Isa salió del castillo con paso firme, pero su corazón estaba hecho trizas. Cada paso que daba hacia el coche de alquiler, sentía que la distancia entre ella y el duque aumentaba, pero también sabía que la herida seguía fresca. Mientras se alejaba del imponente castillo, no podía evitar mirar hacia atrás. Desde una ventana del despacho, el duque la observaba, su expresión un torbellino de emociones que él mismo no podía descifrar.
Isa se dirigió a un hotel cercano, su mente abrumada por la confusión y el dolor. Aún no había conseguido pasajes para regresar a España, y necesitaba tiempo para calmarse antes de enfrentar el viaje de vuelta. Sabía que, además de lidiar con sus propios sentimientos, tendría que enfrentar a sus jefes en la agencia. ¿Cómo les explicaría que todo había sido una farsa cruel, que el duque se había burlado de ella y ridiculizado su trabajo?
El registro en el hotel fue rápido, y pronto se encontró en una habitación sencilla pero cómoda. Al cerrar la puerta detrás de ella, dejó caer la maleta con un suspiro de cansancio. Mientras deshacía sus cosas, su mente seguía girando en torno a los eventos del día.
De repente, un pensamiento la golpeó con la fuerza de una ola: había olvidado el contrato y la presentación en el castillo. La frustración la hizo soltar un juramento bajo, maldiciendo su descuido. Se sentó en la cama, su mente tambaleándose entre la rabia y el agotamiento. Aunque lo que había olvidado ahora carecía de valor en el contexto de su reciente experiencia, el hecho de que no pudiera presentar el contrato le recordaba la magnitud del fracaso.
Isa miró alrededor de la habitación con una mezcla de desesperanza y resignación. El contrato y la presentación ya no serían útiles para su propósito, y la idea de enfrentarse a sus jefes con la verdad parecía una tarea monumental. Se preguntó cómo podría salir de este lío con dignidad y qué diría cuando finalmente regresara a Madrid.
Con una mezcla de tristeza y determinación, se tumbó en la cama, tratando de apaciguar la tormenta en su mente. Sabía que necesitaba aclarar sus pensamientos, dar un paso atrás y replantearse su situación. Mañana sería un nuevo día, y aunque no sabía cómo iba a resolver todo esto, tenía que encontrar una manera de seguir adelante.
En el silencio de la habitación, mientras la noche avanzaba, Isa trató de enfocar su mente en el futuro. Se prometió a sí misma que no dejaría que esta experiencia la definiera. Había sido herida y ridiculizada, pero no permitiría que eso la desmoronara. El camino hacia adelante era incierto, pero estaba decidida a enfrentarlo con la misma valentía con la que había aceptado el desafío del duque.
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"Entre Viñedos y Mentiras: La Historia de Isa y Pierre"
RomancePrólogo En el corazón de Salamanca, una joven publicista llamada Isa se encuentra en la encrucijada de su vida profesional. Ambiciosa y determinada, Isa ha soñado siempre con llegar a lo más alto en su carrera. La oportunidad perfecta parece present...