Capítulo 10

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La tensión se podía palpar en el ambiente, densa como una tormenta que aún no termina de estallar. Seokjin daba pequeños sorbos a su bebida, los ojos fijos en el fondo del vaso, como si buscara una respuesta en el líquido. A unos pasos, Namjoon caminaba de un lado a otro, sus pasos inquietos resonando en la habitación en un ritmo irregular. Finalmente, el moreno no soportó más y se acercó al chico.

—Jin... —la voz de Namjoon se quebró por un momento antes de recuperar firmeza—. Sé que lo que hice estuvo mal. Pero… lo que siento por ti no ha cambiado, ni un poco.

Seokjin lo observó, frunciendo el ceño. Bajó el vaso y cruzó los brazos, un gesto automático de protección. Dio un par de pasos hacia él, pero se detuvo justo antes de invadir su espacio.

—No sé qué pensar, Namjoon. —Su voz sonaba contenida, como si las palabras pesaran en su garganta—. No ha pasado tanto desde que terminaste con Iseul, y lo único que puedo pensar ahora es... —hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas— que soy solo un clavo en esta relación.

Namjoon abrió la boca para protestar, pero lo único que logró fue negar con la cabeza. Tomó las manos de Seokjin, sintiendo su resistencia al principio, pero él no las soltó.

—No, Jin. No es así, te lo juro. Estoy… confundido, sí, no voy a mentirte. —Apretó sus manos un poco más fuerte, como si tratara de aferrarse a algo sólido en medio del caos—. No te estoy pidiendo que aceptes lo que siento, porque ni siquiera sé lo que tú sientes. —Kim asintió, aunque su rostro seguía inmutable—. Lo que sí sé es que Minji… ella tiene que estar bien con todo esto. Ella es lo que más me importa.

Seokjin apartó la mirada por un segundo, mordiéndose el labio. Sus palabras salieron más lentas, como si las estuviera midiendo.

—Tienes razón. Minji es la prioridad. Y tener algo entre nosotros ahora no es lo correcto. Quizás… más adelante.

Esa última frase hizo que el corazón de Namjoon diera un vuelco. Era mínima, casi una promesa no dicha, pero suficiente para darle esperanza. Sus ojos brillaron con una nueva chispa.

—¿De verdad piensas eso? —dijo Namjoon con una sonrisa tímida.

Seokjin no respondió, pero algo en su expresión suavizó la tensión en el aire.

—Me alegra escuchar eso —Namjoon suspiró, soltando las manos de Seokjin con cierta reluctancia—. Tengo que irme, tengo una junta mañana temprano.

—¿Una junta? —Seokjin arqueó una ceja—. Mañana es domingo.

Namjoon dejó escapar una risa corta y cansada mientras tomaba su saco del sofá. Se dio la vuelta, pero antes de cruzar la puerta, miró a Seokjin una última vez.

—Así es mi vida. A veces tengo que salir muy tarde por algún problema en la fábrica. Pero vendré mañana a la hora del almuerzo, si está bien para ti.

Seokjin lo siguió con la mirada, sorprendido por la propuesta inesperada. Su corazón latía más rápido, pero asintió con la cabeza, tratando de mantener la calma.

—Está bien. No te preocupes, hablaré con ella. Puedes irte tranquilo.

Cuando la puerta se cerró, el sonido resonó en la quietud de la sala. Seokjin se quedó de pie, apoyando la espalda contra la madera fría. Lentamente, sus dedos tocaron sus labios, reviviendo un recuerdo que había tratado de enterrar. Había pasado tanto tiempo… y, sin embargo, aún recordaba lo bien que se sentía.

🥐🥐

Al día siguiente, Namjoon terminó sus pendientes apresuradamente. Acompañado por Hoseok, salió de la empresa a toda prisa. Hoseok se había invitado al almuerzo, ansioso por conocer al famoso Seokjin. Había escuchado mucho sobre él, y aunque lo había visto un par de veces en la televisión, sabía que verlo en persona sería completamente diferente.

★彡『 Mɪ ᴏᴛʀᴏ ᴘᴀᴘá 』彡★ NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora