quien diria que uno de los pilotos de mercedes mas codiciados por el sexo femenino se le hiciera tan dificil ganar el corazon de una chica tan sencilla que pasaba por basica
Donde George intenta una y mil veces conquistar a la mejor amiga de su comp...
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El sol mediterráneo brillaba con una intensidad deslumbrante sobre el asfalto impecable del circuito, creando un espejismo de calor que se elevaba desde la pista. El aire vibraba con el rugido ensordecedor de los motores de Fórmula 1, un coro mecánico que anunciaba el inicio inminente de la primera carrera tras el tradicional parón veraniego. Para los aficionados, era un momento de renovada emoción y anticipación; para los equipos y los pilotos, era la reanudación de una batalla por la supremacía que se había pausado brevemente.
En medio de este torbellino de actividad y expectación, Uma, fiel a la promesa que le había hecho a Yuki, se encontró en el bullicioso box del equipo AlphaTauri, lista para ofrecerle su apoyo incondicional. Vestida con una camiseta discreta con los colores del equipo y unos vaqueros cómodos, se movía con una familiaridad tranquila en el entorno frenético del garaje, saludando con una sonrisa a los mecánicos y los ingenieros que conocía desde hacía años. Su presencia en el box era un recordatorio de los lazos personales que existían más allá de la alta competencia del automovilismo, un ancla emocional para Yuki en medio de la presión constante.
La sesión de clasificación del día anterior había sido un éxito modesto pero significativo para Yuki. A bordo de su monoplaza, había logrado extraer el máximo rendimiento posible, asegurando una meritoria octava posición en la parrilla de salida. Para un piloto de su calibre y con el coche que tenía a su disposición, era un resultado que ofrecía una buena base para la carrera del domingo. Sin embargo, la tensión de la clasificación y la anticipación de la carrera siempre dejaban a Yuki con una energía nerviosa que a veces le costaba manejar.
Con la mañana de la carrera avanzando lentamente hacia el momento crucial de la salida, Uma notó que Yuki parecía particularmente inquieto. Después de intercambiar algunas palabras de ánimo y asegurarse de que tenía todo lo que necesitaba, Uma decidió darse una vuelta por el paddock para distraerse un poco y darle a Yuki espacio para concentrarse. El paddock, la zona detrás de los boxes donde se congregaban los equipos, los invitados, los medios de comunicación y los patrocinadores, era un hervidero de actividad en un día de carrera. El aire estaba cargado de conversaciones animadas, el sonido de los carros de golf eléctricos que se desplazaban rápidamente y el constante ir y venir de personas con pases colgados al cuello.
Mientras caminaba por el paddock, observando el ir y venir de la gente y los impresionantes hospitality's de los diferentes equipos, Uma notó una aglomeración inusual cerca de la reluciente hospitalidad de Red Bull Racing. La curiosidad, una cualidad inherente a su naturaleza observadora, la impulsó a acercarse para ver qué estaba causando tanto revuelo. Alrededor de una sección del hospitality, Uma vio varios simuladores de carreras de alta gama alineados, con pantallas brillantes y volantes atractivas, todos disponibles para que cualquiera que quisiera probar suerte pudiera hacerlo.
