Isa se despertó temprano al día siguiente, con una mezcla de emoción y nerviosismo. Sabía que el día iba a ser otro desafío, pero también esperaba aprender más sobre el trabajo en el viñedo y tal vez, por fin, conocer al duque. Se preparó rápidamente y se dirigió hacia el área de trabajo, donde el misterioso trabajador la estaba esperando.
El día transcurrió entre las labores habituales, pero lo más destacado fue la visita al área de embotellado y distribución del vino. El trabajador, con su conocimiento experto, le mostró a Isa el complejo proceso de embotellado, desde la selección de las botellas hasta el etiquetado y el empaquetado.
—Cada botella cuenta una historia —explicó el trabajador—. Cada etiqueta representa no solo el vino, sino también la tradición y el prestigio de nuestro viñedo. La distribución es fundamental; servimos a los clientes más ricos y prestigiosos del mundo.
Isa escuchaba con atención, fascinada por la manera en que el trabajador describía cada aspecto del negocio. Aunque el trabajo físico era duro, apreciaba la oportunidad de aprender y entender el mundo del viñedo desde adentro.
Al caer la tarde, mientras el sol se ocultaba tras el horizonte y la oscuridad comenzaba a extenderse por los viñedos, Isa y el trabajador comenzaron el camino de regreso al castillo. La noche traía consigo un aire fresco y el cielo estrellado añadía un toque mágico al paisaje.
Mientras conversaban, Isa tropezó con un tronco escondido en la penumbra. El suelo bajo sus pies cedió y, sin poder evitarlo, cayó hacia adelante. En un movimiento instintivo, el trabajador extendió los brazos para atraparla. Isa se encontró cayendo sobre él, y en un instante se quedaron mirándose a los ojos, el mundo a su alrededor parecía desvanecerse.
El momento se alargó, cargado de una tensión palpable. Las estrellas brillaban en el cielo y la oscuridad los envolvía, creando un ambiente íntimo y evocador. Sin decir una palabra, ambos sintieron una atracción irresistible. Sus miradas se encontraron y, casi como si estuvieran movidos por una fuerza invisible, sus labios se acercaron.
El beso fue un descubrimiento para ambos. Fue tierno y apasionado, un choque de emociones que había estado latente durante todo el tiempo que habían pasado juntos. La conexión entre ellos era palpable, y el contacto de sus labios hizo que el mundo alrededor pareciera desaparecer.
Finalmente, se separaron, ambos respirando con dificultad, sus corazones latiendo con rapidez. Isa se incorporó lentamente, el rostro enrojecido por la sorpresa y la emoción. El trabajador se levantó con una expresión de mezcla entre asombro y satisfacción.
—Lo siento —murmuró Isa, tratando de recuperar la compostura—. No debí tropezar así.
—No hay necesidad de disculparse —respondió el trabajador con una sonrisa—. A veces, los accidentes pueden llevar a momentos inesperados.
Isa asintió, aún en shock por lo que acababa de suceder. Mientras caminaban de regreso al castillo, el silencio entre ellos estaba cargado de una nueva tensión. La experiencia del día había cambiado la dinámica entre ellos, y ambos sabían que algo había cambiado de manera irreversible.
El regreso al castillo se hizo en un ambiente cargado de expectativa, ambos inmersos en sus propios pensamientos sobre lo que acababa de ocurrir. Isa se preguntaba qué significaba ese beso, mientras que el trabajador, oculto tras su identidad, se sentía igualmente confundido pero emocionado por lo que había experimentado.
Al llegar al castillo, el aire estaba lleno de un nuevo tipo de anticipación. La noche prometía ser diferente, y ambos sabían que sus próximos encuentros estarían marcados por el reciente cambio en su relación.
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"Entre Viñedos y Mentiras: La Historia de Isa y Pierre"
RomancePrólogo En el corazón de Salamanca, una joven publicista llamada Isa se encuentra en la encrucijada de su vida profesional. Ambiciosa y determinada, Isa ha soñado siempre con llegar a lo más alto en su carrera. La oportunidad perfecta parece present...