Capítulo 11

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Eran las siete y media de la mañana, Namjoon salió de su cabaña y caminó hasta la de Jin, golpeó suavemente la puerta, pero nadie la abrió, volvió a golpear y tampoco hubo respuesta. ¿Se habrá quedado dormido?, se preguntó el médico.

- Se fue hace un rato- Namjoon se volteó hacia la voz que le hablaba, su rostro se mostraba intrigado. Otro miembro del equipo se le acercó. – Jin se fue hace un rato, lo vimos salir. -

- Ah, OK, pensé en pasarlo a buscar para irnos juntos al hospital- Namjoon justificó su presencia en la puerta del enfermero.

- Nosotros vamos saliendo, si quiere nos acompaña-

- ¡Claro! Muchas gracias Jinghae- siguió al otro enfermero, quien se dirigía a juntarse con un grupo que esperaba afuera del apart hotel, se sentía desilusionado, Seokjin no había querido ir con él al hospital, seguramente lo estaba evitando, era obvio que se debía al incidente de la noche anterior.

Llegaron al hospital y de inmediato se trasladaron al área de cirugía. Namjoon se cambió de ropa en la residencia médica y luego se fue al área de pabellones. Al llegar tomó la tablilla con la programación del día, luego se lavó las manos y una asistente lo ayudó con su traje de protección, miraba disimuladamente entre el personal, pero no encontraba a Jin, ¿Sería posible que se hubiese devuelto a Seúl?, lo dudaba, era demasiado responsable como para abandonar su puesto de trabajo. Ingresó al Quirófano, donde el anestesista ya tenía sedado al paciente, se ubicó en su puesto de trabajo, al mirar hacia al frente reconoció de inmediato los ojos del enfermero, estaba al otro costado del hombre que iban a operar, listo a las órdenes que diera Namjoon.

- Buenos días Seokjin-

- Buenos días doctor-

- ¿Todo listo? -

-Sí todo listo, comencemos-

El equipo estuvo afanosamente trabajando durante todo el día. Al terminar la ultima cirugía Namjoon estaba exhausto, caminó hasta la sala de aseo y tiró en el receptáculo de la ropa la cofia que cubría su cabeza, luego se sentó en una banca a descansar por un par de minutos. Durante todo el tiempo que permanecieron juntos en la sala de operaciones, Jin no le había dirigido la palabra a excepción de temas estrictamente relacionados con las intervenciones, ni siquiera le había mirado. Se puso de pie y se dirigió a la salida, sería mejor que se cambiara de ropa, pronto debían partir a la estación de trenes para volver a Seúl.

Caminaba por el anden para subir al vagón que le correspondía, se sentía derrotado. Cuando preguntó por el enfermero, los compañeros de Jin le habían informado que había corrido a la estación de trenes en cuanto salió de la última operación.

"Jin tuvo un inconveniente en su casa, se fue en cuanto pudo para alcanzar el tren de las siete" le dijo uno de sus colegas.

Se sentó en la butaca y espero que el tren partiera, esperaba poder conversar con él durante el viaje y tratar de aclarar lo que había sucedido la noche anterior. Quería ser sincero y exponerle claramente que lo que había hecho no era antojadizo, le gustaba Jin, eso no era ningún pecado, lo malo había estado en la forma de demostrárselo.

Pronto el tren comenzó a moverse y a Namjoon lo invadió el sueño, se acomodó en el asiento y cerró sus ojos.

- ¡¡Papiiiiiiii, llegaste!! Te extrañamos-

- Hola mi vida, pensé que estarías durmiendo-  se sentó en la cama de su hija y estiró sus brazos para acurrucarle – También te extrañé, ahora a dormir pequeña, mañana debes ir a la escuela-

- Si papi, hasta mañana-

- Hasta mañana, que duermas bien cariño-

Jin arropó a su hija y luego salió de la habitación para dirigirse a la de su hijo.

- Hola mi precioso ¿cómo estás? -

- ¡Papá!, ¿Cómo te fue? - El muchacho cerró el libro que estaba leyendo y se paró de la cama para saludarlo. Él recibió gustoso a su pequeño adolescente abrazándolo con cariño y besando su cabeza, estaba tan grande que era extraño que fuera tan abierto con las muestras de cariño

- Ya hijito, métete en la cama, hace frío-

- ¿Cómo estuvo el viaje? -

- cansador, pero muy bien, ¿cómo estuvo tu fin de semana hijo? -

- Entretenido, con Tío Tae cocinamos pastas, nos quedó muy bueno-

Jin simuló una cara de terror – Será mejor que vaya a ver mi cocina-

Su hijo rio divertido – Naaaaa dejamos todo tal cual estaba-

- Bien cariño a dormir ahora, mañana debes ir a clases- Se acercó a su hijo y lo besó en la frente, al mirarlo aun no podía creer cuanto había crecido, era un hermoso jovencito.

Llegó a la cocina y preparó un poco de té, quería calmar algo sus pensamientos, todo el día había estado en permanente tensión estando cerca de Namjoon. Había intentado evitar todo contacto visual y verbal con él, después de lo ocurrido el día anterior no se atrevía a hablar con el medico, lo que había despertado el beso que le había dado, no lo podría disimular.

-Jin... Jin te estoy hablando-

Sacudió su cabeza y miró a su hermano - ¡Tae!, discúlpame me quedé pensando-

-Así veo, ¿qué te pasa hermano? ¿algún problema?-

Dirigió a Tae una mirada algo desesperada, sabía que no podía ocultarle nada, lo conocía perfectamente y estaba seguro que notaba la perturbación de su semblante.

-Sí... no... en realidad no sé hermanito, sucedió algo que me dejó la cabeza revuelta-

Taehyung lo miró con preocupación, nunca veía a su hermano tan desconcertado.

- ¿Qué pasa Jin?-

-Ven sentémonos en la sala, te contaré todo-

Jin relató todo lo que había sucedido  y su  hermano menor lo miraba sorprendido, jamás se hubiese imaginado que el problema que aquejaba a Jin era del corazón. Desde que había enviudado, a Tae le preocupaba la coraza que su hermano había construido a su alrededor.  Soñaba con que en el algún momento rehiciera su vida y fuera feliz al lado de alguien que lo complementara tan bien como lo había hecho su cuñado. Jin aún era joven, atractivo y por sobre todo un gran persona, se merecía toda la felicidad.

-¿Qué hay de malo en que el Doctor Kim te haya besado? Le debes gustar, eres un monumento hermanito-

-¿Cómo que hay de malo? Tae, trabajamos juntos, él tiene hijos, yo tengo hijos, cada uno tiene una vida, no estamos para romances-

-Por Dios Jin, no estamos en la edad media, tienes todo el derecho a tener una vida amorosa, y a mi me encantaría que fuera así.-

- De todas formas, no sé si tenga esas intenciones. Luego que me besó se notaba  muy arrepentido. A mí me preocupa que esto cree un ambiente incómodo entre ambos, nos veremos en todo momento-

-Entonces habla con Namjoon y expone tu punto de vista, si dejas las cosas claras no tendrá por qué molestarse e imagino que existe la posibilidad que pidas una modificación de tus asignaciones, así evitarás toparte con él-

-sí, ya lo había pensado-

- Mientras te sientas bien y cómodo haciendo tu trabajo, no debería haber problemas. Pero quiero que pienses en algo hermano, tienes derecho a rehacer tu vida, tienes derecho a volverte a enamorar. Los niños crecerán algún día y no me gustaría verte hacer una vida en solitario, no te niegues a encontrar nuevamente el amor-

-Tae, sabes que no me interesa, tengo mucho de qué preocuparme como para andar en esas lides-

- Eres un cabezota Jin, saca de tu cabeza la idea de que le serás infiel a Seojoon, a tu esposo no le gustaría verte así, te amó tanto que siempre deseó tu felicidad. Su recuerdo siempre te acompañará, pero es eso, un recuerdo, tú sigues viviendo- Tae le hablaba duramente a su hermano, hacía mucho tiempo que quería tener esta conversación con él y éste había sido el momento ideal-

Jin lo miró y derramó un par de lágrimas - se me ha hecho tan difícil Tae, aun no puedo hacerme la idea que no envejeceremos juntos.-

- Lo sé- se acercó a Jin y se sentó a su lado poniendo un brazo sobre sus hombros - Pero tu estás aquí y él ya no, vive por ti hermano, no por los demás-

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