★Capitulo 1★

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La Segunda Estrella

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La Segunda Estrella

★★★★

—¡ME TIENES HARTO CON TUS LLORIQUEOS, MALDITA NIÑA ESTÚPIDA!— rugió un hombre de 45 años, su voz cargada de una furia contenida que parecía querer desbordarse. La niña de 4 años, con lágrimas en los ojos y la piel aún marcada por la caída, sollozaba mientras intentaba mantenerse en pie.

—Papi...— balbuceó la niña entre sollozos, su voz quebrada y temblorosa. El hombre, visiblemente frustrado y sin paciencia, descendió las escaleras de la casa de dos pisos con pasos pesados y decidido. En la cocina, agarró a su esposa, una mujer de 35 años que llevaba en su rostro la marca de un sufrimiento constante, y la arrastró sin piedad hacia la habitación de la niña. La empujó al suelo con tal fuerza que el golpe resonó en la habitación, haciendo que el llanto de la pequeña se intensificara aún más.

—¡Haz que se calle de una vez o la golpearé hasta que no pueda gritar más!— su voz era una amenaza tangible, cargada con un odio que parecía consumirlo. Sin esperar una respuesta, salió de la habitación, estrellando la puerta con tal violencia que el marco tembló.

La mujer, con el rostro surcado por lágrimas y desesperación, se inclinó hacia su hija. Tomó el pequeño rostro de la niña entre sus manos temblorosas, intentando calmarla mientras el dolor en su pecho se hacía más intenso.

—Mi amor, por favor, deja de llorar. No queremos más problemas con tu papi— susurró la mujer, su voz apenas audible y llena de tristeza. —¿Te gustaría ir al parque?— propuso, intentando ofrecerle un escape a su pequeña. La niña asintió, secándose las lágrimas mientras una tenue chispa de esperanza iluminaba su rostro.

—MUJER, VEN A ATENDERME AHORA MISMO— el grito del hombre resonó desde su habitación, exigiendo la presencia de su esposa. La mujer bajó la cabeza con resignación, sacó una tarjeta de su bolso y se la entregó a la niña con manos temblorosas.

—Mira, cariño— dijo, esforzándose por mantener un tono tranquilizador—. Ve al parque y vuelve por la tarde. Si te pierdes, muestra esta tarjeta a un adulto, ¿entendido?— La niña asintió con un gesto serio, observando la tarjeta con una mezcla de confusión y miedo.

La mujer besó la frente de su hija con un cariño que parecía incompatible con el horror de la situación, y vio cómo la pequeña se dirigía hacia la puerta, su figura encorvada por el peso de la tristeza y el miedo.

Una vez que la niña salió, la mujer se dirigió a la habitación de su marido. Al entrar, encontró a Aizawa, el hombre, tendido en la cama en una postura que exudaba desdén, su cuerpo desnudo y la piel enrojecida por la frustración y el deseo. Su rostro estaba adornado con una sonrisa cruel, una mueca de satisfacción que revelaba su dominio sobre la situación.

—Tardaste mucho, Rei. ¿Dónde está la mocosa?— preguntó Aizawa con un tono despectivo, mientras se levantaba de la cama y cerraba la puerta con un golpe seco. La mujer, sintiendo un nudo en el estómago, se acercó a él con pasos vacilantes, sabiendo que no había escape.

★彡𝐑𝐞𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚 𝐃𝐞 𝐔𝐧𝐚 𝐌𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐚彡★  𝐁𝐨𝐨𝐤 #𝟏 ᴬ૧ᵘᵃ ᴴᵒˢʰⁱⁿᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora