"Los lazos del destino sucumben ante él "
Li Shang es un joven empresario heredero de una de las más grandes y exitosas compañías de Corea, la sangre de Alfa corre por sus venas sin embargo nunca ha podido estar con nadie, sufre de impotencia sexual...
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Thao Lee
¿Que era lo que podía hacer? Si salía del baño estaría entre la espada y la pared, literalmente. El bulto de mis pantalones no podía disimularse.
—¿Está todo bien?
Los sonidos contra la puerta del baño seguían constantemente.
—¡Si! Todo está perfecto, no sé preocupe.
Lave mis manos de forma impulsiva mientras masticaba una de mis gomitas supresoras, solo quería aterrizar cuando antes y dejar de lado estos nervios.
Tres días compartiendo con él sería una tortura, por lo que estaba dispuesto a centrarme como nunca en hacer bien mi trabajo. No creía posible la idea de ir al viaje con accionistas, aquella tarea se la dejaba a Joon-Woo, seguro que él más que nadie sabría manejarlo.
Al salir del baño me tope con Shang esperando, estaba mirando algunas cosas en su teléfono y había dejado todo de lado al verme. Tragué con fuerza cruzando mis manos frente a mí entrepierna, esperando que ésta se calmara de una vez por todas.
—No era necesario.
—¿Necesitas algo? ¿Un medicamento tal vez?—se acercó de forma inquisitiva, mirándome los ojos. Aquellos ojos negros me miraron unos cuantos minutos.
—No..no necesito nada—tartamudee un par de veces mientras miraba a los lados y contaba unas cuantas ovejitas.
Shang abrió su boca con intenciones de hablar, sin embargo se detuvo gracias a el tarareo de alguien conocido acercándose. El olor de sus feromonas había llegado hasta mi nariz, las pisadas se hicieron las fuertes, pudiendo ver después el traje verde que tanto lo caracterizaba.
—Miren quien está aquí—Ghea llegó hasta mi lado abrazándome y dándome dos besos en las mejillas, luego giro hacia Shang haciéndole un puchero—. Quedé esperando la bebida, corazón.
Una de sus manos tocó su hombro, acariciándolo y acercándose hasta su oído.
