Cap 13

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El restaurante estaba lleno de clientes disfrutando de una noche elegante. Las luces suaves y la música de fondo creaban una atmósfera acogedora, pero Minji apenas lo notaba. Su mente estaba atrapada en un torbellino de pensamientos sobre Hanni. Cada vez que intentaba concentrarse en su trabajo, los recuerdos de la noche anterior la distraían.

—Aquí esta su pedido, ¿necesita algo más?— forzó una sonrisa, una que seguramente parecía muy evidente.

El cliente la miro confundido, aun así correspondió la sonrisa y negó un poco.

—No gracias, así esta bien.

Minji asintió y se alejó rápidamente, sintiendo que su corazón latía con fuerza. Se dirigió a la cocina, donde Danielle estaba preparada para salir.

—Haz estado cometiendo muchos errores— le dijo cuando la vio entrar. Kim suspiro y fue por su plato, parándose al lado Dani.

—Lo se, es que no se que me pasa— frunció el ceño tratando de entender sus pensamientos— intento concentrarme, pero de alguna u otra manera terminó pensando en...

Paro de hablar, sintiéndose ridícula al no saber a quien nombrar.

—¿Taehyung?— no respondió a la pregunta de su amiga, sintió como poco a poco su rostro se calentaba— ¿Pham? Esos son los únicos que se me ocurren, tampoco es como si conocieras a más personas.

La miro de inmediato, queriendo pegarle. Pero se contuvo al ver como tenía dos platos en ambas manos. Sólo le dio una mirada en la que espero poder demostrar que no estaba nada contenta con el hecho de que se haya burlado de su poca habilidad social.

Luego salio por la puerta, siendo perseguida por Danielle.

—Tu tranquila amiga, cualquier error que cometas yo lo cubro— Minji sintió sus hombros relajarse con esas palabras, a pesar de aver mirado mal a Dani hace unos segundos, esta vez le sonrió agradeciéndole.

Después de unos minutos intentando concentrarse y no lograrlo decidió que era mejor intentar establecer conversaciones para conseguirlo. Aunque esto tampoco funcionó.

Sus pensamientos se iban una y otra vez a esa imagen de anoche, los coqueteos entre ellos dos, las caricias, sus roces de mano, todo. Minji vio todas y cada unas de esas cosas, y ahora se arrepentía.

Más tarde, mientras caía la noche. Minji seguía cometiendo pequeños errores. Derramó una bebida, olvidó un pedido y casi dejó caer un plato. Cada vez que algo salía mal, Danielle estaba allí, ayudando en silencio, cubriendo sus errores y asegurándose de que los clientes no se dieran cuenta.

—¡Qué servicio tan excelente! Gracias por su atención—exclamo uno de los clientes mientras miraba a Dani.

—Es un placer. Disfrute su comida— sonrio, aunque se mantenía pensando en su amiga.

Cuando dijo que cometió muchos errores no era verdad, porque fueron muy pocos. Ahora parecía que Minji se encontraba en la nubes, cometió más errores. Pero a ella no le importaba, apoyaría a su amiga.

Minji observó desde la distancia, sintiendo una mezcla de gratitud y culpa. Sabía que Dani estaba haciendo todo lo posible para apoyarla, y eso le daba fuerzas para seguir adelante.

Más tarde, terminar el turno de ambas, compraron un café cada una y se dispusieron a volver a sus casas. La fresca noche era muy agradable, sentían sus narices frías y era algo que les agrada, porque a las dos les gustaba frío.

Y por primera ves en todo el día, Minji pudo despejar su mente. Respirando el frío viento y sintiendo la comodidad de su abrigo.

Era raro tener días tan fríos en verano, pero no se quejaban, le agradaba más el frío que el calor.

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