tras tu muerte llegas al infierno por los pecados que llevaste a cabo en vida.
al no tener techo decides prostituirte para conseguir dinero y cigarros fácilmente
Después de conocer a gente nueva te topas a 2 de las personas más temidas y admiradas e...
Podía escuchar el cantar de las aves, como caía el agua de una cascada dirigiéndose el río, como el aire soplaba moviendo los innumerables árboles verdes que me rodeaban, me encontraba sentada en el pasto húmedo escondiendo me detrás de un árbol, pero ¿por que? O más bien ¿de que? Esa fue mi pregunta hasta que pude escuchar detrás de mi no muy lejos sus risas
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Aun ocultandome detrás de la madera me asome y los ví a ambos como disfrutaban de la compañía del otro riendo y experimentando nuevos sentimientos, sin saber por que sentí una pensaba en mi pecho y mis ojos lagrimear
Sentido que una mano tocaba mi hombro y me antes de saber de quien se trataba me limpie las grimas
—hola pequeña, otra vez estas usmeando aquí en el Edén?— dijo Michael con una sonrisa y ojos de ternura —a quien vez?, sabes que no nos permiten estar aquí— coloco su mano en mi mejilla
—no es nada Michael, ya estaba por irme, nos vamos?—
—claro claro— y con eso comenzamos a caminar con dirección al cielo
—Michael, tu cres que se permita el amor entre un Ángel y un humano?—
—¿por que la pregunta jaja? En lo personal no le veo nada de malo siempre y cuando no haya ningún tipo de violencia hacia nadie, pero supongo que papá no piensa lo mismo—
—oh, ya veo y no, no es por nada en especial... Solo se me ocurrio— Pensé que recibiría cualquier después pero nunca llegó, me di la vuelta para ver si Michael aún seguía conmigo pero había desaparecido por completo, al parecer toda la flora y fauna se había ido con el y solo quedaba una habitación basia color gris —Michael? Hola?—
El miedo comenzaba a inundarme, me había quedado completamente sola en un lugar sin salida, solo se alcanzaba a escuchar unos pequeños lamentos a lo lejos, mi corazón latia cada vez más fuerte
Divisaba una pequeña silueta muy a lo lejos, veía como esta respiraba con mucha fuerza y se movía como cuando uno lloraba, camine y camine hasta que porfin me acerque lo suficiente hasta reconocer unas alas angelicales bastante maltratadas
—L-lucifer? Eres tú?— por un momento el llanto calmo y me miro de inmediato por encima de su hombro con unos ojos amarillos que iluminaban como si de una linterna se tratara
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