Capítulo 6

79 10 2
                                    

Seokjin despertó esa mañana con una pesadez en el cuerpo que parecía arrastrarlo de vuelta a la cama. El cansancio acumulado de los últimos días se había instalado en sus huesos, pesando más de lo que podía soportar. Después de aterrizar en Corea, su primer destino había sido el hospital, y sólo después de esa visita, finalmente había podido regresar a casa. La visita al departamento de Namjoon lo había dejado lleno de inquietudes; sus emociones estaban al borde del colapso. La sola presencia de Namjoon, con su aura imponente, había hecho que Seokjin se sintiera inusualmente nervioso.

Su mirada se fijó en la gota de agua que caía lentamente en el lavabo de la cocina, un sonido que contrastaba con el crepitar del sartén donde los huevos se estaban quemando. Se dio cuenta de que había olvidado por completo los huevos, su mente inmersa en un mar de pensamientos. Fue la voz de Jungkook, cargada de una tranquilidad casi surrealista, la que lo sacó de su ensueño.

— Felicidades, acabas de quemar mi desayuno —bromeó Jungkook, levantando su vaso de leche de banana como si fuera un trofeo.

Seokjin, actuando con una agilidad que no sabía que aún poseía, apagó el fuego justo a tiempo, evitando que el huevo se convirtiera en cenizas. Con un suspiro de alivio, se giró hacia Jungkook, intentando ofrecer una sonrisa que no lograba ocultar su agotamiento.

— No sé dónde tengo la cabeza. Tener a Minji enferma me pone de los nervios —se justificó, sabiendo que su amigo probablemente no le creería, pero sentía la necesidad de explicarse.

— Si tú lo dices, deberíamos pedir algo a domicilio; te ves realmente cansado —sugirió Jungkook, su voz llena de preocupación genuina.

— Tengo un poco de pan y mermelada de fresa. Creo que eso podemos desayunar —respondió Seokjin, intentando mantener la situación bajo control.

Seokjin pasó sus manos por su rostro, apartando un mechón de su cabello mientras trataba de forzar una sonrisa. Jungkook lo observó en silencio, notando la frágil determinación en los ojos de su amigo.

— Ayer, cuando llegué al hospital, me pareció ver a Iseul. ¿Recuerdas? Es la modelo que pensamos elegir para el evento —dijo Jeon, su voz temblando ligeramente, como si temiera que su observación pudiera tener consecuencias.

— Sí, era ella; es la prometida de Namjoon —respondió Jin, sentándose a su lado—. Minji me lo dijo. Dice que no es muy buena persona, y creo que ella tuvo algo que ver con la alergia de mi hija.

Jungkook asintió con comprensión. La imagen de Iseul, tan diferente de las fotos, se quedó grabada en su mente. Había conocido a Seokjin hace más de ocho años, cuando la relación con Namjoon terminó. Ambos se mudaron a América, donde trabajaron arduamente hasta conseguir un patrocinador para su empresa. En pocos años, habían creado casi un imperio en la moda asiática. Jin, con sus ideas frescas, había sido una pieza clave en ese éxito.

Ambos eran dueños de la marca, pero Seokjin era quien más se dedicaba a la dirección, mientras que Jungkook prefería viajar en busca de telas para nuevos diseños. Ver a Namjoon de nuevo había traído un sentimiento de nostalgia y una inquietante sensación de incomodidad.

— Creo que entonces Namjoon no debió lanzarme esa mirada de odio; realmente temí por mi vida —dijo el menor, con un toque de humor nervioso en su voz.

— Deja de hacerte ideas; está demasiado enamorado de ella —replicó Seokjin, intentando calmar a su amigo.

Antes de que Jungkook pudiera decir algo más, Minji apareció en el marco de la puerta, restregándose un ojo con su pequeño puño. Su padre se acercó y la abrazó con ternura.

— Buenos días, papá y Kookie — saludó la niña con una voz aún adormilada.

— Hola, princesa. ¿Estás mejor? —preguntó Jungkook, observando cómo la niña asintió con una sonrisa tímida—. Tu papi quemó el desayuno, pero puedes comer este pan duro conmigo.

★彡『 Mɪ ᴏᴛʀᴏ ᴘᴀᴘá 』彡★ NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora