistas no dejan de expresar lo bien que nos vemos juntos y que seguramente seré la Miss Universo con el mejor hombre a mi lado apoyándome.

¡Pero Dios! Es difícil seguir fingiendo.

Ya ha transcurrido un mes y medio de nuestra pelea, y siento que son años viviendo tras una muralla.

Por ende, preferí venir a Rusia con la excusa de que Lianys necesitaba que yo compartiera más con las gemelas, y aunque no todo es falso, también quería salir del infierno en el que volví a caer pero diferente. Mis padres no me han querido preguntar sobre mi repentina visita, pero lo deben de sospechar porque Jerome no es de dejarme sola por mucho tiempo así tenga muchas ocupaciones.

Bajo a almorzar con mi padre aprovechando que prefirió quedarse en casa ya que no se ha sentido bien, mi mamá tuvo una cirugía de emergencia por lo que no nos pudo acompañar.

Le agradezco con una sonrisa a la chica que sirve la comida mientras que Akem me queda mirando fijamente.

Sus ojos de acero como los míos hace que entremos en un debate de miradas que al final de cuentas no tiene ninguna respuesta.

— ¿Fingiremos que todo está bien o me dirás que ocurre? — alega con frialdad.

Agacho la cabeza porque él siempre ha sabido cómo leerme, más que mamá.

— ¡Iré preparando todo para su ejecución!

— ¡Papá! — expreso sobresaltada — No tienes nada de qué preocuparte, solo tuvimos una pequeña diferencia. Me imagino que es normal en un matrimonio.

— Por dejar las cosas pasar tuve años separado de ustedes y de la mujer que amo, el orgullo es un maldito pero más imbécil es quien deja todo a morir sin intentar rescatar lo que una vez existió.

Musita con absoluta tranquilidad.

— Mis ojos bonitos, eres la niña que me robó el corazón desde que te ví en aquel parque con tu madre siendo una bebé y desde ahí juré asesinar todo aquel que te hiciera sufrir. No te sientas atada a alguien solo por compromiso, quien quiere estar de verdad contigo luchará hasta lo más mínimo para merecer un poco de tu atención. — asiento con lágrimas en los ojos — Recuerda lo que vales, y busca lo que mereces ¿Entendido?

Le sonrío como respuesta.

— Ahora come que me acompañaras a una reunión con algunos socios. Tu madre se encargó de los preparativos donde será ejecutada dicho encuentro, ella nos alcanzará allá. — vuelvo asentir — Y ponte más preciosa de lo que eres, recordarás que eres alguien difícil de ignorar.

Me guiña un ojo mientras corta un pedazo de su filete.

Akem Ivanov siempre ha sido un hombre de palabras, sean algunas psicópatas o reflexivas, pero conmigo siempre han sido amorosas y reflexivas. Ha sido un padre extraordinario que siempre me ha consentido en todo a escondidas de mamá porque desde niña me salía con la mía, por ende, me castigaban, pero eso al ex Boss nunca le importó porque soy su niña de ojos bonitos. Y que me este dando este tipos de consejos aun sabiendo que estoy casada nada más y nada menos con el Capo de la mafia francesa me hace dar cuenta que Akem no quería que me casara pero hay acuerdos que tenía que cumplir y eso hace que mi corazón empiece a latir con fuerza.

Saskia: Seducción en la pasarelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora