Capitulo2: mentes muertas

14 2 1
                                    

Un Respiro Necesario

Jericho se despertó más tarde de lo esperado, aún en la casa de Sauda. Había pasado la noche en su casa, y aunque la velada no había sido lo que imaginaba, se sentía más tranquilo. Había algo en la presencia de Sauda que le hacía olvidar, al menos por un momento, las sombras que perseguían su vida. Mientras se desperezaba, notó un aroma delicioso provenientes de la cocina

"Buenos días, Jericho", dijo Sauda con una sonrisa cuando él entró en la cocina. Estaba preparando un desayuno tradicional, algo que Jericho nunca había probado antes. "Pensé que podrías necesitar un buen desayuno después de todo lo que ha pasado".

Jericho se sintió reconfortado por su amabilidad. "Gracias, Sauda. No tenías que molestarte".

"Es un placer", respondió ella, sirviendo dos platos. "Además, después de lo de anoche, creo que ambos podríamos usar un poco de normalidad".

Mientras comían, Jericho sintió que sus preocupaciones se disipaban ligeramente. Sauda no mencionó nada sobre la noche anterior, pero su actitud despreocupada y su amabilidad le hicieron sentir que no había necesidad de sentirse avergonzado.

Después del desayuno, Jericho decidió ser honesto con Sauda sobre sus sentimientos.

*Jericho*Sauda, sobre anoche... me di cuenta de que quizás malinterpreté la situación. Lo siento si te hice sentir incómoda.

Sauda se re muere de la risa.

*Sauda* Jericho, no tienes que disculparte. Me alegra que hayas venido. Fue agradable tener compañía, y me gustó pasar tiempo contigo. No todos los días puedo relajarme y ser simplemente yo misma, y me diste la oportunidad de hacerlo.
Además se que jugué un poco contigo y no solo a la consola...

Jericho se sintió agradecido por su comprensión y incómodo por lo último que menciono.

*Jericho*Supongo que a veces olvido que no todo tiene que ser tan complicado. Gracias por ser tan paciente conmigo.

"Claro, niño", respondió Sauda, tocando suavemente su brazo.

La conversación cambió a temas más ligeros, y Jericho se dio cuenta de lo fácil que era hablar con Sauda cuando no estaba atrapado en sus propias inseguridades.

Al final de la visita, cuando Jericho finalmente se despidió de Sauda, se sintió más en paz que en mucho tiempo. Todavía había mucho que hacer y peligros que enfrentar, pero por primera vez en mucho tiempo, sentía que tenía a alguien en quien podía confiar completamente. Sauda no solo había sido una compañera agradable, sino que también le había mostrado que había más en la vida que su trabajo como agente.

Caminando hacia su departamento, Jericho decidió que, aunque su vida estaba llena de oscuridad, no tenía que enfrentarlo solo.

BTD6: the call of Jericho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora