Lo llevé a casa

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La mañana del día más largo se fue rapidísimo. Juhannus era un día donde muchos dejaban la capital y se iban al hogar familiar a pasar la festividad. Su padre, su madre, sus hermanos habían llamado insistiendo en que fuera a casa y aunque lo había hecho años anteriores, arrastrando a Dalton con él, este año era especial.

Salió tempranísimo a correr, mucho antes del horario de cualquier cafetería, pero más adelante en el día estaría apurado. Debía cerrar el negocio temprano, porque más tarde nadie iría comprar nada y porque no tendría empleados ese día, los había dejado faltar para celebrar sin preocupaciones.

Después de eso iría a casa, comería y se prepararía para aquella cita tan fuera de lo común. Jacaerys era la primera persona que invitaba a pasar un día así lleno de tradición y celebración y eso debía significar algo.

Tal vez algo más a que sólo le gustara.

Tal vez pensaba que había algún otro sentimiento.

Si, es muy posible que por ello se sintiera tan nervioso por una simple cita.

Se fue a casa y en el camino se cruzó con Dalton, no era nada raro pues este trabajaba en los botes que ofrecían paseos por la bahía. Ese día también cerrarían temprano y si fuera un buen hijo de familia estaría en el último barco a la isla. Pero estaba aquí, emocionado y con las manos sudorosas.

-Creo que la voy a cagar – le dice mientras caminan en dirección a los departamentos que rentan. Son pequeños, uno vecino del otro, a dos calles más arriba de la Iglesia de piedra.

-No lo harás – le dice serenamente, aunque por dentro se siente igual. Dirá una tontería, hará algo estúpido y entonces el bello Jacaerys sólo fingirá estar a gusto, pero al día siguiente evitará ir a dónde suele encontrarlo, no se detendrá en la cafetería donde trabaja Qyle y si lo ve en la calle se irá por otro camino para no encontrarlo.

-Es que es muy bonito, todo bajito y con cara de niño, seguro le diré que lo quiero terminar de criar y me mandará a la verga y no a la suya.

Cregan quiere tomarlo con seriedad, pero su amigo no ayuda demasiado, así que se echa a reír por la tontería que ha dicho, aunque a decir verdad es lo mismo que siente sobre salir con Jacaerys. Tiene tanto que no sale con nadie, sólo Dalton y ellos son amigos, no tiene miedo a decir algo tonto, la verdad es que se la pasan diciendo estupideces la mayor parte del tiempo.

-Estarás bien, él también te mira mucho, es demasiado obvio que le gustas.

-Ay cállate wey – Dalton lo avienta, se nota que está al borde de un ataque de ansiedad por la anticipación de la noche. – Te juro que me la voy a jalar pensando en él, tengo que sacarme las ganas o le diré que me lo tengo que coger.

-Dalton, no necesito saber eso.

-Bueno no, pero hazlo también, así te relajas tantito.

Se despiden en las escaleras, el departamento de Dalton está en la planta baja y el de Cregan en el último piso, el departamento de la buhardilla el cual tiene cierto encanto además de una buena vista.

Es grande comparado con los otros departamentos, pero no suele presumirlo. Ahora, cuando entra, se imagina trayendo aquí a Jacaerys y por ello en lugar de bañarse, termina limpiado y dejando el lugar muy bien acomodado. Suena su alarma, ya no tiene tanto tiempo, así que se concentra finalmente en el baño, en vestirse de forma casual pero no como siempre, algo que se le vea un poco mejor a la ropa deportiva.

Para cuando le gusta el aspecto que tiene, con pantalones negros, una camisa blanco y negro y una chaqueta de cuero, ha agotado el tiempo y tendría que salir en ese momento para no ir corriendo. El día no es cálido del todo, como siempre, hay una brisa fresca que hace que llevar una chaqueta sea necesario. Se peina cuando casi sale del departamento y se mira en el espejo. Su cabello siempre está alborotado y no es del todo agradable a la vista, según su apreciación. Parece que el aire lo atrapó cuando iba a la cita. Así que se regresa corriendo al baño y cepilla hasta lograr aplacarlo y lo ata en un pequeño chongo en la parte de atrás de su cabeza. Se ve arreglado, con eso le basta.

Midsommar SunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora