Naruto - el Ciervo de las Tormentas

capítulo 21

Celdas Negras

Naruto sentía curiosidad por el propósito de su viaje a las profundidades de las Celdas Negras, bajo la Fortaleza Roja. Varys le había informado de que uno de sus agentes había hecho un descubrimiento importante mientras se dirigía de Esso a la Ciudad Vieja. Al llegar a la celda, observó a un hombre aquejado de un caso grave de escala de grises, que estaba encadenado a la pared. Probablemente se trataba de una medida de precaución para evitar la propagación de la enfermedad.

Naruto enarcó una ceja y miró a Varys con expresión confusa. "¿Podrías explicarme por qué tienes a alguien con escala de grises aquí abajo?", preguntó. No estaba seguro de cómo responder al inesperado encuentro.
"¿Quieres que le cure?", preguntó el rey. No estaba seguro de la razón por la que Naruto había bajado a conocer a aquel hombre.

En cuanto mencionó curar la enfermedad, el hombre levantó la vista con sorpresa. "¿Puedes curar la Escala Gris?", preguntó a Naruto, antes de mirar a quien tenía delante. Tenía el pelo negro de punta, ojos azules y tres líneas en cada mejilla. Sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta de que la persona que tenía delante era el Rey de los Siete Reinos, la misma persona a la que Daenerys soñaba con derrocar.

Al observar al hombre, a Naruto le asaltó una sensación de familiaridad. "En efecto, puedo curar la enfermedad, pero ¿quién eres tú?", inquirió, deseoso de averiguar la identidad del individuo con el que hablaba.

El hombre desvió la mirada, consciente de que revelar su identidad al rey podría acarrearle graves consecuencias. Era uno de los miembros de la Guardia de la Reina de Daenerys, un personaje que se oponía a su gobierno y podía ser considerado su enemigo.
"Es Jorah Mormont, consejero y guardia real de Daenerys Targaryen", respondió Varys en nombre de Jorah. "Supuse que desearías reunirte con él".

Al observar al hombre, Naruto notó que sufría visiblemente una enfermedad terminal. Jorah observó las marcas rojas que aparecían alrededor de los ojos de Naruto, que habían adquirido un tono dorado. Entonces procedió a atraer la energía natural circundante. El Rey abrió la celda y entró con él, aparentemente despreocupado por contraer la enfermedad. Naruto se arrodilló frente a Jorah y le miró directamente a los ojos. El exiliado se estremeció ante la intensidad de la mirada, sintiendo el poder que había tras ella. "¿Por qué has regresado, Jorah? Tenía la impresión de que habías rechazado el perdón que te ofreció mi padre para matar a Daenerys. Incluso para salvarla, ¿por qué has vuelto? ¿Eres un espía?", preguntó al antiguo señor de la Isla del Oso.

Jorah se tragó los nervios mientras empezaba a hablar. "Vine a Poniente para encontrar una cura para mi enfermedad. Oí que podría haber una cura en las bibliotecas de la Ciudad Vieja, pero la descubrieron antes que yo", dijo, fulminando con la mirada a Varys, ya que habían sido sus espías los que lo habían encontrado y capturado mientras viajaba a Poniente.

"¿Y Daenerys?" preguntó Naruto, considerando la posibilidad de que ya estuviera en Poniente, oculta de algún modo.

"Está en Meereen", afirmó Jorah, consciente de que Daenerys estaría de camino a Poniente para reclamar su trono.

Naruto sonrió a Jorah. "Te aconsejo que no me mientas. Soy capaz de discernir cuándo alguien está faltando a la verdad -replicó, sabiendo que la información no era exacta. Sasuke les había enviado un cuervo cuando zarparon. Había propuesto la idea de hundir sus barcos en el camino, con la intención de entorpecer su campaña, o incluso ponerle fin antes de que hubiera empezado. Naruto lo había considerado, pero Varys se lo había desaconsejado, sugiriendo que se reunieran antes con Daenerys.

"Daenerys navega actualmente hacia Desembarco del Rey con su ejército. Según tengo entendido, pretenden recalar en Rocadragón", declaró Varys. Sasuke le había informado de que su plan general era tomar Rocadragón, que en general estaba vacía debido a la marcha de la Casa Baratheon y a la imposibilidad de Davos de regresar e instalarse debido a sus compromisos con la flota en Desembarco del Rey.