🌿Prólogo I

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JUANJO

Hace 6 meses.

Me dirijo con el coche hacia la residencia en la que actualmente vive mi abuelo como cada viernes para visitarlo. Soy el único que lo hace, ya que por lo que se ve nadie más en mi familia tiene la suficiente fuerza de voluntad como para conducir 20 minutos hasta donde él reside y pasar el día con él.

Nunca he llegado a entender cómo pueden ver al abuelo como una carga, porque creedme cuando os digo que lo hacen, si él es la verdadera fuente de sabiduría y amor que la familia siempre ha necesitado. Lo digo por qué yo me he criado con mi abuelo por culpa de mis padres, los cuales estaban demasiado ocupados con su vida como estilistas de gente a la que ellos consideraban "famosa", aunque en verdad no creo que me criara con mi abuelo "por su culpa" sino "gracias a ellos".

Mi abuelo es un apasionado de las flores y la poesía, de la lluvia y del mar, y de cualquier cosa que incluya la expresión de tus pensamientos, y claro, a mí también trató de educarme así, aunque yo siempre he sido un poquito revoltoso y normalmente ignorara todas sus reflexiones e ideas porque eran demasiado avanzadas para mi edad, pero a medida que comencé a crecer fui ganando interés en todo lo que él decía y ahora lo visito diariamente para que me ilumine con sus pensamientos y para hacerle compañía.

Aparco frente a su residencia y bajo del coche con una sonrisa mientras el frío de invierno me recibe. Me dirijo hacia el interior del edificio y me guían hacia la sala en la que se encuentra mi abuelo.

—Juanjo—Me llama Berta, una de las cuidadoras, deteniéndose lentamente delante de mí—Está empeorando—Dice ella triste y yo asiento dándole a entender que ya lo esperaba—No sé cuánto tiempo le queda, pero, por favor, aprovéchalo.

Le sonrío apenado y la abrazo.

Sabía perfectamente que a mi abuelo no le quedaría mucho tiempo, ya que es muy mayor y ya tenía asimilado que este momento llegaría, así que me separo de ella y entro a la habitación con una sonrisa.

—Hola, abuelo—Lo saludo sentándome a su lado y él levanta sus brazos para tratar de abrazarme. Me pego a él con una sonrisa que él me devuelve encantado.

—¡Mira qué ramo me ha traído hoy!—Dice alegremente enseñándome el precioso ramo de flores que hay al lado de su cama.

—¿Qué te ha contado?—Pregunto curioso agarrándolo para observar qué tipo de flores son.

—Bueno, me ha explicado que las rosas blancas significan paz y pureza, y que las que son de color rosa significan gratitud y cariño—Me cuenta él alegremente mientras yo huelo las flores—Me gustaría que lo conocieras, te caería muy bien, y además es un chico muy educado.

Ruedo los ojos divertido, hemos tenido esta conversación mil veces.

—Abuelo, porque un chico te traiga flores cada semana no significa que tenga que conocerlo, además no tengo prácticamente tiempo—Le repito por centésima vez haciendo que se ría.

Él siempre ha sido muy amigable y social y me explicó que había entablado amistad con un chico que trabajaba en la floristería en la que él acostumbraba a comprar flores, y ahora el chico se las lleva cada semana gratis a la residencia para charlar con él sobre flores.

—Bueno, hoy hemos hablado de poesía—Dice captando mi atención nuevamente—Me ha dicho alguna frase que me ha dejado reflexionando un rato y quería decírtela para que tú también lo hagas.

Miro a mi abuelo con curiosidad y él me agarra la mano.

—"Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo"Recita él apretándome la mano y ya sé dónde quiere llegar.

Un Trabajo Veraniego//Juantin ;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora