En un mundo donde los universos de *Helluva Boss* y *Five Nights at Freddy's* se entrelazan, Ricardo, un ex-soldado, descubre un oscuro secreto en la empresa Fazbear Entertainment y se encuentra en medio de una conspiración que involucra almas atrap...
El sol apenas asomaba por el horizonte cuando Evan Afton se despertó de un sueño intranquilo. Las imágenes de la noche anterior en Fredina's Fazbear Anime aún revoloteaban en su mente, como un mal sueño del que no podía escapar. Se levantó de la cama y, después de un rápido vistazo a la cicatriz en su frente en el espejo del baño, se preparó para el día. Hoy no era un día cualquiera; debía recoger a su mejor amigo, Ricardo, en el aeropuerto.
Ricardo había sido una de las pocas personas que estuvo a su lado después del terrible incidente de la mordida. Fue quien lo apoyó en los momentos más oscuros, y aunque el tiempo los había distanciado, su amistad seguía siendo fuerte. Ricardo había decidido mudarse a la ciudad para empezar de nuevo, y Evan estaba ansioso por verlo.
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El aeropuerto estaba lleno de actividad, con personas yendo y viniendo por todas partes. Evan se abrió camino entre la multitud, tratando de mantener la calma. La ansiedad de la noche anterior seguía presente, pero el pensamiento de ver a Ricardo lo ayudaba a enfocarse.
Finalmente, después de lo que le pareció una eternidad, vio a su amigo salir por la puerta de llegadas, arrastrando una maleta y con una amplia sonrisa en su rostro.
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Ricardo: ¡Evan! ¡Hermano, cuánto tiempo!
Evan: ¡Ricardo! Me alegra tanto verte.
Los dos amigos se abrazaron con fuerza, dejando atrás los años que habían pasado desde la última vez que se vieron en persona.
Ricardo: ¿Cómo has estado, viejo? Te ves bien, aunque un poco cansado.
Evan: He estado bien, ya sabes, sobreviviendo. Pero vamos, tengo muchas cosas que contarte. ¿Listo para empezar de nuevo aquí?
Ricardo: ¡Por supuesto! Estoy emocionado por esta nueva etapa. Pero, siendo honesto, necesito un trabajo lo antes posible. No puedo vivir de mis ahorros para siempre.
Evan: No te preocupes, estoy seguro de que encontrarás algo rápido. Y, mientras tanto, mi departamento es tu casa.
Ricardo: Gracias, Evan. Realmente lo aprecio.
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Una vez llegaron al departamento de Evan, Ricardo dejó sus cosas y se instaló en la pequeña habitación que Evan había preparado para él. Los dos pasaron la tarde poniéndose al día, hablando de todo lo que había pasado en sus vidas desde la última vez que se vieron. Evan evitó mencionar lo sucedido la noche anterior, no quería preocupar a su amigo en su primer día en la ciudad.
Sin embargo, mientras la noche avanzaba, Ricardo no podía dejar de pensar en su necesidad de encontrar un trabajo. Estaba decidido a no ser una carga para Evan, así que decidió salir a buscar empleo al día siguiente.
A la mañana siguiente, Ricardo se puso una camisa limpia y salió a recorrer la ciudad. Fue de negocio en negocio, entregando currículums y llenando formularios, pero la respuesta fue siempre la misma: "Necesitamos a alguien con más experiencia." La frustración comenzaba a acumularse. ¿Cómo podía ganar experiencia si nadie le daba una oportunidad?
