capítulo 27

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Los ojos de Naruto se abrieron de par en par al sentir los labios de Daenerys presionando los suyos. No esperaba que ella hiciera un movimiento así, pero fue incapaz de resistirse al beso y la acercó más a él. Sería negligente por su parte no reconocer que las emociones estaban a flor de piel en la habitación, pues ambos estaban conmocionados por los acontecimientos de la batalla.

Sentía la necesidad de apoyo y orientación en aquel momento. Necesitaba a alguien que le ayudara a aliviar la angustia que experimentaba, y Daenerys estaba disponible para proporcionarle ese apoyo, igual que él lo estaba para ella.

Apartó los labios de ella y se tomó unos instantes para serenarse antes de acercarla a la cama. Daenerys se sonrojó al tumbarse sobre él. Sentada hacia atrás, la princesa Targaryen pudo sentirlo debajo de ella. Su virilidad, oculta bajo la manta, estaba en contacto con sus partes bajas. Fue entonces cuando se dio cuenta de que, cuando le quitaron la armadura a Naruto para meterlo en la cama, lo dejaron completamente desnudo.

"Creo que he tomado mi decisión", declaró Daenerys, quitándose el vestido y depositándolo en el suelo. Naruto se sintió visiblemente avergonzado cuando Daenerys le reveló su cuerpo. Tenía un físico digno de una miembro de la realeza, con músculos tonificados y una piel casi impecable.

Luego procedió a quitarle la manta, dejando así al descubierto el resto de su anatomía para ella.

Naruto era un tipo de compañero diferente a los dos anteriores. Estaba a medio camino entre ellos en cuanto a atributos físicos. Era más pequeño que Drogo, pero más grande que Daario. Sin embargo, era más musculoso que cualquiera de ellos. Cuando le pasó las manos por el pecho, pudo sentir la fuerza de sus músculos justo debajo de la superficie. El calor de su poder le calentó la piel mientras sus dedos bajaban hasta sus abdominales.

"Entonces, ¿seguimos adelante con este plan de acción? preguntó Naruto, mientras alzaba la mano y le acariciaba uno de los pechos, provocando un pequeño grito ahogado de la princesa al sentir su tacto en la piel. Después de todo, le había propuesto matrimonio para evitar el conflicto entre sus dos partes, pero siempre había previsto que ella intentaría volverse contra él una vez resuelto el asunto con los Caminantes Blancos.

Al principio, ella desprendía una peculiar y distorsionada sensación de peligro que no era abiertamente malévola, sino más bien enigmática. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo e interactuaban más, esta sensación disminuía gradualmente. Ahora sólo era una presencia sutil. Ya no podía discernir la oscuridad subyacente que antes emanaba de ella.

"Eres excepcionalmente atractiva, Daenerys Targaryen", le informó Naruto, mientras le recorría el costado con la mano, desde el pecho hasta el trasero, acariciando y metiendo ligeramente los dedos en sus nalgas maleables. Daenerys emitió un suave gemido al sentir que la tocaban de un modo distinto a sus experiencias anteriores. Naruto era considerado con ella, una sensación novedosa en comparación con sus dos compañeros anteriores.

Daenerys movió las caderas con un movimiento giratorio, estimulando la virilidad de Naruto. Podía sentir cómo su excitación aumentaba con cada uno de sus movimientos, y cómo el pene de Naruto se introducía entre sus labios inferiores.

"No careces de tus propias cualidades atractivas", comentó, sintiendo que controlaba la situación. Era ella quien controlaba la situación y, por tanto, quien tomaba las decisiones. Sonrió al considerar la posibilidad de ejercer su dominio sobre el hombre que tenía debajo. "Veamos cómo manejas al dragón", dijo, apoyando las manos en el pecho de él mientras levantaba las caderas, dejando que su virilidad alcanzara toda su altura antes de volver a bajar sobre él.

No pudo contener sus exclamaciones cuando la cabeza penetró en su zona más íntima. Observó a Naruto y notó su tez sonrojada y el sonido de sus gemidos.

Naruto - el Ciervo de las TormentasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora