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Minho y Felix tenían sus encuentros típicos en la azotea, por fin había tenido valor de preguntarle al castaño qué era lo que había sucedido con Yeji y por qué había vuelto, quizás así también entendería por qué el había cambiado tanto en tan solo dos meses.

Le contó que Yeji se había distanciado con el, y le había deseado que encontrara un amor mejor que ella, además de repentinamente cambiarlo por otro chico más famoso, algo que le hizo mucho daño en ese momento y cambió su estilo de vida para proteger su ego, rodeandose de mujeres por las cuales no sentía nada en lo absoluto.
Algo que no era su estilo.

—Supongo que la entiendo de todos modos, me hizo dar cuenta que no valgo, no puedo ofrecerle nada.

—No digas eso, para mi tu vales mucho, estuviste cuando más te necesité, que ella no haya sabido valorarlo no es tu culpa.

¿Por qué consolaba a Minho? Ni puta idea, pero al menos pudo tener un abrazo a cambio, bastante largo y genuino que lo hizo sentir feliz, y un poco como una niñita enamorada por primera vez.

Volvió a clases, pues el castaño también tenía que ir a buscar a sus amigos y decidieron volver juntos atravesando la cafetería, pero casualmente se encontraron con Hyunjin, Bang chan y Jungkook conversando.
Minho tocó el hombro del pelinegro con intenciones de hablarle, pero este se apartó con aparente desagrado.

—¿Qué pasa?

Chan y kook no dijeron nada, solo se miraron entre ellos y Hyunjin se rió sarcásticamente como si la pregunta fuese tan estupida que resultara ofensiva.

—No te acerques más a mi ni a ellos, ahora solo somos tres en el grupo.
Quedas afuera.

Minho se sintió confundido al igual que Felix, que sintió la necesidad de interferir pero no sabía cómo, sabía que esto probablemente era su culpa o a causa de él.

—Hyunjin, deberían hablar de lo que sucede antes de decir algo así..— Murmuró Bang chan intentando hacerlo entrar en razón, pero fue completamente ignorado, al igual que Jungkook que también intentó convencerlo.

Hyunjin se fué, y el pecoso corrió detrás de el —Espera, hablemos— Pidió agarrandolo gentilmente del brazo, pero no sirvió de nada —No tengo de qué hablar contigo— Dijo con desprecio.
Pero Felix no se rindió, lo persiguió hasta el salón de química, donde ya no tuvo escape.

—Podemos solucionar las cosas de otra manera, por favor.

El mayor agarró un matraz que tenía a su lado y lo lanzó al suelo con fuerza, donde causando un gran sonido, este se partió en pedazos.
El rubio retrocedió, se sintió asustado por la repentina violencia e incluso sintió que temblaba, definitivamente no esperaba eso en lo absoluto.

—Si no quieres que saque a Minho del grupo, debes decirle que lo odias y no volver a hablar con el.

Se quedó en silencio, era una decisión difícil, pues con cualquiera de las dos quedaría como un hijo de puta con alguien y se sentiría mal consigo mismo.

—Eso creí.

Su madre había vuelto de Tailandia, y al parecer lo había tenido vigilado incluso desde allí, pues sabía todo lo que el había hecho en el mes que ella no había estado.

—¿Quién es tu nuevo amigo? Lo has estado viendo demasiado y has cambiado desde entonces.

No pensaba responder al interrogatorio, ni siquiera le estaba prestando atención, porque probablemente no diría nada importante como siempre.

—Si sigues haciendo estupideces entonces vas a tener que casarte, y no quiero tener que pensar en eso ahora.

Mierda ¿Casarse? Sabia que su madre no jodia con eso, pues ella había hecho que incluso su sobrina se casara con un hombre que realmente no amaba al manipular a la madre de esta.

B4+1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora