Tres

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Estaba mirando su rostro, se notaba asustada, no quería seguir relatando lo que sucedía porque sabía que iba a empeorar todo.

— Y aquí estoy, sobreviví pero perdí a mi chica — baje mi cabeza.

— ¿Y ahora que? — Me miró

— No lo se, si quieres puedes quedarte esta noche y luego seguir por tu cuenta.

Me miró asombrada por lo que dije, no pensaba dejarla ir, pero tampoco quería que piense que la quería secuestrar aquí o algo así.

— ¿Y donde iré? No tengo casa por aquí ni armas para defenderme.

— Por eso digo, puedes quedarte si quieres o marcharte. Te enseñare a defenderte y lugares donde puedes esconderte hasta que pase todo esto o alguien salga a decir algo.

— necesito ropa, este vestido esta lleno de sangre — Me pidió

— Si claro, te enseño donde esta el baño y puedes ducharte, como gustes, preparare la cena enseguida.

Baje las escaleras de aquella enorme casa, era acogedora, los anteriores dueños se ve que eran muy estrictos con la limpieza, lastimosamente tuve que matarlos de un disparo en la cabeza.

Ya no eran personas, ahora eran uno más de esos zombies.

Tome aquel poco de puré de tomate y lo eche sobre la sarten, tenia que ir por comprar otra vez, ya hay poco papel y huevos para comer, una vez que se acabe todo, nose que sucederá.

Escuche pasos y me di la vuelta, TN bajaba de las escaleras lentamente, observando todo muy atenta.

—¿Era tuya? — Pregunto mientras se acercaba hacia la cocina donde estaba yo.

— Sus dueños fallecieron y ahora es mía.

— Es linda.. acogedora

— Eso dije cuando la encontré — Reí

— Tiene una enorme ducha, ni en esta ni en la otra vida podría comprar una así — Rio

— Juro que yo tampoco, antes de esto tenía un trabajo de medio tiempo, ganaba centavos. — Le conté — Junto con mi novia juntábamos para comprar nos un auto. Jamás nos iba a alcanzar.

— Lo lamento. — dijo

— No te lamentes, no siempre sale todo como esperas — revolvi la salsa — ya casi esta. Cuéntame más de ti, ¿de donde eres?

— Bueno... — Se sentó sobre el mesón de la cocina — Soy de los ángeles, mis padres vivieron ahí por años, creí ahi prácticamente, luego fui a la universidad y bueno...

— ¿Y luego? — Pregunte

— Conocí a Evan, fui su novia muchos años, hasta que termine mi carrera.

— estas recibida, genial. ¿De que?

— Administración y empresas, pensé que era algo simple, pero soy mala para las matemáticas. Pero terminé por fin.

— ¿Y como fuiste a parar en tu boda?

— Bueno, termine con evan porque me enteré que me estaba siendo infiel. Pero prometió no volverlo hacer — Rio casi sintiéndose miserable.

— Es enserió ¿lo perdonarte?

— Si, juro que no volvió hacerlo

— O no que te hayas enterado — Comente en lo bajo

— Vamos, algunos hombres si cambian — Me miró

— Eso crees tu — Me di la vuelta y tome la cuchara

— Bueno por lo menos no me entere, me pidió casamiento y bueno. Estuvimos muchísimo tiempo organizando todo. Justo ayer nos estamos por casar y paso todo esto.

— Te entiendo, debe ser horrible pasar por todo esto. En fin, ya está la comida.

Tome la sarten y los platos con fideos, los lleve a la mesa.

— ¿Te ayudo en algo? — Pregunto

— Podrías traer los cubiertos y las copas porfavor.

Ambos estábamos sentados en las sillas mirándonos, escuché como comía los fideos lentamente y me hizo sentir muy bien, por fin alguien disfrutaba de mi comida.

𝐈𝐍𝐅𝐄𝐂𝐓𝐀𝐃𝐎𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora