Capítulo 8

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Namjoon subió a su auto aun pensando en lo que había presenciado, sentía mucha furia, sabía lo complejo de la situación, él había sido testigo de un acto tan vil como ese en su trabajo anterior y las consecuencias habían sido nefastas, una gran amiga y compañera de trabajo había decidido terminar con su vida por la acción de un depravado, si él hubiese sabido lo que estaba pasando las cosas podrían haber sido diferentes, por eso se sentía con la responsabilidad de enfrentar el asunto. Seguramente Jin lo estaba pasando muy mal.

Puso en marcha su vehículo y condujo hacia la salida, aun se sentía inquieto, más aún cuando el enfermero despertaba un sentimiento muy especial en él. Desde el primer día le había llamado la atención, era extremadamente guapo y su actitud cálida hacia los demás lo hacía más atractivo. Era extraño sentirse así, desde que había muerto su esposo, su corazón había entrado en un estado de congelamiento, nadie había logrado llamar su atención en el plano amoroso, se había dedicado por entero a la crianza de sus hijos, lo que se había transformado en una tarea compleja, de no haber contado con la ayuda permanente de su padre que inmediatamente se mudó con ellos para apoyarle, su vida habría sido extremadamente difícil.

Salió a la carretera y tomó velocidad, aun le quedaba mucho por hacer, le gustaba encargarse personalmente de revisar los deberes de la escuela de sus dos hijos menores y acostarlos en sus camas antes de dormir. Con la muerte de Haejung había tenido que cumplir con la doble labor que implicaba asegurarse que sus niños crecieran sanos y fuertes y además con una estabilidad emocional adecuada. La única forma de lograrlo era estar presente en todo lo que pudiera. Su hijo Jungkook había sido el único que había podido estar hasta casi su adolescencia con su otro papá, si bien había sufrido muchísimo con la pérdida, de alguna manera le fue más fácil comprender que se había enfermado gravemente y que luego de dos años de tratamiento su cuerpo no resistió más. Había sido un apoyo muy importante para Namjoon y sus hermanos, ayudó con la crianza de Yeonjun y Soobin y siempre estuvo alerta ante las dificultades que pudieran tener. Pese a las preocupaciones que le había puesto la vida, se había destacado en sus estudios y siguiendo los pasos de su padre Haejung se había matriculado en la carrera de Derecho. Namjoon se sintió más que orgulloso al saber las intenciones de su hijo mayor, a quien no solo adoraba, si no que consideraba que era su gran compañero de ruta.

Luego de cuarenta minutos al volante, entró en un sector residencial muy bello, ese lugar había elegido para vivir, se había encargado de buscar un lugar tranquilo para sus hijos, tal como lo hacían en Busan. Miró hacia la casa vio el automóvil de su padre y la motocicleta de su hijo Jungkook estacionados, era el último en llegar.

Bajó de su auto e instantes vio a un niño correr hacia él, venía con una sonrisa en su rostro.

- ¡Hola, papá! - el niño saltó a sus brazos.

- Hola campeón, ¿Qué tal tu día? -

- Muy bien, hoy me aceptaron en el equipo de futbol, estoy feliz-

- ¿De verdad?, me alegro mucho hijo-

Caminaban hacia el interior de la casa, una suave música se escuchaba en el interior, su padre acostumbraba a escuchar a grandes orquestas mientras estaba en casa.

- ¡Hola! ¿Hay alguien en esta casa? -

Justo en ese instante aparecía su hijo de catorce años en la escalera

- ¡Hola, papá! -

- Hola Hijo – El muchacho se acercó y se dieron un abrazo - ¿Cómo te fue en la escuela? -

- Bien papá, hoy me entregaron el resultado de mi primer examen de matemáticas-

- ¿Y? ¿Qué tal? -

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