Capítulo 1: Isa, la Publicista de Salamanca

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Salamanca despertaba bajo el suave sol matutino, con sus calles empedradas aún vacías, y la monumental Plaza Mayor, epicentro de la ciudad, comenzando a llenarse de vida. Isa, una joven publicista de 27 años, caminaba a paso firme por esas mismas calles, acostumbrada al ritmo vertiginoso de su vida. Vivía en un acogedor piso en el casco antiguo de la ciudad, a unos minutos del bullicio de las tiendas, restaurantes, y bares, pero lo suficientemente alejada como para disfrutar de la tranquilidad que le proporcionaba el hogar. Salamanca, con su aire universitario y su vibrante historia, era el lugar perfecto para ella: moderna, llena de cultura y rodeada de una belleza inconfundible.

Isa, de cabello castaño oscuro, siempre recogido en una coleta alta, resaltaba por su piel clara y grandes ojos verdes, llenos de determinación. Su elegancia era innata, pero no dependía de marcas o lujo, sino de la seguridad con la que se movía y hablaba. Tenía una altura imponente y una figura estilizada, producto no de largas horas en el gimnasio, sino de la energía con la que afrontaba cada día.

Era una mujer porfiada y algo caprichosa, características que le habían ayudado a escalar posiciones rápidamente en la agencia de publicidad donde trabajaba. Era conocida por su ingenio, por no aceptar un "no" como respuesta y por su capacidad para vender ideas imposibles a clientes aún más exigentes. Sin embargo, aunque podía parecer segura de sí misma ante sus colegas, internamente se debatía entre la ambición de seguir creciendo profesionalmente y el temor de perderse a sí misma en el proceso.

Isa trabajaba en Studio Creativo, una de las agencias más renombradas de Salamanca. Su labor como jefa de cuentas la mantenía en constante contacto con empresas importantes, coordinando campañas publicitarias que requerían precisión y creatividad. Pero ahora, se le había presentado un reto mucho mayor: el contrato del viñedo "Château de Beaumont", uno de los viñedos más exclusivos y prestigiosos del mundo, ubicado en la región de Burdeos, Francia.

El dueño del viñedo, un enigmático duque francés, no era conocido por hacer negocios fácilmente, pero obtener ese contrato era su boleto de oro. No solo aseguraría su ascenso, sino que también le daría el prestigio que tanto deseaba dentro de la industria publicitaria.

Mientras tomaba su café apresurada antes de una reunión clave, Isa pensaba en lo que significaba ese contrato. No solo era una oportunidad para su firma de expandirse al mercado internacional, sino también una oportunidad para ella de mostrar que estaba lista para manejar las cuentas más grandes e importantes. Conseguir que el duque aceptara una campaña diseñada por su equipo era más que un logro profesional; era su forma de demostrar, incluso a ella misma, que podía superar cualquier reto.

El único problema era que el duque, conocido como Pierre de Beaumont, tenía fama de ser inaccesible y extremadamente duro en las negociaciones. Según los rumores que circulaban, él prefería mantener el control total de su viñedo y nunca había dejado que nadie tocara la imagen de su empresa. Pero Isa estaba decidida a conseguirlo, por muy necio que fuera aquel hombre.

Con el viaje a Francia a la vuelta de la esquina, Isa revisaba los detalles de su presentación una y otra vez. Aún no había visto ni una sola imagen del duque, ya que mantenía un perfil bajo, algo poco común para alguien con tanta riqueza y poder. Sabía que conocerlo en persona sería todo un desafío, pero Isa estaba acostumbrada a enfrentarse a situaciones difíciles. Y en esta ocasión, no pensaba fallar.

Este contrato significaba el siguiente paso en su carrera, y no importaba cuán porfiada o terca tuviera que ser. Haría lo que fuera necesario para que el Château de Beaumont formara parte de su portafolio.

"Entre Viñedos y Mentiras: La Historia de Isa y Pierre"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora