5° Entre coronas y corazones

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Saskia

El sudor resbalaba por mi frente, dibujando senderos salados en mi maquillaje. El espejo del gimnasio, con su luz fluorescente, me devolvía la imagen de una mujer transformada: Saskia, la futura Reina de la mafia, pero también Saskia, la concursante de Miss Universo. Mi cuerpo, moldeado por años de entrenamiento, se movía con la gracia de una bailarina, pero mi mente estaba en otro lugar. En Lukas.

Lukas, mi primer amor, mi Vor.

Ahora, lideraba la mafia rusa con una ferocidad que me ponía los pelos de punta. Y yo, destinada a reinar sobre la mafia italiana, casada con el poderoso Jerome, el Capo de la mafia francesa. Un triángulo amoroso tan oscuro y peligroso como el corazón de la noche.

Con cada flexión, con cada respiración, su imagen se superpone a la de los jueces imaginarios que me observaban. Sus ojos claros, tan profundos como un artista viendo a su musa, me miraban con una intensidad que me hacía estremecer. Recuerdo la noche en que me confesó sus sentimientos, bajo la luz de la luna llena, y cómo nuestros cuerpos se habían unido en un abrazo que parecía eterno.

Pero el destino nos había separado, el deber, el honor... Todo se había interpuesto en nuestro camino. Y ahora, aquí estaba yo, preparándome para un concurso de belleza, mientras él luchaba por mantener su imperio o construir el poder y fortaleza que está consiguiendo.

— ¡Saskia! Concentración.

Me reprendió mi entrenador, interrumpiendo mis cavilaciones.

Regresé al presente, forzando una sonrisa. Tenía que ser fuerte. Tenía que ganar. No solo por mí, sino por todos los que confían en mí. Por demostrar que incluso en medio de este caos, se puede reinar sin tambalear.

Al final de la sesión, mientras me duchaba, el agua caliente corría por mi cuerpo, tratando de lavar la tensión acumulada. Miré mi reflejo en el espejo empañado y vi a una mujer dividida. Una mujer que amaba a dos hombres que se odiaban mutuamente. Una mujer que estaba a punto de convertirse en la reina de un mundo que despreciaba.

Salí del gimnasio con el corazón pesado. La noche envolvía la ciudad con su manto oscuro, y las estrellas brillaban como diamantes en el cielo. Respiré hondo, tratando de encontrar un poco de paz en este caos.

Sabía que el camino que me esperaba estaba lleno de peligros y desafíos. Pero también sabía que no estaba sola. Tenía a mi familia, a mis amigos y, sobre todo, me tenía a mí.

El chófer abre la puerta trasera del auto provocando que ingrese en su interior. Ya sentada y cómoda reviso mi Iphone. Tengo varios mensajes de algunas compañeras del certamen, otros de Lianys mostrándome una fotos de mis sobrinas y una lista extensa de llamadas perdidas de Jerome.

Suspiro cansada y marco su número.

— Hola... linda.

— ¿Estás ocupado? — pregunto ya que escucho varias voces — Tengo muchas llamadas tuyas.

— Intentaba comunicarme contigo para avisarte que estoy cogiendo un vuelo para California, tengo unos asuntos que atender allá sobre la empresa.

— Oh. — fue todo lo que puede decir — ¿Cuándo volverás?

Se quedó callado bastante tiempo que hasta pensé que me había cortado la llamada.

— Eh... Aproximadamente en una semana, quizás dos.

— ¿Por qué tanto tiempo? Pensé que estarías conmigo en las preliminares.

La decepción en mi voz era palpable.

— Lo sé, lo sé pero el deber llama. — le habla alguien ignorándome por completo — Nos vemos pronto.

Cuelga.

Saskia: Seducción en la pasarelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora