Este inventor, Marcus, al que todos tomaban como loco y desquiciado, con su mejor amigo, creó unas gemas para mostrarlas al mundo, y demostrar que es lo contrario a loco. Su mejor amigo, al ver lo que podían hacer las gemas, las quería para hacerse...
Marcus citó a el vigilante Daniel a la fábrica. Una vez el chico llegó, miró alrededor de esta, arriba había un pequeño puente en el centro, Marcus se acercó a él mirándolo desde una puerta.
-Es la primera vez que me invitan a los carriles- dice Daniel serio- Será mejor que valga mi tiempo
Marcus caminó por el frente del chico.
-Lo ves, esa es tu debilidad, Daniel- le dice a Daniel- Eres demasiado arrogante, pierdes la oportunidad de ver lo que hay debajo
-¿Quien eres?
-Buscas a cuatro niños- continua- Aquellos los que robaron y escaparon del sofisticado Piltover
-¿Que pasa con ellos?- le resta importancia
-No te ves tan interesado- pone sus manos detrás de su espalda- Estoy a punto de mejorar tu día
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MARCUS
Entro en la bóveda, el hombre aún está trabajando en los químicos, Mark está parado frente a la grande ventana que deja ver hacia el mar y las criaturas que nadan en el.
Me posiciono a su lado mirando en su misma dirección.
-Hermosas- hablo- ¿No crees?
Me mira y luego voltea a lo que veía.
-Aunque, allí- vuelvo a hablar- En la superficie, nadie sabe que existen
-Son monstruos- me mira
-Hay un monstruo dentro de todos nosotros- le muestro el pequeño frasco con el líquido morado
-¿Que?- da un paso atrás- No, no, me matará- señala el recipiente
Agarro la cuchilla que tiene en el bolsillo con mi mano libre.
-Quisiera decirte un importante secreto que aprendí cuando tenia tu edad, jovencito- lo señalo con el objeto- Verás, el poder, el verdadero poder- lanzo el cuchillo al suelo y camino en círculos alrededor de él- No llega a los que nacieron más fuertes o rápidos, o inteligentes, no- me detengo frente a él- Llega a aquellos que harían lo que fuera por adquirirlo
Le extiendo el frasco y vuelve a dar un paso atrás.
-Es hora de dejar salir al monstruo
Duda por un largo rato, toma el frasco y lo abre con el pulgar, toma hasta la última gota.
Cae de rodillas tomándose la cabeza y soltando gritos agudos.
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