Thao Lee
Mi boca lo abarcó por completo, comenzando a saborearlo, ahogándome por momentos al creer poder con su tamaño. Mi cuerpo estaba temblando, sentía que estaba vibrante. Una de mis manos soltó su miembro y fue hacia mí entrada trasera, dónde mis dedos terminaron entrando uno a uno y haciendo que gimiera.
—Que dulce—saboreé la gota de preseminal que se asomó en su glande. Su sabor era muy sutil e intenso a la vez.
Aún seguía dormido, su cara hacia una que otra mueca debido a mis estímulos, pero nada más. De momento a otro una de sus manos había tomado mi cabello, empujándome su miembro hasta lo más profundo de mí garganta, soltando un jadeo. Mi corazón latía con fuerza, estaba actuando todo bajo un sueño.
—Ahh...
Sus caderas comenzaron a moverse por si solas, embistiendo mi boca. Mis ojos se llenaron de lágrimas debido a la profundidad de sus estocadas, casi sin poder respirar. Estaba a punto, solo era cuestión de segundos para llegar al climax. Mis dos manos fueron hacia mi virilidad mientras las manos de Shang seguían tomando mi cabello, perforando mi boca una y otra vez.
La habitación era una mezcla de nuestras feromonas, ambas habían teñido de rojo intenso el lugar. Mis gemidos y sus jadeos se detuvieron unos minutos después, ambos llegando al climax de una forma estrepitosa. El semen de Shang había llenado mi boca, mientras que mi semilla había manchado el suelo. Sus manos se habían aflojado, permitiendo sacar su miembro ya dormido de mi boca y echarme hacia atrás apoyando mis dos manos en el suelo. No podía verlo, mi vista estaba en el suelo. No luego de tragar su semen.
Había tratado de mantenerme alejado, incluso luego de todo lo que había pasado. Shang se había portado como un perfecto idiota al conocerlo, pero después de todo era mi trabajo. Debía aguantar, por lo que no entendía para nada como habíamos llegado a esto. Debía irme de aquí cuánto antes, incluso si aún no podía controlar mis instintos.
Me levanté lentamente, acomodando su bata de baño y dejándola idéntica a cuando la había desatado. Me asegure de limpiar todo lo que había ensuciado, caminando a ciegas unos minutos buscando mi ropa.
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EL OLOR DE UN ALFA © (BL-OMEGAVERSE)
Romance"Los lazos del destino sucumben ante él " Li Shang es un joven empresario heredero de una de las más grandes y exitosas compañías de Corea, la sangre de Alfa corre por sus venas sin embargo nunca ha podido estar con nadie, sufre de impotencia sexual...