cap 9

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La cabaña estaba sumida en una atmósfera de intensa concentración. Todos estaban reunidos alrededor de la mesa, donde un gran plano estaba extendido, cubierto de anotaciones, marcas y flechas que señalaban diferentes puntos de interés. Era un mes crucial: en enero, el príncipe cumpliría 18 años, y con ello llegaría la oportunidad que todos habían estado esperando. El invierno se avecinaba, y con él, la complejidad de sus planos aumentaría.

Bakugo, el líder del grupo, estaba al frente, sus ojos fijos en el plano mientras hablaba con una voz firme y autoritaria.

—En un mes, el príncipe celebrará su ceremonia de mayoría de edad —comenzó, señalando un punto central en el plano que representaba el castillo—. El evento atraerá a gran parte del pueblo ya los nobles, lo que significa que las defensas estarán más relajadas. Este es el momento perfecto para actuar.

— ¿Cómo procederemos? —preguntó uno de los miembros del grupo, inclinándose hacia adelante para ver mejor el plano.

Bakugo cruzó los brazos sobre el pecho, pensativo.

—Primero, necesitamos asegurar las rutas de escape. El invierno nos da ventaja; las condiciones climáticas harán que sea más difícil seguirnos si nos movemos rápido. Pero también significa que debemos ser precisos, cualquier error podría ser fatal en esas condiciones.

El bicolor, que había estado en silencio, se acercó más al plano, observando las anotaciones.

—¿Y sobre la seguridad? —preguntó, su voz tranquila pero cargada de interés—. ¿Cómo nos aseguraremos de que no haya refuerzos inesperados? ーPues el al principio había dicho que se encargaría de eso, aunque ahora no está seguro.

Bakugo lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de respeto y desconfianza, una relación forjada a través de numerosas pruebas y momentos tensos.

—Nos encargaremos de neutralizar a los guardias clave antes de que comience la ceremonia —respondió Bakugo—. Una vez que el caos se desate entre la multitud, aprovecharemos la confusión para atacar desde múltiples puntos. Pero necesitaré que tú y los demás mantengan bajo control a cualquier elemento sorpresa que pueda surgir.

Los demás asintieron, conscientes de lo que estaba en juego. El plan era ambicioso, pero tenían la determinación y las habilidades necesarias para llevarlo a cabo. Sin embargo, había algo en la mirada de Bakugo que indicaba que aún no había revelado todos los detalles.

—Y hay una cosa más —añadió, su tono volviéndose más serio—. El objetivo principal no es solo el príncipe, sino la joya que tiene en su poder. Es la clave para lo que viene después.

El grupo intercambió miradas, conscientes de que Bakugo no solía compartir detalles innecesarios a menos que fueran cruciales para la misión.

— ¿Qué tan importante es esa joya? —preguntó Kirishima, rompiendo el silencio.

Bakugo lo miró fijamente.

—Lo suficiente como para cambiar el destino de todos nosotros —respondió enigmáticamente, dejando claro que el plan era mucho más grande de lo que habían anticipado.

El invierno no solo traería consigo la nieve y el frío, sino también la oportunidad de cambiar el curso de la historia.

El invierno había llegado en su forma más implacable. Las temperaturas habían descendido drásticamente, y el castillo del príncipe estaba cubierto de una gruesa capa de nieve. El bicolor se encontraba atrapado en el castillo, incapaz de salir debido a las estrictas medidas de seguridad que habían sido implementadas tras la desaparición del príncipe. Su padre, el rey Endeavor, había intensificado la vigilancia, temiendo un posible ataque o fuga, y con ello, las rutas de escape del castillo se habían vuelto prácticamente impenetrables.

Cada día, el bicolor observaba la situación desde las ventanas del castillo, sintiendo una creciente desesperación. La falta de comunicación con el grupo lo preocupaba, y el aislamiento hacía que la sensación de claustrofobia aumentara con cada hora que pasaba.

Mientras tanto, el castillo se preparaba para el evento central: el cumpleaños del príncipe. La ceremonia estaba en marcha, con los preparativos alcanzando su punto culminante. La seguridad había sido reforzada, y las puertas del castillo estaban cerradas con llave, lo que hacía que el bicolor sintiera que su misión estaba completamente fuera de su alcance.

En una de las noches más frías, mientras el viento ululaba fuera, el bicolor recibió una visita inesperada. Era la figura de su padre, el rey Endeavor, quien había venido a hacer una inspección.

—He notado que has estado inquieto últimamente, —dijo Endeavor, sus ojos fríos y evaluadores. —¿Todo está bien?

El bicolor trató de mantener la calma, aunque su mente estaba agitada con la preocupación.

—Sí, padre, estoy bien. Solo me preocupa la seguridad del castillo, dado lo que ha sucedido.

—Esa es una preocupación válida, —dijo Endeavor, —y es precisamente por eso que hemos reforzado la seguridad. No podemos permitir que nada falle durante la ceremonia.

La conversación concluyó, y el bicolor se quedó solo con sus pensamientos, cada vez más angustiado por la situación. La sensación de estar atrapado se hizo más intensa, y cada intento de salir o comunicarse con el grupo parecía infructuoso. La vigilancia era rigurosa, y cualquier intento de evadirla parecía condenarse al fracaso.

A medida que el día del cumpleaños se acercaba, el bicolor sabía que el tiempo se estaba agotando. La ceremonia sería una oportunidad única para el grupo, pero él no podía hacer nada desde dentro del castillo. La falta de contacto con el grupo lo tenía en vilo, y la incertidumbre de si su ausencia había sido notada o si el plan seguía en marcha se convirtió en una carga pesada.

En la oscuridad de la noche antes del evento, el bicolor hizo un último intento desesperado. Utilizando las habilidades que había perfeccionado en sus momentos de mayor necesidad, intentó encontrar una manera de enviar una señal al exterior. La posibilidad de que el grupo estuviera en peligro y que su misión dependiera de la sincronización perfecta lo mantenía alerta.

Finalmente, el día de la ceremonia llegó. La atmósfera en el castillo estaba cargada de emoción y expectativa. A medida que los invitados se reunían y la celebración comenzaba, el bicolor se preparaba para lo que podría ser el momento más crucial de su vida. Desde el interior del castillo, observaba con la esperanza de que su grupo, a pesar de los obstáculos, lograra cumplir con la misión que habían planeado con tanto esmero.



《un pasado no retornable》|| todobaku ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora