Mason
Pasado
—¡Mamá! ¡Christian no me presta el dinosaurio que compraste para los dos!
Mi yo en ese entonces tenía seis años y mi hermano menor cuatro.
—¡Christian préstale el juguete a tu hermano!
Lo miro y sonrío victorioso.
—Viste, préstamelo.
Sus mejillas de un color pálido pasaron a ser rojas debido al enojo.
Sostuvo el dinosaurio entre sus brazos y se mantuvo firme.
—¡No! ¡No quiero!
Me acerqué a intentar quitarle pero recibí un puñetazo en la mejilla. Aprieto la mandíbula, no puedo devolverle el golpe, es mi hermano y menor que yo. Intenté pensar con madurez.
—Christian, ¿qué crees que haces? Solo es un juguete.
—¡Es mío!
La ira no abandona su ser y corre hacia el escritorio de su habitación, agarra unas tijeras y me apunta con ellas segundos después.
Frunzo el ceño y aprieto la boca para no reír.
Si se ve enojado.
—Vamos Christian, no es para tanto.
Me acerco a él y cuando estoy a dos pasos de su cuerpo, hace un movimiento con la mano que sostiene las tijeras, pero yo soy más rápido y lo esquivo.
—Solo es un rato, ¿enserio harás drama por esto?
Digo cuando visualizo sus ojos rojos.
—Me prestas y luego te devuelvo.
Alzo mi mano para que me lo de, pero lo que hace es enterrar las tijeras en mi mano. Suelto un grito al sentir como la tijera pasa a estar clavada en mi mano, no tan profundo, pero lo suficiente para que me duela.
Mi madre se apresura a entrar a la habitación y suelta un grito ahogado por la impresión que le provoca mi mano toda manchada de sangre.
—Christian, que hiciste. ¡Amor! ¡Prende el auto tenemos que llevar a Mason al hospital!
Mi padre llega a la entrada de la puerta y se lleva la mano a la frente antes de correr por las llaves del auto.
Ese fue uno de los muchos ataques de ira de mi hermano.
Me llevaron al hospital y me vendaron, pero me quedó una cicatriz como marca de lo que había pasado. Y que Christian tenía que aprender a controlarse.
Mis padres al ver su situación, consideraron ingresarlo a un psiquiátrico. Porque ya habían probado llevarlo al psicólogo y al psiquiatra, y aún así él no logró mejorar.
A pesar de sus problemas, era mi hermano y lo amaba, no deseaba estar lejos de él, pero si era por su bien podía soportarlo. Confiaba en que saldría de esa, Christian es fuerte y puede con todas las adversidades que se le presenten, creo en él.
Presente
Atenea
Mi habitación es grande pero acogedora a la vez, me gustaba. Me desperté a las nueve de la mañana para ir a entrenar junto con Mason, me contó que tiene uno aquí así que no necesitaremos salir. Me visto con ropa deportiva y me recojo el cabello en una cola alta, luego de lavarme los dientes y ponerme los zapatos, salgo de mi habitación.
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Amor Platónico
RomanceEN PROCESO Ella se ve obligada a ir a vivir con su padre y abandonar su hogar. Pero no sabía que él tenía un mejor amigo... Y menos de que era el hombre que la había ayudado una vez y el que estaba obsesionado con ella. Aquel asesino la estaba esper...